
UNDINE – Puntaje: 9
Confirmándose como uno de los narradores cinematográficos contemporáneos más atractivos y originales, Christian Petzold nos deleita con su más reciente creación: “Undine”, presentada en último Festival de Berlín. En su mundo audiovisual parecieran tensarse las fuerzas realistas y oníricas, hasta adquirir vida propia bajo un concepto que reformula las mitologías de la que bebe su inspiración. De manera que “Undine” puede verse como una fábula, por medio de la cual Petzold utiliza el medio para trasponer dispositivos literarios. Allí, en ese espacio sagrado, comprende y vislumbra la esencia del cine, de su cine.
El autor admira la tradición del séptimo arte alemán, anclado en una mirada mitológica ejercida por el expresionismo de la primera era, a través de icónicos films mudos de W.F. Murnau y Fritz Lang. Thomas Mann hablaba del ‘stimmung’, o el espíritu de una era que interpretaba, mediante el artificio artístico, determinadas coordenadas históricas, sociales y culturales. “Undinde” representa una fundación conceptual como declaración de intenciones. Petzold visualiza un objeto de deseo y encumbra al mito femenino de la ninfa. En sus influencias sobrevuelan la sirena de Truffaut y también el fetiche obsesivo de Hitchcock. El responsable de la trilogía “Barbara”, “Phoenix” y “Transit” no podría aplicar mejor a aquella selecta etiqueta que atravesó la cinefilia dorada a las puertas de la Nouvelle Vague. Autor, con todas las letras.
La base argumental de esta historia moderniza la simbología presente en la novela corta del ‘erzählung’ escrito por Friedrich de la Motte Fouqué, revalorizando el sentido de una adaptación fílmica. La perspectiva y el punto de vista particular del autor son vitales aquí. Vuelta a los orígenes del cine que no independiza su función del vehículo literario, aunque escandalice el epíteto de arte sucedáneo a las teorías menos conservadoras, la transposición respeta el espíritu de la obra original. El director recurre a la misma dupla actoral de su anterior largometraje; quizás sendos personajes interpretados arrastren presencias fantasmales de un pasado hecho de trazos de ficción.
En “Undine”, rodada en menos de un mes, el relato oral conserva cierta permanencia romanticista. Petzold no descuida la mirada histórica sobre Berlín ni soberbio tratamiento estético al amplio sentido metafórico en el que abreva el menú. Hay vida subacuática en el río cruzado por Heráclito. Hay un cauce seco donde florecerán nuevas ideas. El agua funciona como elemento disparador, y resulta una llave de acceso a la propia cosmogonía del autor, de cara a una próxima trilogía. Interesante resulta pensar en seriales conceptuales y patrones de correlación para prolongar una mirada conceptual. Sobre todo en tiempo de nimios productos seriados y franquicias concebidas para superhéroes de cartón.
CORPUS CHRISTI – Puntaje: 8
Película polaca nominada al Premio Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa durante 2019, «Corpus Christi» elige un particular abordaje hacia la temática religiosa que suele proveer materia fértil para el análisis cinematográfico. Allí está la figura de un sacerdote igualmente carismático e impostor, centro del relato del último film de Jan Komasa, reciente novedad en nuestra cartelera cinematográfica local, dos años después de darse a conocer en festivales internacionales.
Inspirada en eventos reales, esta historia nos ilustra acerca de la dualidad presente, de modo inexorable, en la esencia humana. Su examinación acerca de la comunidad fracturada en donde el relato se emplaza resulta el disparador argumental idóneo para que el cineasta reflexione acerca de cuestiones como la identidad individual. ¿Que ocurre cuando fingimos ‘ser otro’? ¿Que implica, por otra parte, ser realmente auténtico? Los límites se difuminan a la hora de discernir que es correcto y que no, líbranos de todo mal intencionado. Será tarea de cada espectador resonar con tales preceptos bajo su propia balanza moral.
