Diego Presa (Montevideo, 1975) es un sensible músico y autor de canciones. Como solista y en colectivo (Buceo Invisible, El astillero) ha publicado más de una decena de álbumes, desarrollando una carrera consolidada en la escena de la música de Uruguay. Junto a Julieta Díaz editó a mediados de 2021 el muy recomendable EP «El Revés de la Sombra». «Visitante» es el nombre de su nuevo trabajo solista, grabado en la Ciudad de Buenos Aires, a fines de 2021, y presentado en el pasado mes de julio. También en formato EP, esta nueva colección de canciones fue registrada en el Estudio La Cocina de Beti y producido por Juan Ravioli.

-Diego, a través de las últimas décadas que llevás transitando el medio, ¿cómo percibís y qué impacto tienen los cambios que ha sufrido la industria discográfica, en especial la proliferación del formato digital en detrimento del formato físico?
Sí, evidentemente la manera en la cual escuchamos música ha cambiado. Las playlists, la vuelta a los singles, están marcando la época. Por un lado esta realidad me hace reflexionar acerca del lugar que ocupan las canciones en nuestra vida cotidiana y qué incidencia, si es que la tienen, están generando en nuestras sociedades. Porque parece haber una catarata de información, tumultuosa, sin parámetros críticos, que viene y va muy rápidamente. Por otro lado, a mí me siguen interesando los discos, que son estructuras más amplias y ricas que un conjunto de sencillos. Las relaciones, los diálogos sonoros y líricos que se producen en el interior de un disco me siguen resultando fascinantes. La existencia de un soporte físico, con la jerarquización del arte gráfico y el detalle de la ficha técnica ayuda a la profundidad de la experiencia. Estaría bueno no perder esa intensidad a la hora de escuchar. A mí las canciones me han cambiado la vida.
-Quisiera preguntarte que te pasó a vos durante estos años en donde se redujeron las posibilidades de tocar en vivo ¿Cómo experimenta un músico el regreso a los escenarios luego de la pandemia que privara a los artistas de poder ejercer su actividad?
Fueron tiempos duros, y lo siguen siendo. La pandemia desnudó fuertes precariedades en el sector cultural y el lugar de prescindencia que este ocupa para la clase política. Yo pude concentrarme en terminar un par de discos y un libro. Tuve la suerte de poder hacerlo. Muchos y muchas colegas lo pasaron muy mal. Lentamente se han ido abriendo espacios y el reencuentro ha sido muy intenso.
-¿Qué nos podés compartir acerca de este libro recientemente editado?
«Desviaciones» es el nombre del libro que escribí y publicó Pez en el hielo, preciosa editorial independiente montevideana. Salió a finales del 2020 y reúne un cuerpo de textos poéticos que estructuré y terminé de definir en plena pandemia
-Con el espectáculo denominado “La Primera Mañana del Futuro”, Buceo Invisible celebra sus veinticinco años de existencia. Contale a nuestros lectores qué representa en tu carrera este colectivo artístico multidisciplinar.
Buceo Invisible es mi casa. Toda mi vida adulta he trabajado dentro del grupo, son amigos y testigos de la magia y la pérdida de estos años. Y seguimos soñando juntos, con muchas ganas. Estamos preparando un nuevo disco.
-¿Cómo nace el grupo y qué recuerdos tenés de aquella época?
Formamos el grupo en 1997, saliendo de la adolescencia, en el barrio Buceo, cerca de la playa. Los ’90 eran muy áridos, duros; y decidimos trazar un camino radicalmente independiente, donde trabajábamos canciones, textos poéticos, dibujos y fotografías. Nos presentábamos un par de veces al año en espacios no tradicionales (sótanos, garajes, iglesias abandonadas) y editamos un fanzine. Luego, a mediados de los 2000, publicamos «Música Para Niños Tristes», disco que nos marcó, tanto en la manera en la que comenzamos a trabajar a partir de ahí como en la repercusión en cierto público que se fue acercando a lo que proponíamos. Después de ahí han sido años de mucho laburo, conciertos y grabaciones.
-Tanto en “El Revés de la Sombra” (2021) como en “Visitante” (2022), tus más recientes trabajos, elegís el formato EP a la hora de editar. ¿Qué singularidades te brindan las características de este formato, a diferencia de lo que representa un disco de larga duración?
