CLÁSICO…: El kitsch en los melodramas de Douglas Sirk. Por LEANDRO CUELLAR

Por Leandro Cuellar (Estudiante de Filosofía-UNGS)

leandrocuellarok@gmail.com

Introducción

Consideramos que Douglas Sirk (1897-1987) fue uno de los directores más destacados en la década de los 50´, que fue la década en que dirigió sus reconocidos melodramas como Lo que el cielo nos da (1955), Escrito sobre el viento (1956), Interludio de amor (1957) e Imitación de la vida (1959). Estos filmes tuvieron un gran éxito comercial. Sin embargo, sus melodramas no obtuvieron una buena acogida por parte de los críticos de entonces “porque giraban en torno a cuestiones femeninas y domésticas, banales, debido a su enfoque en sentimientos más grandes que la vida y poco realistas, debido a su estilo llamativo y vistoso”[1]. Aún así, más tarde pudo reconocerse el talento de este director y este tipo de filmes que nosotros los consideramos como parte de una estética kitsch.

En este escrito intentamos justificar nuestra posición de porqué consideramos a los melodramas de los 50´ de Sirk como filmes kitsch y por qué pueden poseer criterios éticos que se pueden presentar en las telenovelas. Utilizamos para nuestro análisis: Lo que el cielo nos da e Imitación de la vida. Exponemos, en principio, brevemente algunas consideraciones biográficas de la vida del director. Posteriormente, breves exposiciones sobre la teoría del kitsch y el kitsch en el cine. Luego, comentamos los filmes Lo que el cielo nos da e Imitación de la vida de Sirk. Más tarde, analizamos el kitsch en ambos filmes y el homenaje kitsch de Fassbinder. Finalizamos con una conclusión.

Algunas consideraciones biográficas sobre Sirk

Douglas Sirk es un alemán de origen danés. Comenzó dirigiendo exitosamente una obra teatral en su época universitaria. Más tarde, logró convertirse en director de cine y dirigir sus propias películas en Alemania. En 1937, tuvo que escapar de la Alemania nazi refujiandose en Holanda y Francia, para luego llegar a Hollywood en 1939.

En Estados Unidos, Sirk dirigió filmes de diferentes géneros. Nos interesa destacar que fue contratado por la productora Universal Pictures en 1950, que es con la que realizó sus reconocidos melodramas.

Más tarde, llega el maccarthysmo que como sabemos se persiguió a diferentes intelectuales de la época. El director no sintió nada cómodo y se retiró a vivir en su país natal. Posteriormente, vivió en Suiza y allí terminó su vida.

Breve aproximación a teorías del kitsch. El kitsch como propuesta cinematográfica

Los teóricos del kitsch no se ponen de acuerdo si la palabra proviene del inglés: sketch (boceto) o del alemán: etwas verkitschen (vender barato). Prima facie, las expresiones que nos vienen a la mente cuando hablamos de kitsch son: arte de mal gusto, grotesco, bizarro, trillado, cursi, etc. ¿Pero estamos seguros que se trata sólo de eso?

El primer teórico del kitsch, el filósofo, ensayista y novelista Hermann Broch (1886-1951), critica al concepto en su obra de 1933: Kitsch, vanguardia y el arte por el arte. Para Broch, el kitsch es portavoz de elementos negativos y hasta puede poseer un carácter neurótico. Broch hace una crítica de la pintura neogótica y la pintura prerrafaelista, a su vez, crítica al romanticismo de Émile Zola por considerarlo kitsch. También, va a hacer una crítica del libro Las desventuras del joven Werther (1774) de Goethe por identificar el amor con el suicidio. Para Broch, el kitsch es el mal absoluto.

Asimismo, la consideración de Theodor Adorno es crítica, ya que “lo kitsch es un veneno que está mezclado con todo arte; segregarlo es uno de los esfuerzos desesperados del arte de hoy. Complementaria al sentimiento producido y malvendido es la categoría de lo vulgar, que afecta a todo sentimiento vendible.”[2]. Otro miembro de la Escuela de Frankfurt, Walter Benjamin asocia el kitsch al surrealismo[3] y le brinda, así, cierta jerarquía estética. Lo kitsch aparece como lo reciclado, lo banal.

