
CANAL 54 / Puntaje: 6 – En 2014, Lucas Larriera estrena su ópera prima, “Alunizar”, presentando ciertas dudas que surgen desde la transición televisiva del alunizaje de Neil Armstrong en 1969, cuando el hombre llega a la Luna por primera vez. Heredero directo de aquel proyecto, su reciente trabajo “Canal 54” nos trae la historia verídica y poco difundida, acerca de un radioaficionado que capta una transmisión clandestina de la llegada del hombre a la Luna. Un registro distinto al oficial. ¿Cómo puede ser posible? Material de archivo dudoso…¿mayor mentira y puesta en escena cinematográfica? ¿Logro mediático y exploración científica para la carrera espacial por la que pugnaban dos naciones? La investigación llevada a cabo por el realizador propone hipótesis y teorías. Existe encanto en el misterio sin descifrar. ¿Que son esas imágenes? ¿Se trata de ensayos de alunizaje? Se acumulan las preguntas sin poder encontrar fidedigna explicación. Una posible transmisión paralela que desnuda toda una serie de suspicacias y conspiraciones. La realidad se sorprende a sí misma porque todo lado B de la historia solo es posible cotejando cierta silueta difusa a su alrededor. De mitos y leyendas se alimenta el ser humano. Larriera nos interroga acerca de un logro trascendental: ¿cuál es la porción que verdaderamente conocemos sobre este acontecimiento clave del siglo XX? Paso gigantesco de la humanidad o cortina de humo monumental, la opinión se divide radicalmente. Puede tratarse de una hazaña épica o puede la falta de información que sustente la autenticidad de los hechos sugerir suficientes pistas al respecto…puede la manía de un individuo recibir la señal que revele la verdad. Cabe aclarar que no ofrece Lucas Larriera un falso documental. No es su pretensión mentir ni hacer de la mentira su forma. Respuestas absurdas y disparatadas conforman el tono de un abordaje que no pretende clausurar su punto de vista. Una decisión inteligente. También de desacralizar el canon acerca del relato conclusivo y despojado de dobleces se trata. Al menos es la intención de tan peculiar proceso.

TRES A LA DERIVA EN EL ACTO CREATIVO / Puntaje: 8 – Los documentales sobre artistas constituyen todo un subgénero aparte. Inagotable en su atractivo. Puerta de acceso a procesos creativos y trayectorias de vida que confluyen, se atraviesan y complementan. Estrenada en el último Festival de Cine de Mar del Plata, el documental póstumo de Pino Solanas reúne, bajo el formato documental a tres mentes creativas fulgurantes. Luis Felipe Noé, exponente de la Nueva Figuración y padre de Gaspar Noé, destacado cineasta radicado en Francia. Eduardo ‘Tato’ Pavlovsky, reconocido director teatral orientado al psicodrama. Fernando ‘Pino’ Solanas, destacado realizador de “La Hora de los Hornos” y de profusa actividad política. Tres productores culturales, tres artistas emblemáticos de nuestro país, tres creadores socialmente involucrados. Un dramaturgo, un cineasta y un artista plástico. Una reunión de amigos para reflexionar acerca de algo tan inasibles como el acto creativo. Tres vanguardistas, tres referentes de su generación. Tres disruptivos que supieron romper las barreras de su arte. Si bien el último material estrenado obra de Pino fuera el documental “Viaje a los Pueblos Fumigados” (2018), su rodaje se remonta hacia el año 2014. “Tres a la Deriva en el Acto Creativo” nos lega la autenticidad de una charla, también la utopía de condensar en una hora y media de metraje una cosmovisión creativa. Una vida dedicada al arte. No una, sino tres. El compromiso con la obra y una palabra que surge con inusitada fuerza: caos. El poder que conlleva tan singular palabra. Opuesto de la muerte, cambio permanente u orden bien interpretado. Podría comprenderse la obra como ritmos, líneas y motivos que forman una organicidad. De la plástica a los escenarios. Del rodaje a la hoja de papel. Unidad de procesos y unidad ausente en la vida cotidiana. Instante fotografiado de esa permanente transformación.