Elegí el formato por razones diferentes en los dos casos, que se ajustaban a la realidad de ambos proyectos en ese momento. Con Julieta aprovechamos una pequeña ventana en la pandemia, ella pudo venir unos días a Montevideo y ahí grabamos su voz en las primeras canciones que habíamos compuesto juntos. “El Revés de la Sombra” funcionó como una presentación del dúo, fresca y directa. El cuerpo de canciones de “Visitante” fue grabado en Buenos Aires y lo trabajé con Juan Ravioli, que funcionó, entre otras cosas, de productor. Él me propuso acotar el número de canciones y así aclarar el espíritu del trabajo en su conjunto: la voz y la guitarra criolla al frente. Digamos que no hubo en ninguno de los dos casos una estrategia comercial, o un acompasamiento a las nuevas modalidades de escucha, sino que la elección del formato se debió a razones artísticas.
-Contanos acerca de la experiencia de grabar el excelente disco “El Revés de la Sombra”. ¿Cómo surgió este proyecto en colaboración junto a Julieta Díaz y cómo trabajaron a dúo en el proceso creativo de las canciones?
Fue un encuentro nada planificado, totalmente inesperado. Julieta escuchó mis canciones y le gustaron, las replicó en sus redes y a partir de ahí comenzamos un intercambio signado por la confianza y el placer de trabajar y escribir juntos. Después de “El Revés de la Sombra” seguimos componiendo, en este momento estamos grabando nuestro segundo trabajo, esta vez sí un LP.
Lee la reseña de EL REVÉS DE LA SOMBRA acá: https://revistasieteartes.com/2022/06/21/novedades-discograficas-el-reves-de-la-sombra-de-julieta-diaz-diego-presa-por-maximiliano-curcio/
-¿Qué universos explora tu flamante álbum “Visitante”? ¿Cuál fue la principal búsqueda creativa en este disco?
Visitante se basa en el sonido de una guitarra criolla que heredé de mi abuelo. Él fue un músico semiprofesional, compositor de tangos y milongas. Lo sentí como un viaje a esas primeras influencias, revivir el aire de ese linaje de música de esta parte del mundo. Y también fue un intercambio muy lindo con músicos argentinos, Juan Ravioli, Kubero Díaz, Nahuel Roht, Christine Breves y Julieta participaron en el disco y, por supuesto, enriquecieron las canciones con su magia.
-Hace poquito te presentaste en La Plata (Casa Pulsar) y Buenos Aires (Tai Teatro). ¿Qué sensaciones te dejó tu reciente paso por Argentina?
Siempre es un placer tocar allá y reencontrarme con amigas y amigos. Desde hace muchos años, tanto como solista, con Buceo Invisible o El Astillero, se han generado intercambios y experiencias preciosas con músicos del otro lado del río.
Reseña del show en Casa Pulsar (La Plata): https://www.facebook.com/SieteArtesPrensa/photos/a.1906282139653928/3229250787357050/
-Respecto al próximo LP grabado junto a Julieta, ¿qué nos podés adelantar acerca de esta novedad?
Estamos en plena grabación, a dos ciudades y disfrutando mucho del proceso. Seguramente en estos próximos meses se podrá escuchar un adelanto.
Escuchá el nuevo estreno: Videoclip de «PERRO», junto a Julieta Díaz


Discografía de DIEGO PRESA:
Como solista
Diego Presa (Bizarro, 2012), Trece canciones (Bizarro, 2014), Playa desierta (Bizarro, 2016), Cuarto (Bizarro, 2020).
Junto a Julieta Díaz
El revés de la sombra (Bizarro, 2021)
Con Buceo Invisible
Música para niños tristes (Perro andaluz, 2006; Bizarro Records, 2017), Cierro los ojos y todo respira (Bizarro Records, 2009), Disfraces para el frío (Bizarro Records, 2011), El pan de los locos (Bizarro Records, 2015) y Luz marginal (Bizarro Records, 2018).
Con El astillero:
Sesiones (Bizarro, 2016), Cruzar la noche (Bizarro, 2018).
DIEGO PRESA en redes:
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https://www.facebook.com/diegopresabuceo
https://www.facebook.com/buceoinvisible
Categorías:Conversaciones Siete Artes
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