
LA ADRENALINA SUBE EN FILA DE A DOS
Cinco, cuatro, tres, dos, uno…se apagan las luces del semáforo y rápida es la única marcha de velocidad conocida. Llevamos meses calentando motores antes de que empiece una nueva temporada de la Fórmula 1. La categoría reina, aún lejos de la opulencia de otros tiempos, sabe de herramientas de promoción infalibles para obtener gran público, y he aquí su más resonante propuesta vía streaming. Esta serie documental producida por Netflix ya va por su quinta temporada, ratificando un grandísimo éxito comercial. “Drive to Survive” no puede ser más literal, como declaración de intenciones desde el título mismo. Veinte pilotos se juegan el absoluto pellejo cada vez que salen a pista.
Sophie Todd (creador), Martin Webb, Nick Hardie, Leo James Routh y Nonuk Walter, unen fuerzas como cerebros pensantes de un abordaje que recurre a intervenciones de los (actuales o ex) pilotos Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, Kimi Räikkönen, Max Verstappen, Valtteri Bottas, Daniel Ricciardo, Sergio Pérez, Kevin Magnussen, Carlos Sainz Jr., Esteban Ocon, Charles Leclerc y Fernando Alonso, entre otros. El documental combina atención a lo que ocurre dentro de la pista, con drama y tensión, en abundantes dosis, sazonando el selecto paddock. Entretenimiento en las profundidades del gran circo y sus instalaciones nos espera, con la promesa anticipada de no defraudar. Los pilotos abren las puertas de sus casas, nos convidan de su intimidad. Palpamos el impacto de una popularidad venerada por millones de fans.
El presente ejercicio audiovisual se convertirá en eje de estrategia de mercadeo de cara al emergente boom en Norteamérica, sede de dos carreras anuales desde 2022.
Con astucia, la serie lleva a cabo una estrategia publicitaria, como desembarco en la pantalla hogareña de una competencia, que con los años, se ha vuelto anodina y falta de sorpresas. ¿Cómo vencer tan magra constante? La máxima en paños menores era algo impensado poco tiempo atrás. Luego, como efecto en denominador común, aconteció una década de apabullante dominancia por parte de Mercedes. El tándem creativo libra peleas en donde tendrá las de perder: la exigua lucha en la pista que la lente proyecta no se condice con la realidad circundante. No obstante, el negocio montado seguirá moviendo millones alrededor del globo. Gran interés deposita la audiencia sobre los grandes protagonistas de cada recta y curva, buscando -aun inconscientemente- el eterno retorno a un deporte que perdió la importancia y el auge de antaño. Lejano queda el magnetismo de figuras preponderantes como Michael Schumacher o Ayrton Senna.
“Drive to Survive” consigue adquirir identidad y sustento propio, capítulo a capítulo, haciendo de la espectacularidad en pista un requisito insustituible. Del omnipresente tono épico, el vértigo del onboard, podría cotejarse como un resumen de lo mejor de cada temporada en modo ‘fast forward’, si bien el formato guionado se inclina por cierta superficialidad artificiosa a la hora de visibilizar rivalidades fracturadas que encienden la polémica con cierto tono alarmista. Detalles dentro del mundillo deportivo nos proveen de estrategias en carrera que los responsables de cada equipo atraviesan repletos de tensión. Luego de la bandera a cuadros flameando al viento, los pasillos alimentan rumores ‘off the track’, mientras probables cambios en las formaciones de los equipos encienden los titulares de diarios a mitad de temporada. La F1 vivió mejores épocas, sí, pero cuando todo luce milimétricamente calculado, como si de una precisa lectura de telemetría se tratara, existen nobles armas como generosos dividendos para combatir el desatino circundante.
Categorías:Desayuno de Campeones
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