
SIN ESPÍRITU LÚDICO NO HAY RIESGO ARTÍSTICO (O LO EXPERIMENTAL DE LA BELLEZA)
Causó vértigo el silencio pandémico, un tiempo transcurrido harto dificultoso de sortear para músicos independientes que subsisten llevando sus canciones show a show, de ciudad en ciudad. El escenario permanecía vacío por meses que transcurrían en idéntica incertidumbre. Habiendo atravesado la más infructuosa de las tormentas y subiéndose de regreso a las tablas, hacia fines de 2021, Lisandro Aristimuño encontró nueva vida. Dueño de una identidad musical sublime, que lo ha convertido en un estandarte de nuestra música popular, este emblema de la canción de autor continúa librando batallas a la hegemonía del mercado. El valor de la libertad que otorga, a todo ser creativo, la salvación. Su experiencia en la materia valida a Lisandro como un experto en sortear todo tipo de avatares.
Estandarte de la autogestión, artesano y soberano de su propia obra, creó su propio sello discográfico, Viento Azul, en 2009. Una trinchera musical que se asemeja al valor fundacional y de resguardo musical que fomentara, desde hace décadas, Litto Nebbia con Melopea. Además, el generoso espacio de difusión cultural gestado por Lisandro, denominado Música sin Fines de Lucro, representa otra muestra de su enorme generosidad, corazón y sensibilidad. De su inagotable motor creativo es el modo en que surge, en formato unipersonal, el CD en vivo “Set1”, recientemente editado. Su concreción nos muestra el enésimo rostro del siempre prolífico Aristimuño.
Acompañado de su guitarra y de su máquina de ritmos, es así como conforma el proyecto a medio camino entre la electrónica dance y el minimalismo acústico. Hecho de un repertorio versionado a partir de bases, sampleos y pregrabaciones que se fusionan en la improvisación del vivo; una propuesta íntima de show que recorriera puntos geográficos como Rosario, Neuquén y La Plata, entre otros destinos, también presentándose en España (durante marzo del corriente: en Barcelona, Madrid, Valencia y Pontevedra) y en el Centro Cultural Konex (para la cita veraniega de cada enero).
De la presente gira nace el registro de canciones conformado por “How Long”, “Loop”, “Green Lover”, “El Beso”, “Algún Lado”, “Hojas del Camino” y “Cuentan”, como columna vertebral sonora de un recorrido alternativo por canciones que bucean en un catálogo que abarca las últimas dos décadas. Algunas de las aquí presentes resultan auténticos hallazgos de su más temprana obra, a las que, por el formato aquí más favorecedor, el compositor no suele incurrir en presentaciones junto a su banda. El músico rionegrino, que venía de editar “Criptograma” (2020, cuya reseña pueden leer en nuestra revista: https://revistasieteartes.com/2020/12/29/9584), renueva, de esta forma, su propuesta estética y sonora, meses después del lanzamiento en plataformas digitales del trabajo titulado “EP8” (2021), junto a Fernando Kabusacki, y recientemente premiado con una nominación a los Premios Gardel, en la categoría “MEJOR ÁLBUM BANDA DE SONIDO CINE/TV/PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL”
Todos quienes hemos tenido la fortuna de disfrutar de alguna performance en vivo de Lisandro damos fe de que su talento musical congrega las almas en resonancia y comunión mutua. Como todo gran ritual, flotamos; sus conciertos nos transportan hacia otro espacio y dimensión, eso es cumplir la función de chamán. Un concierto como un ritual atemporal, pleno de búsqueda creativa y música para volar. De sus influencias de ritmos africanos y de allí al rock progresivo, desde el pop y el country a las cuerdas orquestales. El mapa genérico se va diversificando. De los paisajes patagónicos al aire folclórico latino; variopintos estilos que en Lisandro confluyen como un indetenible vórtice inspirador. Un huracán sonoro. Y de allí surge la belleza, indefectiblemente, en líricas y melodías que son la marca registrada de un artista curioso, imposible de encasillar.
En «Set1» vibra Lisandro, desnudando la canción y haciendo sencillo lo complejo, otorgándole el toque distintivo a cada reversión. Inventiva e inquietud se mixturan; su nueva criatura musical (que presentará en el Teatro Gran Rex, en el próximo mes de octubre) lo lleva a surcar extensos pasajes instrumentales, a hurgar en lo visualmente poderoso de su poética musical, a direccionar la voz hacia terrenos francamente desafiantes. Siete estaciones que portan inscriptas la luz que nos despertó. Las lleva en sus manos Lisandro, ofrendándolas, entre discos de Beatles y la omnipresencia de Luis.
Categorías:Alta Fidelidad
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