LA BIBLIOTECA DE BABEL: Recordando «El Cine Por Asalto», a un año de la partida de José Pablo Feinmann. Por LEANDRO CUELLAR

Palabras para José Pablo Feinmann. Acerca de su obra Cine por asalto.

Leandro Cuellar (Estudiante de Filosofía)

Hoy 17 de diciembre del año 2022 se cumple 1 año de la desaparición física del filósofo y escritor argentino José Pablo Feinmann. Este día quiero recordarlo por su gratificante libro: Cine por asalto (2006).

José Pablo Feinmann nos deleita -con una prosa simpática y con un toque de humor- un libro lleno de películas, directores y anécdotas. Feinmann genera en Cine por asalto que realmente quieras ver el filme sobre el cual se está pronunciando. Te atrapa. Así, se produce una relación de ida y venida con el libro. El texto se transforma en una guía. Y, nada mejor que guiarse por la genialidad del filósofo argentino que es capaz de vincular a Heidegger con Bertolucci -por solo mencionar un ejemplo-. El libro se divide en dos partes: “Ensayos” y “Variaciones”. En la primera parte, nos encontramos con análisis de distintas temáticas del cine, y en la segunda parte, hallamos análisis breves de directores o actores.

Empecemos por Stanley Kubrick y por su película Paths of glory (1957) que aparece mencionada en las dos partes del libro: “El cine va a la guerra y sobrevive” y “Kubrick”. A Feinmann le agradaba mucho este filme. Protagonizada por Kirk Douglas es una película que nos recomienda el autor por su gran discurso antibelicista -para tener más que en cuenta en estos tiempos-. Y, cómo olvidar aquel final en donde los franceses se reúnen a burlarse de la mujer alemana -botín de guerra-, y que cuando empieza a cantar se vislumbra la humanidad de todos los presentes, ya que la voz -sea del idioma que sea- pertenece a lo más preciado del alma humana.

Desearía contar que el primer ensayo que leí del libro fue “El diablo está en todas partes, pero en el cine como ninguna”. Aquí, Feinmann trae una serie de filmes en donde aparece el Mal con mayúscula, es decir, el Demonio. Un capítulo interesantísimo que me ha llevado a ver películas como The Omen (1976) -con Gregory Peck- y familiarizarme con la serie de filmes que vinieron luego: The Omen II (1978) y The Omen III (1981). Aunque esta última no es nombrada por Feinmann y creo que es la peor de todas, pero al menos me parece aceptable. Luego, leí  “Grandes putas del cine” -que es el primer capítulo del libro-. Feinmann, como bien se entiende en el título del ensayo habla del lugar de las prostitutas o de la prostitución en el cine. Uno de los grandes filmes que ilustran la prostitución es Vivir su vida (1962) de Jean-Luc Godard con una insuperable Anna Karina. Para Feinmann, este filme es uno de los mejores de Godard -que al día de hoy solo han pasado 2 meses de la muerte por suicidio asistido del director francés-.

Confieso que Feinmann fue el que me dió el empujón para ver a la magistral Carrie (1976)de Brian De Palma. Por una cosa o por otra no la veía y me encontré con algo fascinante. Posiblemente, la mejor adaptación de una novela de Stephen King. Y una anécdota: Feinmann cuenta que vio Carrie con un amigo que no sabía si todavía era amigo, ya que hace tiempo no se hablaban y que este amigo sabía mucho de técnica cinematográfica -cuestión, que todavía no iba a interesarle mucho al filósofo hasta conocer al director argentino Adolfo Aristarain-. Feinmann -por si desconocía este dato- creó el guión junto a Aristarain para la película: Últimos días de la víctima (1982) -se llamó de la misma manera que la novela de José Pablo publicada en 1979-. La película puede catalogarse como un thriller policíaco y fue protagonizada por grandes actores como Federico Luppi, Soledad Silveyra, Julio de Grazia, Ulises Dumont, Arturo Maly y China Zorrilla.

Otra confesión: no había visto una sola película de la productora Hammer -que como señala Feinmann en los años 60´, comenzó a producir filmes de terror-. Así, llegué a Drácula (1958) del director Terence Fisher. Protagonizado por Peter Cushing -como Van Helsing- y Christopher Lee -como el Conde Drácula-. Quedé fascinado con las terroríficas propuestas de la Hammer, y en especial, con este filme. Me han parecido estupendas las actuaciones de Peter Cushing y por supuesto, de Christopher Lee.

Voy ahora a hablar de una variación del libro que involucra a Bernardo Bertolucci, Marlon Brando y María Schneider. Claro que un filme polémico es: El último tango en París (1972). En estos últimos años, se juzgo merecidamente la violación no pactada en una escena de la película a Schneider por parte de Brando en complicidad con el director. Más allá de esta piedra en el zapato y que duele no podemos decir que no es un gran filme como alega Feinmann. José Pablo dice algo interesante respecto al filme: “No bien dice `Jeanne´ ES `Jeanne´. Tiene un `ser´. Nombrar algo es darle un ser. La finitud no la acosa. El ´sentido´ la cubre, la protege. Entonces ya no necesita a Paul. Entonces lo mata”[1]. Recordemos que Paul (Marlon Brando) no deseaba que Jeanne (María Schneider) supiera su nombre ni ella debía saber el de él. Un pacto en el cual no hay nombres, y por momentos, tampoco hay pasado. Feinmann recupera lo importante del nombre, que en sí mismo es el problema de la identidad. No será la mejor película de Brando -admite Feinmann-, pero qué formidable actuación.

El libro posee más ensayos y variaciones, invito al lector a que los descubra. Feinmann finaliza con un capítulo dedicado a su adorada actriz Virginia Mayo. Para José Pablo, el film noir White Heat (1949) posee la mejor interpretación de Mayo. Personifica a la femme fatale, una mujer sin escrúpulos. Virginia Mayo está espléndida en este filme, cada escena en que aparece es memorable. Traidora, embustera. Y, considero que merecía aparecer más en el filme, pero el director Raoul Walsh decidió sumergirse más en el retorcido personaje de James Cagney.

En fin, me gustaría finalizar con las últimas palabras con que termina este libro Feinmann en un manifiesto: “Si Marlon Brando no se hubiera muerto jugando con su nieto en un jardín. Si Robert Duvall no hubiera dicho `Amo el olor de napalm por la mañana´. Si Dustin Hoffman no se hubiera graduado…Si Aristarain no hubiera filmado mi primera novela. Si Michelle Pfeiffer no hubiera sido Gatúbela. Si Thelma y Louise no hubieran salido a la ruta. Si Tarantino no hubiera leído novelas baratas. Si nada de esto hubiera sido así, no amaría al cine como lo amo, Pero, lo juro, así fue. Y ustedes lo saben tan bien como yo”[2].


[1] Feinmann, J. P. (2006). El cine por asalto . Editorial Planeta: Buenos Aires. P. 258

[2]  Feinmann, J. P. (2006). El cine por asalto . Editorial Planeta: Buenos Aires. P. 292



Categorías:La Biblioteca de Babel

1 respuesta

  1. Excelente texto para agasajar a una pensador entrañable.
    Muchas gracias

    Me gusta

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