TODO LO QUE USTED SIEMPRE QUISO SABER DE SEXO (PERO NO SE ANIMÓ A PREGUNTAR)
“A Labor of Love” es un documental rodado durante los años ’70, como complemento, en mirada tras de escena, del film independiente “The Last Affair”, un drama que involucraba a una pareja insatisfecha y un gigoló, sazonado con escenas de sexo explícito. Luego de que los capitales que financiaban el proyecto se echaran atrás, “The Last Affair” (dirigida por Henri Charr) se estrenó en 1976 con metraje reducido y las escenas explícitas previstas, completamente eliminadas en la sala de montaje. ¿Cuál fue la suerte, entonces, que corriera “Labor of Love”?¿Tendría sentido de ser, finalmente?
De naturaleza completamente distinta al film mencionado, el documental estrenado ese mismo año, nos contaba la historia de dos aspirantes a cineastas (Robert Flaxman & Daniel Goldman) decididos a, en palabras del emérito Roger Ebert, ‘capturar la realidad humana de la experiencia sexual”. Un novel director oriundo del área de Chicago intenta filmar su primera película XXX, mientras lidia con las histerias y conflictos del plantel actoral a su cargo durante los ensayos. Capturar el sexo lo más real que se pueda delante de la cámara debe considerarse un auténtico arte.
La aventura puede ponerse lo suficientemente dura en pleno set y es mera intención el juego de palabras. A los pocos minutos de comenzar el metraje, una joven mujer arrodillada sobre una cama cubre sus pechos desnudos y se masturba mirando lascivamente a cámara. En la variación encontramos el gusto por lo extraño de la experiencia personal, mientras cada uno de los personajes deja saber su respectiva visión sobre el sexo en sus vidas. Habrá testimonios y situaciones propias del rodaje; lo divertido, lo escabroso y lo inesperado conviven dentro del set. Un actor porno se presta al doblaje de una escena por obvios motivos, un integrante del equipo de maquillaje se acerca a una actriz y rocía de sugerentes gotas blancas su cintura.
La producción de esta pieza nos lega la incómoda verdad que describe la convulsa era del cine porno setentista. Una industria que puede volverse lo suficientemente espeluznante y repulsiva forzando (digamos, engañando) a una menor de edad para que un anciano cuyo ánimo se muestra en las antípodas del arrepentimiento, le practique sexo oral, aunque intente justificarse acerca del mutuo consentimiento, ‘la piel instantánea’ y los permisos obtenidos. No menos rechazo causa el saber que uno de los actores escribió sobre sí mismo el diálogo que relata una experiencia pedófila incestuosa. La pulsión y sus infinitos posibles destinos…
Categorías:X-NO
Revista Cultural Siete Artes 
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