
No todos los poemas están escritos
para que se entiendan.
Ida Vitale
Chamuyas de poesía con la luna del Sur,
mientras te acaricia una suave brisa celeste,
que viene anunciando el nuevo amanecer.
Se han consumido las velas,
y en tú entorno flotan palabras sueltas
rodeadas de silencio.
Como un rítmico carrusel
girarán y caerán en tú regazo,
y con tú pluma horadaras la piedra
como el agua
y harás un poema pétreo.
Islote, sutil, sensual.
Un poema indefinible,
inerme, inabarcable,
que conmueve, hace temblar,
quiebra soledades y da esperanza.
Mientras, crepita la marea
en la Rambla de Montevideo,
el Río de la Plata te trae aromas
de lejanas tierras aztecas,
que flotan en el último hálito
del exilio.
Poesía marcada por la distancia,
tus letras parpadean perturbadas
mientras las nubes danzan suavemente.
Hay niebla en los ojos,
brumas de nostalgia,
el poema Ida
como una quilla
hiende el mar
y se pregunta:
¿A cuántos versos de distancia estoy?
Categorías:Poesías al Margen
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