En lo que toca a Julio Moran, en una exposición de 1990[4] en la Universidad Nacional de La Plata, da por sentado que aquel disgusto que ha provocado el kitsch, ha abierto las puertas para que podamos sentir su fascinación. En esta conferencia habla de diferentes cineastas de renombre que utilizan o han utilizado de forma positiva en algunos o todos sus filmes un estilo kitsch, como es el caso de: Douglas Sirk, Michael Powell, Werner Schroeter, Rainer Werner Fassbinder y Pedro Almodóvar. En referencia a Sirk, Moran nos dice: “Douglas Sirk, con su versión refinada y litúrgica de materiales melodramáticos vulgares”[5].

A fin de cuentas, podemos pensar que el kitsch es un concepto amplio y en el cine es un recurso utilizado por diferentes directores para crear sus propuestas artísticas. Nos posicionamos en el lugar del kitsch como elemento positivo dentro del arte cinematográfico y que también como vemos en la siguiente sección podemos encontrarlo en las telenovelas.

Acerca de Lo que el cielo nos da e Imitación de la vida

En ambos filmes, podemos encontrar una exaltación de los sentimientos y a su vez, elementos que suelen encontrarse en las telenovelas. A propósito de las telenovelas, Javier Castaño Vera expresa lo siguiente: “…las historias habitualmente son de amor y desamor casi siempre imposibles, y que al final terminan felices como premio a los sufridos protagonistas (…) logran alcanzar la felicidad esquiva, una fantasía que difícilmente vivirán los públicos seguidores, pero que reconfortan su ilusión por un mundo mejor”[6]. El kitsch se encuentra en estereotipos. Tanto las novelas como los melodramas han sabido crear personajes y escenarios que recrean la cuestión del estereotipo o del cliché.

En el filme Lo que el cielo nos da (1955), nos encontramos con Cary Scott, una mujer viuda como Lora Meredith, personaje de Imitación de la vida (1959). Otra similitud es que ambas son mujeres maduras.

Cary Scott que pertenece a una clase social media va a enamorarse de su jardinero, Ron Kirby (Rock Hudson), y él se enamorará de ella. El problema estriba en que la comunidad en la que vive Cary e incluyendo a sus hijos se opondrán a su amor. No parece nada grato a los ojos de la clase media que una mujer se case con un jardinero que vive en los bosques. Es así cómo aparece el desamor. El espectador se angustiará al observar que dos enamorados no pueden estar juntos. Aunque al final del filme, Cary se dará cuenta que sus hijos no la necesitan y la mirada de los demás no tiene porque afectarles. Por lo tanto, el final es feliz.

Ahora bien, en Imitación de la vida, analizamos la historia de la vida de Lora Meredith (Lana Turner), una mujer viuda y madura como comentamos ut supra. Vive con su pequeña hija Susie en Nueva York. Lora anhela cumplir su sueño de ser una actriz famosa. Por otro parte, Annie Johnson es una mujer afroamericana que intenta salir adelante con su niña Sara Jane. Un día, ambas madres se encuentran en la playa debido a la amistad que encarnaron ambas niñas. Lora invita a que Annie y Sara Jane vivan en su casa al enterarse que no tienen hogar. Es, en ese entonces, donde se genera un lazo entre Lora y Annie que durará de por vida. Lora es, en principio, atraída por el fotógrafo Steve. Sin embargo, cuando asciende su carrera como actriz se separa de él porque Lora prioriza su trabajo. Luego, comienza a salir con Allen que la ayuda en su carrera. Sin embargo, pasa el tiempo y Lora se encuentra con Steve. Surge de nuevo aquel amor que había sido frustrado. Otra vez, nos encontramos con un final feliz. 

Así pues, analizamos que en ambos filmes se encuentran elementos melodramáticos, un pasar del amor al desamor y del desamor al amor. Los personajes son estereotipados. Aún así, creemos que ambos filmes pueden fascinar al espectador.

