
ACERCA DE LLEVAR LA MAGIA INSCRIPTA EN TU SANGRE
Siempre hay una primera vez, asegura el dicho popular, entre tantos renaceres que atravesamos. Para Benito Cerati este es su debut solista, luego de su exitoso periplo en Zero Kill, destacada formación de proyección internacional, con la que se presentara, a lo largo de los últimos años, en multitudinarios festivales como Lollapalooza, Personal Fest y Vive Latino, y con la que editó cuatro magníficos trabajos: “Trip Tour”, “Alien Head”, “Unisex” y “Lapsus”, merecedores de múltiples nominaciones a los Premios Gardel. Ahora es el turno de “Shasei”, luego de haber dado a conocer previamente AGUJERO NEGRO y BUENOS DÍAS AMOR, sendos cortes elegidos junto a la realización de respectivos videoclips, como adelanto a la edición del pasado 11 de noviembre. Apenas una muestra del excelso nivel compositivo del que hace gala el músico nacido en Santiago de Chile, en 1993.
Benito nació, creció y vivió rodeado de música; son aquellas referencias artísticas las marcas indelebles que confluyen en un álbum que privilegia una estética cuidadísima. Diez canciones inéditas se abren a nuestros sentidos, trayéndonos colores musicales en perfecta instrumentación. Benito toma la ruta, volante en mano, dispuesto a asumir el nuevo rol y en absoluta conexión con sus musas. Una variopinta exploración de géneros fusiona influencias, pasando por el rock y el pop anglosajón, la balada, el funk, la música electrónica y los soundtracks de cine, conformando el ecléctico paladar melómano de un músico en total control de su maquinaria de melodías y letras en perfecto engranaje. Baila así su danza predilecta frente a la consola: abundantes vientos, sampleos y sintetizadores otorgan al disco una recargada y vital identidad barroca. No pudo haberlo planeado mejor, saboreamos la escucha. Si un día pretendió romper el canon de la canción, hoy la está reescribiendo. Y juega en serio, la apuesta es fuerte.
TU ESPADA EN MÍ abre el tracklist en gesta gloriosa, y nuestro deleite es éxtasis en esos primeros segundos que parecen amalgamar las personales apetencias musicales del autor. Épicas texturas sonoras sirven de prólogo al gran dilema existencial. El amor no es así, lo confuso se ve venir. ¿Descifraremos su naturaleza? Dolores perpetuos dejan cicatriz, es más fácil recordar lo bueno que sentir la espada dentro de la propia carne. EL ATARDECER nos alecciona acerca de pedir perdón a tiempo, al fin, no tiene sentido ralentizar el ritmo de la verdad. Crecer es perder el miedo a desaparecer, nos sugiere una sublime poesía entre armonías folk, autoría de quien colaborara en dos emblemáticos discos de su padre, el inolvidable Gustavo; lo hizo en “Ahí Vamos” (2006) y “Fuerza Natural” (2009). Más contundente imposible: el recelo mañana será insensatez, y no habrá arrepentimiento si sabemos amar sin lastimar. Benito es un huracán, lo vimos venir. Y así como las cosas brillantes siempre salen de repente, “Shasei” nos toca el alma.
