
No encuentro palabras que describan
que se va la tarde.
Esta no deja rastros y se muere
sin más.
La tenue música del día se diluye.
La ciudad comienza a perderse en la fosforescencia
de las luces nocturnas.
Cae un rayo y comienza a llover,
la gente se apresura, corre…
Todos con diferentes rumbos.
la marca del conformismo está sellada
en los rostros.
Y se oye una voz que dice:
no vale la pena correr,
disfruta la lluvia.
Categorías:Poesías al Margen
Deja una respuesta