
EL MITO DESDIBUJADO
En 1987 se estrena la clásica “Misterios sin Resolver”, serie documental que plantea un formato episódico para perfilar misterios de la vida real, recreando crímenes sin resolver, desapariciones, teorías conspirativas e inexplicables fenómenos paranormales. En lo secreto e inconcluso de la historia hurga su narrador, el proverbial Robert Stack, mítica figura que acompañó una franquicia convertida en material de culto, manteniéndose a tope de audiencia durante sus más de quinientos capítulos en veinte años de emisión en señal abierta. Un abanico repleto de investigaciones del FBI, el frío cajón de un archivo cubierto por el polvillo del tiempo y piezas faltantes de un mutilado rompecabezas. Rebosa interés, existen verdades ocultas que impulsan nuestra inquietud por encontrar la esquiva resolución.
Luego de adquirir enorme popularidad, y dueña de una banda sonora que se ha convertido en un estímulo musical ineludible para sus fans, Netflix retoma el clásico formato, otorgándole una ostensible vuelta de tuerca que moderniza la propuesta. A través de tres nuevas temporadas (2020, 2021, 2022), el recurso episódico documental regresa a esta reversión de la antológica puesta que hiciera de la falta de respuestas su arma más atractiva. Ya no está el emérito Stack (tampoco Raymond Burr o Karl Malden, quienes alternaron en la labor) para oficiar de presentador, y la ausencia de uno de los highlights de la serie resiente al producto de modo notable. Ahora son los entrevistados quienes hablan a la cámara, y la insuficiencia de datos no siempre generará algo provechoso de por sí. Recolección de pistas mediante, el espectador se convierte en detective. Asesinatos, desapariciones, eventos paranormales continúan conformando la columna vertebral de la propuesta; nos involucramos en la cotidianeidad de aquellos que sufrieron en carne propia esta clase de eventos. Pero, algo parece faltar. Misterios eran los de antes; un relato anodino se puebla de testimonios lacrimógenos y anécdotas de relleno.
“Misterios Sin Resolver” en su reboot siglo XXI replica la esencia del costado más impune de la Norteamérica criminal (inclusive rebasando las propias fronteras), en tanto que abre una nueva incógnita acerca del inagotable interés por los fenómenos paranormales y la vida extraterrestre. Aunque lo hace con narrativa y técnica desigual. Aquella mixtura entre realidad y ficción ha perdido parte del intangible carisma y la desasosegante profundidad de antaño al momento de ejemplificar cada caso. Ni tan metódica ni tan precisa, la reconstrucción de lo hechos peca de poco ambiciosa. No siempre el final remata y la serie se estanca en una zona de confort que elige vivir de los laureles cosechados. Aunque ya no está la encantadora voz de su narrador (o el recordado doblaje en español) para adentrarnos en aquellos misterios de un mundo paralelo, que la malvada naturaleza humana -o la inteligencia superior fuera de este planeta- nos incita a inspeccionar.
Categorías:La Pantalla Seriada
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