
Una azul melodía viene
surcando el mar.
Veo hombres que imploran
que llore con ellos.
Desean el naufragio,
volver a lo oscuro,
absortos,
sin fuerzas,
se entregan,
sin fuerzas,
sin nadar.
La tristeza es un imperativo.
Observo,
el encanto de la luna.
Escribo en mi libreta de agua,
versos arrancados
del limbo poético.
Miro en silencio el silencio.
Se mueve una sombra sin ruido,
la boya danza suavemente.
Categorías:Poesías al Margen
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