La construcción del documental abreva en que cada acto creativo aborda una determinada arista, desde los avatares de la vida artística al círculo familiar. Desde el exilio a la participación de la vida política. También la crisis, artística o institucional. El motor y el deseo creativo inextinguibles comparten un lugar común, de firme convicción para los tres participantes del encuentro. Existe un secreto para mantenerse jóvenes: alimentar los proyectos que insuflan de vida. Así es como nos lleva, de modo confesional, a través de los designios de la creación de un personaje. Son acaso las leyes inconscientes del proceso creativo. Reconocerse como un personaje verdugo y víctima a la vez, el precio a pagar por crear de modo incesante. Un lugar de ficción donde habita el permanente asombro. Un descubrimiento inagotable. Un lugar que no queremos dejar. Y vemos aquí, a tres impares seres habitados por devenires, develando el truco sin agotar la magia de cualquier forma de arte, capaz de superponer imaginarios y paradigmas. De proponer un cambio de percepción. De expandir un universo de ideas. Buscar que hay más allá del misterio que confiere la búsqueda una imagen cinematográfica. Una pirámide invertida, dice el realizador. Todo confluye en un plano, afirma Solanas. Espiamos el ensayo creativo…participamos del gran escenario: el centro del teatro es el cuerpo del actor, acota Tato. Es la búsqueda de la identidad, sumergiéndose en la obra y sus designios.
“Tres a la Deriva en el Acto Creativo” es metalenguaje y dispositivos imbricados. Una cámara que captura un cuadro, otra que reproduce un monólogo teatral. Distintas instancias de la belleza. Núcleo de un testimonio cultural inapelable, tríada de artistas hablando en primera persona sobre sus inquietudes. Trilogía de posibilidades de una criatura creativa. Ferviente composición y vida entrega al oficio que deposita sobre nosotros la siguiente pregunta: ¿se adapta la obra al artista o viceversa? Curiosamente, una charla atravesada por la finitud del ciclo de la vida, tomando esta etapa como mecanismo de ignición para continuar fraguando un cuerpo de obra efervescente. Tal condición impacta en mayor dimensión sabiendo que Pavlovsky fallecería poco después de rodado el documental. Retrato sensible de un legado y tiempo detenido para la eternidad. Eterno work in progress, la obra nunca está terminada. Un camino creativo jamás en línea recta. Una poética del riesgo, jamás desprovista de escollos. Regalo inmemorial y homenaje a la amistad artística, puede anticiparse como un cierre de trayectoria. Reside en Solanas la total responsabilidad y cierto sobre un producto que desnuda la lucidez artística de todo aquel ser intuitivo que se adelanta al propio pulso cronológico; puede el proceso de este film elaborar la pérdida de aquel amigo y tomar dimensión de la propia finitud en el horizonte del propio camino. Un llamado profético sumamente conmovedor.

KING RICHARD / Puntaje: 6 – “King Richard” combina la historia de superación de aquel soñador que tiene un plan con la trascendencia hacia el estrellato deportivo de dos de las atletas más fascinantes del último tiempo. Serena y Venus Williams, previo objeto de estudio en el documental dirigido por Maiken Baird y Michelle Major -estrenado en 2013-, dominaron el tenis a nivel mundial. El efecto inspirador y motivador tras la gesta fue su padre, Richard. Un héroe moral que no carga las tintas de la negatividad lacrimógena que suele afectar a este tipo de cine. Se trata de la historia del típico underdog en el mundo del deporte, que tan atractivo resulta a ojos de la audiencia, desde improbables épicas de hazaña deportiva como “Rocky” y todo sucedáneo heredero. El working class hero que se supera a sí mismo siempre conectará con el mundo cinéfilo. Lo valioso de la propuesta dirigida por R. Marcus Green, reside en la concreción de un retrato que no endiosa a su objeto de estudio, agraciado por los matices dramáticos que provee Will Smith, un actor cuyo talento, a menudo, puede pasar desapercibido bajo la manufacturada receta del cine de acción comercial, pero cuyo amplio abanico interpretativo nos ha legado actuaciones memorables. Muchas de ellas, curiosamente, ambientadas en el mundo del deporte, como “la Leyenda de Bagger Vance” o “Ali”. La película se conforma en una biopic que genera positivismo, bajo la efectiva fórmula que adosa un conmovedor drama familiar a la infalible estrategia para alcanzar el éxito. El trabajo duro como método que ha dado fruto en numerosas historias de vencedores cenicienta. No hay otra forma que la extrema entrega para concebir una disciplina casi marcial. El personaje interpretado por Smith deletra la palabra ganadora sin titubear. Se sabe guardián del propio destino de sus hijas. Redacta un manifiesto. Visiona un diamante en bruto. O dos. Perfecciona los talentos que la divina providencia otorgo. Sabe del esencial sacrificio brindado. “King Richard” exuda el valor de la lucha a través de los obstáculos y nos inculca que el trabajo duro, la persistente dedicación y una meta clara a alcanzar pueden derribar cualquier probabilidad en nuestra contra.