El kitsch en ambos filmes. El homenaje de Fassbinder

En el punto mayor que se puede apreciar el kitsch en ambos filmes es en el sentimentalismo exagerado. Este es un recurso de Douglas Sirk para moldear las emociones de manera continua de los espectadores. Consideramos que de ambos filmes el momentos con mayor sentimentalismo pertenece a Imitación a la vida en la escena del funeral de Annie. ¿La gran protagonista del filme? Decimos esto porque el reconocido crítico francés Serge Daney (1944-1992) planteó la cuestión de que la verdadera protagonista es Annie y no Lora. Es debatible.

También, consideramos aquí que si hablamos de kitsch deberíamos hablar del director alemán Rainer Werner Fassbinder (1945-1982). Fassbinder realiza un homenaje a Lo que el cielo nos da de Sirk con su filme La angustia corroe el alma (1974). En este último, aparece el uso exagerado del kitsch: se enamoran una mujer de sesenta años, Emmi y un hombre de unos treinta, Alí. Alí es un extranjero como también lo era Ron Kirby y por culpa de ambos las dos mujeres deben sufrir la presión social de su grupo de amigos y de sus hijos. Aún así, los filmes tienen sus diferencias.

Ambos van a ser kitsch, pero de distinta manera. Como observamos en los filmes de Sirk el sentimentalismo desmesurado y los personajes estereotipados constituían la base del kitsch. En cambio, en La angustia corroe el alma de Fassbinder analizamos que la banalidad recae en la imposibilidad de llevarse a cabo en la vida real la relación de Emmi y Alí. En ese punto reside lo kitsch.

Conclusión

Consideramos que los melodramas de los 50´ de Douglas Sirk son fascinantes por el hecho de poseer un estilo kitsch. Es el kitsch el que produce que este tipo de filmes nos atraigan de tal manera. Como analizabamos con Javier Castaño Vera y la comparación de lo kitsch con las telenovelas: el pasaje del desamor al amor y un público que queda contento de ver a su pareja feliz en la pantalla.

Tanto en Lo que el cielo nos da como en Imitación de la vida somos testigos de un final feliz. Las cosas se van dando como queremos. También, hay que decir que ambos filmes poseen un alto contenido moralizante. En Lo que el cielo nos da, podemos analizar la cuestión del otro, del intruso, del extranjero; mientras que en Imitación de la vida, somos capaces de ver cómo afectó la cuestión racial en Estados Unidos.

A fin de cuentas, el arte kitsch se puede utilizar no sólo para criterios estéticos sino también para criterios éticos que generalmente se pueden visualizar en telenovelas.

Referencias bibliográficas

. Adorno, T. [1970] (2004). Teoría estética. Akal: Madrid.P.390

. Broch, H, [1933] (1970). “Kitsch y el arte de tendencia”. En: Kitsch, vanguardia y el arte por el arte. Tusquets Editor: Barcelona.

. Castaño Vera, J. (2012). “El melodrama como arte y parte de lo kitsch”. Segundo Encuentro Internacional de Estudios Teatrales, organizado por la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia.  Pp. 73-90.

. Moran, J. (1990). “Criterios sobre el kitsch como categoría y manifestación artística”. XII Congreso Interamericano de Filosofía. UNLP.

. Orduna, M. (2020). “Douglas Sirk: Un maestro de la ironía con formato de melodrama”. Extraído de: https://cinehastaelamanecer.com/2020/04/26/douglas-sirk-un-maestro-de-la-ironia-con-formato-de-melodrama/


[1] Orduna, M. (2020). “Douglas Sirk: Un maestro de la ironía con formato de melodrama”. Extraído de: https://cinehastaelamanecer.com/2020/04/26/douglas-sirk-un-maestro-de-la-ironia-con-formato-de-melodrama/

[2] Adorno, T. [1970] (2004); Teoría estética. Akal: Madrid.P.390

[3] Benjamin, W. [1925] (1998). “Onirokitsch”. Traducción de R. Ibarlucía. Manantial: Bs. As.

[4] Moran, J. (1990), “Criterios sobre el kitsch como categoría y manifestación artística”. XII Congreso Interamericano de Filosofía. UNLP.

[5] Idem, (1990). P. 18

[6] Castaño Vera, J. (2012), “El melodrama como arte y parte de lo kitsch”. Segundo Encuentro Internacional de Estudios Teatrales, organizado por la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia  Pp. 73-90. (P. 80).



Categorías:Clásico y Moderno

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