
La lluvia remoja los dolores
de los desamparados.
El silencio duerme en sus labios.
Entre golpes de viento,
tocan el laúd de la derrota.
Las melodías más amargas
brotan de sus corazones.
Un cantar milenario,
en espiral.
Mañana,
será un día áspero y frío
uno más.
Escucharán una milonga triste
que habla de abandono,
de ese negro vagabundear
que se debate
en busca de luz
para salir de la oscuridad.
Categorías:Poesías al Margen
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