Tragados por un AGUJERO NEGRO, a los pies no nos damos cuenta que tenemos que querernos un poco más. Consumidos por el ansia, concluiremos con literalidad en el título de una canción que anuncia el riesgo de que no acabe el miedo más grande: no poder parar. Pero, atención, al perdernos podemos encontrar lo impensado. FUTURO INCÓGNITO se divisa en el horizonte de la manera más fidedigna. Pero, a no dudarlo, ni es incierto ni promesa por aquí, Benito es una realidad impostergable, prodigio con notable personalidad que marca su presencia en el terreno musical actual. Lo miramos desde acá, mientras la exquisita lírica aclara que nada de esto es violento, aunque “la lluvia al revés mató al ángel”. Brutal, iluminado y tan certero como aquello de que la fe no se debe coartar. Preciosos juegos de guitarra sirven de colchón a la fértil poesía que del tema emana, mérito de un inspiradísimo compositor. Papá mira orgulloso…
Grabado y mezclado en Estudio Unísono por Estanislao López, quien también produce esta bellísima obra, “Shasei” cuenta con invitados de lujo como Lito Vitale en piano, Gillespi en trompeta, Alejandro Teran en arreglos de cuerdas y Fernando Nalé en bajo. Un auténtico seleccionado musical de talento, con Benito a la cabeza. CEMENTO marca el ecuador de un álbum que transitamos en sumersión atenta y placentera. El cantante salta todo lo que lo ata y su talento no tiene techo. Críptica y enigmática, nos lega una entre varias líneas poderosas: la verdad sale si la luz se apaga, vaya paradoja de nuestra dual condición. Igual, primero pensemos, escapar a la razón nos convierte en bestias. De tal modo es como se despliega ante nosotros una auténtica catedral de sonidos que ofrece, capa a capa, grandiosa riqueza. Resplandece rumbo a SHASEI, el tema que da título al disco. Una perla instrumental, cuyo vocablo en japonés, dicen por ahí, viene a esbozar la instantaneidad de lo que uno presencia…aunque es muy posible que existan nuevos significantes por descubrir.
Una de las voces más destacadas de nuestra música se muestra en completo dominio de su instrumento y de aquel elemento nos convida. LA LUZ MALA absorbe miserias ajenas de antiguas relaciones tóxicas; ¡cuidado!, esa fuente de energía es toda oscuridad y hay trofeos que mejor no congelar. Vade retro, aguarda allí una presencia no humana, al menos que se recuerde como tal. Capaz de destruir y dañar, esa telaraña pesa toneladas y la piel no engaña. A los enemigos mejor reconocerlos, advierte con actitud desafiante Benito. Nada más fidedigno, es un asunto de distancias auto ajustándose…haciendo foco miramos mejor. El tramo final hibrida ritmos y melodías, Benito reorganiza las piezas de su tablero espacial en alta gama. BUENOS DÍAS AMOR, una de sus preferidas, podría resultar un anverso perfecto a la precedente, avivando sueños de cantar algo que apacigüe al alma. Pedimos, suplicamos, por la palabra que nos diga que no hay más dolor. Alguien tiene que ocupar ese lugar, si acabase el mundo. ¿Es la condena inmortal de un poeta cumplir dicha misión?
En la pegadiza VIRUS, la guerra ya no la vemos en otro, a veces nos toca llorar; lo que buscamos ya no está más. Es hora de quebrar la voluntad de morir, ¿existe acaso acto corajudo más grande? Bendito está Benito firmando esta letra, a veces la omisión es el accionar. Su tan experimentado como inquieto oído musical sabe hacer de “Shasei” una atrapante formulación poético y musical, en búsqueda de reinterpretar vivencias personales, con sentido de perspectiva, madurez y lucidez. Por qué no, una evaluación del paso del tiempo, una declaración de principios. Reservándonos una auténtica joya para el desenlace, LA TERCERA ES LA VENCIDA cierra el viaje en inmejorable faena; mejor será empezar de cero cuando el deseo no es más que dolor placentero. ¿Preferible pensar que fuera pasajero? Mejor salir del bucle y que el refrán infalible se repita como un mantra, la prueba final de amor no era escapar.
Fiel a sus principios, y buena madera marca Cerati, Benito nos subió a su nave sónica para una coda de irresistible swing. Nos quedamos llenos de música y cedemos a la tentación de apretar play de nuevo. Jamás en línea recta, buscó caminos alternativos. El sentido autogestivo de su arte es encomiable y da preciados frutos. Asoma la grandeza, es su esencia y escuchemos bien lo que hay que oír: el presente trabajo es un hito clave para entender la evolución de un artista ambicioso, íntegro y sin techo creativo. Ya cruzamos el puente y se nos escapan las emociones, sí. No es para menos y tanto más que un dulce pálpito predice el vasto territorio por explorar delante; “Shasei” culmina en la cúspide y bien podría convertirse en la piedra angular del origen del futuro de nuestra música.
Categorías:Alta Fidelidad
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