X-NO: «Supervixens» (1975, Russ Meyer). Por MAXIMILIANO CURCIO

MUJERES QUE SE SALEN DE LA BLUSA

Mencionamos la palabra ‘sexploitation’ (término no ajeno a la controversia, acuñado a comienzos de los años ’60) y un nutrido grupo de subgéneros puebla las góndolas de antiguos videoclubes: mujeres en prisión, cheerleaders, enfermeras, mujeres de hábito…carnales heroínas dispuestas a cumplir nuestras fantasías más extrañas y excéntricas. Sin tapujos, atrevido e impactante, tal y como anunciaban aquellos atractivos posters, atiborrados de muchachas con busto prominente e ilustrados con un gusto estético que no ha vuelto a repetirse. Una clase de cine que transmitió los prohibidos impulsos del comportamiento sexual explícito que los pseudo buenos modales (y el Código Hays, imperante hasta mediados de los años ’60) cercenaron. 

El vicio vicioso de la explotación sexual dio forma a una pornografía suave como vehículo para mostrar vívidas escenas de mujeres desnudas de manera más gráfica y contundente que las películas convencionales. La desnudez frontal completa fue voluptuoso alimento para la lujuria cinéfila en el cuerpo de trabajo del inefable Russ Meyer, autor norteamericano conocido por películas del estilo de “Faster Pussycat! ¡Matar! ¡Matar!” (1965), “Cabaña Conyugal” (1967) y “Supervixens” (1974). Hacia aquellos años, la revolución sexual estalló en la sociedad norteamericana y la eliminación de antiguas restricciones posibilitaron a que Meyer diera rienda suelta al sexo y la violencia simulados. Yendo tan lejos como lo permitido, se convirtió en un fenómeno de culto.

Los cambios en la industria cinematográfica más poderosa del mundo, años después del quiebre de la era de ‘estudios’, posibilitaron el surgimiento de la ‘sexplotación’, de la mano de realizadores independientes como el transgresor Meyer. A bajo costo y en rodaje ultra rápido, su cine supo explotar las filias sexuales de la América contemporánea, aunque con un aditamento crítico: la narrativa pretende tanto exponer el problema como criticarlo.  En “Supervixens”, la historia de un marginal injustamente acusado acaba resultando la excusa inmejorable para varios encuentros sexuales no exentos de diversión y capturados con esmero detalle para el agrado onanista.



Categorías:X-NO

1 respuesta

  1. muy buena reseña como siempre maxi

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