
La luna llena se reflejaba soberbia sobre las aguas revueltas. Esa noche en Mar del Plata, en su total inmensidad y belleza, el mar se presentaba ante los ojos de Alfonsina. Entre susurros la incitaba a visitarlo, a zambullirse en él, a bailar entre sus olas y simplemente dejarse llevar… Su naturaleza creadora y el temor a la propia inexistencia se disputaban una feroz batalla contra el peso de los años, la soledad indeseada, las carencias afectivas y una enfermedad cruel. ¿Quién ganaría?
El murmullo del oleaje jugando intrépido entre su pelo, acariciando su alma con suavidad, se enredaba en su andar, otorgándole paz. Ya nada importaba, ni los miedos, ni el mundo girando a su alrededor. Estaba exhausta, pues venía caminando desde hacía rato. No quiso detenerse, no precisamente ahora que estaba llegando. ¡Por fin seria libre! Alfonsina lo sabía, en ese sitio, internándose entre esas olas rebeldes, escribiría su último poema. Con una sonrisa de liberación, simplemente dijo «Voy a dormir».
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito (…)
Fragmento del último poema de Alfonsina Storni «Voy a dormir».
CARPE DIEM: CUENTOS PARA DISFRUTAR EL MOMENTO (2021, EDITORIAL DE AUTORES DE ARGENTINA)
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