El realizador filosofa acerca del rol que juega un trauma al sellar el destino del lugar en donde transcurre el relato. Causalidades o casualidades de un plan divino inalterable, una experiencia religiosa coloca al renovado hombre de fe en tiempo y espacio apropiados. Nos preguntamos si la sanación de la tragedia viene en forma de bendición o condena. ¿Es aquella persona que otorga un atisbo de esperanza la misma que amenaza el status quo del lugar? Dos caras de una misma moneda; otra vez, la dualidad omnipresente. La impostura de la investidura otorgará peso específico al ambiguo valor de la fe. «Corpus Christi» es un logrado drama social que hace foco sobre un mundo polarizado en pequeña escala. Jamás cediendo al didactismo, su autor opera con contundencia. Y sin culpa ni autocastigo, solo por amor al prójimo cinéfilo.
CICATRICES – Puntaje: 7
Un robo de infantes recién nacidos como operación de un perverso mercado ilegal se conforma como el disparador argumental de “Cicatrices”. Las consecuencias de un acto negligente no nos dejarán indiferentes, mientras nos adentramos en los crueles pormenores de un episodio histórico real. Materia de delicada reflexión para un cine serbio que ha utilizado el medio como instrumento para cerrar viejas heridas de su pasado.
Pensemos en los conflictos políticos, bélicos y sociales, expuestos por la industria a lo largo de los últimos treinta años, desde “Underground” hasta “Father”. Un cine de corte intelectual y multicultural, dispuesto e ejercer una mirada retrospectiva hacia la República Popular Federal y Socialista de Yugoslavia, tanto como hacia la ruptura que desencadenaría una guerra y la independencia de Bosnia-Herzegovina.
Junto a la guionista Elma Tataragić, Miroslav Terzic lleva a cabo un estudio psicológico de personajes. Inactivo desde “Redemption Street” (2012), el realizador prefiere un estilo visual que prefigure una atmósfera de thriller que se cuece lento, en la búsqueda de una sufrida madre por allanar un camino de verdad. El resultado es una observacional gema de autor, que jamás se preocupa en otorgar respuestas clausuradas ni tranquilizadoras. Minimalista, hace de la sobriedad su principal aliada. Atenta a los detalles, no desperdicia emociones. Sabe que la contundencia no concibe el más mínimo golpe bajo.
LA AUDICIÓN – Puntaje: 7
Con enorme dedicación y afecto, Anna enseña violín a un joven de inusual talento. Una audición trascendental lo aguarda mientras la obsesión se apodera de la docente, canalizando en el superdotado aprendiz sus antiguas frustraciones. Las cuerdas se tensan, la melodía se intensifica y la sinfonía se convierte en la música de fondo para un drama apremiante.
El Premio a la Mejor Actriz otorgado a Nina Hoss, en el Festival de Cine de San Sebastián, valida los pergaminos de un soberbio tour de forcé actoral. La germana Hoss utiliza su lenguaje corporal como un perfecto instrumento que transmite emociones a flor de piel. El suyo es un acto de fe que se convierte en una razón de vida que hace de la fijación un viciado síntoma. La frustración y los temores del joven aprendiz enciende el estado de alarma e inseguridad que afectará al círculo íntimo de la tutora. Hoss se balancea ante el abismo de su duda existencial. La certeza de su visión como instructora acaba de derrumbarse y con ello todo a su alrededor.
El segundo largometraje como directora de la también actriz Inna Weisse posee un sólido guión firmado por Daphne Charizani. De una sobriedad casi ascética, “La Audición” se nos revela como un pormenorizado retrato psicológico, una perturbadora indagación moral. En las antípodas del temible y en extremo subrayado retrato de Damien Chazelle en “Wiplash” (2014). Las intenciones son, afortunadamente, otras. Existe en su atribulada protagonista una fallida búsqueda de afecto y aceptación. La confrontación con su propia agonía existencial hace del film un agudo acto reflexivo acerca de la culpa y el castigo.
Categorías:Rincón Cinéfilo
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