LA PANTALLA SERIADA – 5ta entrega / ESPECIAL “¿¡SOY LO BASTANTE NEGRO!?”, LA MÚSICA AFROAMERICANA TRANSFORMA AL CINE. Por MAXIMILIANO CURCIO

Cine, música y moda conforman tres pilares rupturistas que confluyen generando genuina conmoción social. Las barreras ideológicas sostenidas por un discurso miope y acomodaticio, reinante en Hollywood hasta la llegada del boom negro, acabarán cayendo, progresivamente…el documental de Elvis Mitchell cobra valor de ensayo. La pista de baile se llena de glamour, mientras nos movemos al ritmo del funk, soul y disco. Coleccionamos vinilos de BSO emblemáticas concebidas por talentos como Curtis Mayfield, Isaac Hayes, Marvin Gaye, Gladys Knight & the Pips, Aretha Franklin, Barry White, Earth, Wind & Fire y James Brown.

Fuera de la gran pantalla, la escena musical afroamericana luce vibrante. Allí está Charlie Parker, legendario saxofonista, figura primaria en la evolución del jazz y pionero del bebop. Creador de nuevas variaciones cromáticas y genio díscolo consumido por las adicciones, tempranamente desaparecido. También Muddy Waters, nativo del Delta del Mississippi, precursor del slide, padre del Chicago Blues e inspirador de la escena británica. No habría B.B. King sin Muddy. Monumentos del rock como The Rolling Stones y Led Zeppelin han reconocido su paternal influencia. Hace su aparición James Brown, progenitor del funk, padrino del soul, eléctrico cantante, por sus venas corría R&B. Artista torturado por controversial vida doméstica. Admirador de Little Richard, bailarín frenético, pulsaciones de afrobeat y alma de cántico gospel.

Los músicos de color transitan una era de absoluta gloria, sentando precedentes conceptuales que modifican de modo cabal el mapa de la industria. Vestidos de chirriantes colores y peinados afro extravagantes se convierten en el contrapunto estético de una era. No puede faltar Marvin Gaye, productor y cantante. Influencia de sonido típico de Motown, príncipe del soul, pilar setentista e inmaculado intérprete. Artista influyente fenómeno de ventas, falleció en circunstancias extrañas luego de una violenta discusión con su progenitor. La galería se engrandece con Jackson Five, bautismo triunfal en la escena musical para el impar Michael Jackson. Hermandad proveniente de Indiana. Habilidades histriónicas, eximio sentido del ritmo, precisión performática, gestores de precoz furor discográfico. New York no sería la misma sin Duke Ellington, pianista, compositor y líder de big band, durante cinco decenios. Sus partituras se cuentan de a miles. Portento intelectual y cultural, es el primer afroamericano retratado en el reverso de una moneda estadounidense.

Nos preguntamos qué hace a un álbum volverse atemporal y clásico. Qué convierte a ese grupo de canciones en la definición misma del género “Born Under A Bad Sign” (1968), de Albert King, es ‘electric blues’ de principio a fin envuelto en gloriosas melodías y guitarras incendiarias. King, epítome del Memphis Blues, ya era un intérprete experimentado cuando selló trato con Stax Records, firma con la cual permanecería desde 1966 a 1974, y que congregaba grandes artistas negros: Otis Redding, Isaac Hayes, Wilson Pickett y Sam & Dave, entre otros. El nuevo canon musical afroamericano acopia las listas americanas y adquiere la fortaleza de un frondoso árbol en infinitas ramificaciones. Su impacto de lleno en el ámbito cinematográfico ha sido plasmado a la perfección por este imprescindible documental, obra del autor del también valeroso “The Black List – Vol I” (2008).

DISCOS ESENCIALES DE LA ÉPOCA: “Curtis”, 1970 – CURTIS MAYFIELD

Se denomina “Gran Migración Afroamericana” al desplazamiento de casi dos millones de ciudadanos de color, desde los estados meridionales hacia los del medio oeste, noroeste y oeste norteamericano, entre 1915 y 1930.  Un cambio demográfico que impactó profundamente en el acervo cultural estadounidense y en las inquietudes artísticas de un joven Curtis Mayfield. Desde temprano en su carrera, este cantante y compositor mostró sus credenciales como gran creador de canciones. Su veta comercial nunca estuvo en duda, desde su primera banda, ‘The Impressions’, dominando la escena soul de Chicago y llegando a impactar la siempre efervescente Motown. El canon concebido reflejaba la lucha negra por los derechos civiles en los tumultuosos años ’60.

De cara a la siguiente década, planearía el primer álbum en solitario, “Curtis”. Virando del pop suave al áspero funk, adosando toques psicodélicos a su relato urbano y lanzándose sin red hacia la experimentación sonora, Mayfield integra una instrumentación sorprendente a unas letras de profunda conciencia cívica, en protesta contra la violencia policial imperante. El orgullo racial presente en la obra otorga realismo a un disco que no por ello deja de ser bailable. Había nacido un portavoz generacional, romántico y luchador, capaz de cumplir con una auténtica máxima: la obra de arte debe testimoniar al hombre de su tiempo. La juventud en las calles bailaba al ritmo de un gran creador de conciencia.



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