NOVEDADES CINEMATOGRÁFICAS / Verano 2022: Las pantallas se renuevan (Primera Parte). Por Maximiliano Curcio

LA VERDAD DE LA DOLCE VITA / Puntaje: 6 – Legendario título en la estirpe gloriosa del cine italiano, que consagrara a Federico Fellini como autor de relevancia internacional a ojos del gran público, y pese a que ya contaba con dos Premios Oscar en su haber (por “La Strada” y “Noches de Cabiria”). “La Verdad Sobre la Dolce Vita” mixtura documental y ficción desde la exclusiva óptica de su productor, Giuseppe Amato, trayendo al presente el legado de “La Dolce Vita”, film que capturara el ambiente bohemio, excéntrico y superficial de la alta burguesía romana, observada desde la mirada cínica de un escritor fracasado (Marcello Mastroianni) devenido en reportero de un periódico sensacionalista.

Hace más de seis décadas, Fellini se reía de la farándula que animaba la vida mundana, concibiendo la épica radiografía de una civilización decadente, hedonista y corrupta, que olvidó sus ideales al vértigo de la modernidad. Con música de Nino Rota, la película fue condenada por la prensa católica de derecha, sin embargo, el baño antológico que tomara Anita Ekberg en la Fontana Di Trevi engrandeció su mito. Como casi siempre, hay otra historia detrás de lo que vemos en pantalla, aunque el presente largometraje dilapide algo de su potencial perdiendo el tiempo en explicar el dilema presupuestario que estancó a la producción durante varios meses, poniendo en vilo el rodaje de la misma. A veces hay secretos que mejor guardar…

Poniendo el relevancia el mérito de semejante obra y sus hacedores, en boca de grandes nombres del cine italiano (Dino De Laurentis, Vittorio De Sica, Marcello Mastroianni) se inserta la importancia del presente documental, trayéndonos pormenorizados detalles acerca de un proyecto convertido en odisea y guerra de egos desatada. Una historia que sobrevive la transformación del cine italiano desde las ruinas neorrealistas, para testimoniar las emociones en tensión de sus protagonistas. ¿Cómo controlar a un artista imperativo como Fellini, en el ápice de su inagotable creatividad? Estrenada en febrero de 1960 y obra cúlmine premiada en Cannes, su trayecto se rastrea dos años antes, cuando un importante productor italiano comprara los derechos del que se convertiría en el largometraje más caro de la industria italiana. Luego, la leyenda de todo film que excede la porción de su metraje. Divismos y leyendas urbanas aparte, “La Verdad Acerca de La Dolce Vita” buscará responder preciados interrogantes: cómo recortaron el metraje, cómo se hicieron con los servicios de tan estelar elenco y cómo la obsesión del demiurgo artista nativo de Rimini consumó su pieza maestra. La unívoca mirada del propio Amato (reconstruida mediante artilugios de ficción) no deja espacio para demasiada reflexión.


YO, TRAIDOR / Puntaje: 5 – Rodrigo Fernández Engler, guionista y director argentino, lleva a cabo su versión libre, personal y contemporánea de la parábola del hijo pródigo, constituyendo «Yo, Traidor» un reciente estreno de cine nacional en la plataforma Star Plus. El autor de «Cartas a Malvinas» (2008) nos trae la universalidad de un relato anclado en los fríos paisajes del sur. En sentido literal o figurado, el paradigma acerca del alejamiento del propio hogar (el propio centro y esencia), influenciado en esta ocasión por la desmedida ambición. Con protagónico de Mariano Martínez y excelentes labores de reparto a cargo de Arturo Puig, Jorge Marrale y Osvaldo Santoro, la película reflexiona acerca de la búsqueda de un propósito de vida, del ensayo en prueba y error como preludio a un camino de redención, que no diferencia de creencias religiosas, culturas o sociales. De allí su universalidad. El director interpela al espectador mediante un relato de tintes autorreferenciales: las cuentas pendientes de un hijo con su padre lo llevan a escribir una historia que transita el dolor de la traición y se concibe bajo la fórmula que mixtura drama familiar y thriller, vertebrando un mensaje que nos alecciona acerca del perdón y las segundas oportunidades.


KING’S MEN, EL ORIGEN / Puntaje: 4 – Conocimos la primera entrega de «Kingsman» en el año 2015, adaptando la novela gráfica de Mark Miller. El ingenio, la diversión y el cinismo confluían en una serie de escenas de acción originales que nos insuflaban de buen ánimo. Nuevos vientos soplaban en el anquilosado cine de acción. Siete años después, la propuesta se agota en sí misma, mediante un estreno en cartelera que solo trae la suave brisa de la anodina repetición. Un eco. apenas, de lo que alguna vez fuera, en manos del inventivo cineasta Matthew Vaughn. Satirizando al género de espías, «King’s Man» fraguó su éxito mediante una sostenida combinación de humor y giros sorprendentes. También recurriendo a elencos corales, como es aquí el caso, descansando en la labor de rostros familiares como Ralph Fiennes, Rhys Ifans, Daniel Bruhl y Djimon Hounsou. La premisa argumental intenta explicarnos cuales fueron los factores y acontecimientos que dieron inicio a esta sociedad secreta, de tal forma, la antesala de las primeras películas amalgama elementos históricos y ficticios para justificar una precuela cuyos eventos relatados no clarifican lo ya observado en sendas anteriores entregas. La consecuencia del último minuto que valida su existencia. 


HOY SE ARREGLA EL MUNDO / Puntaje: 7 – A lo largo de la última década, y gracias a títulos como “Vino para Robar”, “Sin Hijos”, “Permitidos” y “Mamá se fue de Viaje”, el realizador Ariel Winograd ha sabido construir una sólida trayectoria, abordando el género de comedia como instrumento a reflexionar acerca de vínculos afectivos resquebrajados y relaciones familiares disfuncionales. El logrado film “El Robo del Siglo” (2020) había sido su última incursión en la gran pantalla, regresando dos años después con una propuesta que combina humor y drama en símiles proporciones, enmarcando una historia que nos habla acerca de la pérdida de la inocencia de un niño y el redescubrimiento personal de un padre. Leonardo Sbaraglia (el padre, un productor televisivo en plena crisis de mediana edad) es el centro convergente de un relato que se sostiene mediante la importancia de dos búsquedas emocionales en paralelo. Una es la de un cuarentón mirándose al espejo de su propia banalidad. Un incorregible con el cual, extrañamente, empatizamos. Es en su fragilidad que nos vemos reflejados, construyendo así su relación directa con un espectador al que interpela. Winograd nos coloca bajo su piel. La pregunta del millón busca contestar que haríamos en su lugar. Es su imperfección la que contemplamos, inspeccionando en sus miserias y hurgando en el vacío de sus solitarias horas nocturnas, encontraremos un corazón partido en mil pedazos, preguntándose como llegó hasta allí y cuál es el propósito de asomarse al propio abismo. Sumido en la vorágine de un reality show televisivo en horas pico de decreciente rating, distraído entre recetas de sushi, superficies de estrellato impostado, dudosas terapias de rehabilitación, ropa de etiqueta en canje y aventuras amorosas de nulo compromiso. Toda moda es pasajera, acaso estímulos que lo distraen de lo que verdaderamente importa, adormeciendo de modo exponencial su capacidad de sentir. Y su vida sigue, así…así…

La otra búsqueda que emprende, como una propia metaficción de su ‘otra vida’, tiene que ver también con su identidad, en tanto y en cuanto a su deber de padre. Un cable a tierra, una brújula desorientada en su sentido, un llamado a despertar, antes tarde que nunca. Un trágico instante, un antes y un después en su vida y en la de su hijo, lo llevará a ejercitar un noble examen de conciencia, sin embargo, y a fines de no caer en spoilers, será conveniente no adelantar el suceso que posibilita dicho quiebre. Solo se dirá que el excepcional Benjamín Otero se convertirá en el eje del relato. El novel actor compone al hijo de Leo en la ficción, mediante un notable retrato, que transmite el asombro, la curiosidad, la sensibilidad, la frescura, el dolor, el desencanto, la sabiduría y la esperanza de este niño surfeando una ola gigantesca de emociones. Mucha más adversidad que la apertura al mundo que su infancia debería regalarle, en caricias, refugios y contención. Tampoco contará con amigables payasos, al fin toda ilusión acaba por romperse. Benito es un niño reconstruyendo la figura de su madre desde la ausencia. Es aquel retrato que se atesora, esa hazaña improbable que rescata una cinta de video, captada por el orgullo de mamá. Todo está guardado en la memoria.

Un elenco estelar rodea al siempre inmenso Sbaraglia, en compañía del pequeño gigante Otero. Varios intérpretes habituales en la filmografía de Winograd nos brindan escenas deliciosas, conformando una variopinta galería de personajes, a los que dan vida actores de la talla de Diego Peretti, Luis Luque, Gerardo Romano, Gabriel Corrado y Natalia Oreiro. Finalmente, “Hoy se arregla el mundo” nos regala uno de los finales más emotivos que el cine nacional reciente recuerde, enmarcando en una gloriosa escena entre El Griego y su hijo, el sentido cabal de una película acerca de encrucijadas, pesquisas e imprevistos dispuestos a ser sorteados con tal de poner a pruebas el propio verosímil. No hubo golpe bajo para la lágrima soltada. A fin de cuentas, lo real termina siendo aquello en lo que decidimos creer sin renunciar.



Categorías:Rincón Cinéfilo

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