EL PERFECTO DAVID / Puntaje: 7
«Así nace la belleza. Así, de forma espontánea. No tiene relación con tu trabajo o el mío. La creación de la belleza y la pureza es un acto espiritual» MUERTE EN VENECIA (1912, THOMAS MANN)
El David de Miguel Ángel es el ideal de belleza masculina. El genio renacentista, uno de los más grandes artistas de todos los tiempos, concibió un hombre musculoso, tensando su cuerpo y preparado para el combate inminente. Su tamaño prefigura el ideal de armonía y simbolizaba la virtud, la superioridad espiritual y la belleza del héroe que retorna a los ideales clásicos occidentales y antropocentristas. La alegoría se traslada a la ópera prima de Felipe Gómez Aparicio, siendo la única película latinoamericana seleccionada para el último festival de Tribecca, para su vigésimo aniversario. “El Perfecto David” nos presenta una temática universal: la búsqueda de la identidad; también puede entenderse el film como una metáfora acerca del perfeccionamiento e idealización de todos los padres, quizás proyectando ciertas propias frustraciones en sus hijos.
Cuestiones vivenciales y autobiográficas atraviesan la idea del autor, quien dirige a Mauricio di Yorio y Umbra Colombo. Se trama un relato en tensión permanente, predominante en un tono de suspenso. Una madre vigiladora y controladora y un régimen sobrehumano para cultivar un cuerpo en directa proporción al tiempo invertido nos dan positivos indicios. Llama la atención el contraste de desproporción entre los rasgos propios de la edad y el aspecto físico de nuestro protagonista, una elección en absoluto delibrada. Son parte de los recursos visuales utilizados que nos interpelan como audiencia. “El Perfecto David” es un film de estética belleza, que indaga en la mirada de los otros y donde el punto de vista narrativo permanece desde la figura del conflictuado adolescente expandiéndose hacia su mundo exterior, en permanente tensión y puesta en duda; propio de un tiempo de vida en donde se afianza la formación de vínculos y se persigue la propia vocación. Visibilizamos la vida social comprometida por la rutina de entrenamiento y la vigoréxica búsqueda alternativa de métodos para alcanzar la meta. Es la cuota de toxicidad necesaria para toda obsesiva quimera.

MILAGRO DE OTOÑO / Puntaje: 6 – Faxman es un actor trashumante, un artista titiritero de variedades que aprende el oficio. Como muchos de su condición, recorre diferentes localidades de Argentina con su extravagante espectáculo y a bordo de su antiguo automóvil, cosechando más obstáculos que suerte. Busca recuperar aquel fulgor perdido, busca sanar su alma. El destino lo unirá a Candelaria, quien se convertirá en el amor de su vida. Esta es la noble premisa argumental, a simple vista, del film dirigido por el rosarino Néstor Zapata, director, productor y dramaturgo teatral de amplísima trayectoria en nuestro medio. En 1965 fundó Grupo Arteón, reconocido espacio de arte de la urbe santafesina, coincidiendo con su primera experiencia en el ámbito cinematográfico: el cortometraje experimental «C.65». Más de medio siglo después de aquellos inicios, retorna a su ciudad natal para adaptar un cuento de propia autoría, rodado entre 2018 y 2019. Esperanzadora y entrañable, elige cierto sabor nostálgico para traernos la esencia autóctona de una ciudad de Rosario que resiste a la avasallante modernidad, ambientando el relato en los años ‘60. No es la única lucha contra el tiempo que escenifica “Milagro de Otoño”. También lo es la pugna eterna del hombre contra el irreversible transcurrir de los años. Temáticas universales como el amor, la soledad, las pérdidas afectivas y la finitud son recreadas bajo matices alegóricos. En la piel del buscavidas ilusionista de encuentra el también rosarino Luis Machín, quien vuelve a colaborar con Zapata luego de hacerlo, décadas atrás, para la obra de teatro “Malvinas, canto al sentimiento de un Pueblo”. La persecución de íntimos sueños, la fe denodada y el deseo de un próximo reencuentro dimensiona una historia que echa mano del elemento fantástico para dialogar entre líneas paralelas: el sentimiento excede el plano físico.
Categorías:Rincón Cinéfilo
Deja una respuesta