DESAYUNO DE CAMPEONES: Un documental de Netflix y el recuerdo de Pelé. Por MAXIMILIANO CURCIO

EL REY HA MUERTO, VIVA EL REY

Con dirección en compartido de David Tryhorn y Ben Nicholas, sumado a testimonios de antiguos colegas (entre quienes se cuenta a Zagallo, Amarildo, Jairzinho y Rivelin), Netflix estrenó durante 2022, un sólido abordaje documental que lleva a cabo una interesante semblanza de uno de los atletas más destacados del siglo XX.

Pelé es la auténtica personificación de aquello que podemos considerar como número uno en su disciplina. Fue primer futbolista en maravillar a todo el mundo al unísono. El rostro de las primeras planas en periódicos, mucho antes de la era digital en la que hoy estamos inmersos, prefigurando celebridades replicadas por generación espontánea. Dueño de una época más romántica, trascendió y elevó a los futbolistas al status de ídolos. Su magia dentro del campo no tuvo parangón. De instinto goleador y soberbia condición física, artesano del jogo bonito, colocó números estadísticos exorbitantes. Pelé llevó en sus pies una bolsa llena de trucos.

Creció en la pobreza, su primera pelota simuló una media llena de periódicos. Trabajó de lustrabotas y la voluntad de demostrarse a sí mismo que tendría éxito lo llevó a debutar internacionalmente en el Mundial de Suecia 1958. Si bien las comparaciones suelen ser odiosas, es, a la fecha, el más joven en participar, asistir y anotar en un mundial de futbol. Allí, en la fría Escandinavia, se alzaría con la primera de tres copas que levantase, retirándose del seleccionado, prematuramente, en 1971. Había dado revancha a su país, vengando la derrota en el Maracanazo 1950, cumpliendo la promesa que había hecho a su padre. Un precoz genio que se consagró con el club Santos, no obstante Europa posó sus ojos en el crack. Pelé jamás fichó por ningún club del viejo continente.

Anulado y demolido a golpes por sus adversarios en los mundiales del ’62 y del ’66, conseguiría revancha en México ’70. Considerado un tesoro nacional, brilló a nivel local en tiempos donde Brasil atravesaba tiempos políticos y sociales convulsos. Su patria se modernizaba, pero la democracia no duraría para siempre. La estrella supo mantenerse al margen de todo tipo de controversia al respecto. Sabía que debía hablar dentro de la cancha, entre gambetas, piques y disparos potentes. Un oasis de esperanza irrumpía, Edson Arantes Do Nascimiento era pasión de multitudes. En tierra azteca, estadios repletos serían testigos, por última vez, del formidable despliegue de carisma y talento. Un último baile por parte del líder carioca, transmitido en TV a colores. El planeta entero se rendía a sus pies, el rey había sido coronado.

Pionero indiscutido y ya veterano, llevó su talento a la liga profesional de Estados Unidos (New York Cosmos, hacia mediados de los ‘70). Durante sus últimos años en activo, actuó como embajador del juego y llegó a Hollywood: participó del film “Evasión o Victoria” (1980), de John Huston. Buen amigo de Nelson Mandela, la Reina Isabel y Muhammad Ali. Se convirtió en una leyenda secular, en parte, porque fue el responsable de colocar a Brasil en el centro del mapa mundial, como exponente de la práctica futbolística en la mayor de sus expresiones.



Categorías:Desayuno de Campeones

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: