Por Carlos Javier Jarquín
Este año en Centroamérica estamos celebrando el Bicentenario de nuestra emancipación. Doscientos años de historia y de vivir en independencia. Tiempo en el que hemos padecido todo tipo de circunstancias, algunas creadas por la mano del hombre y otras, provocadas por la naturaleza; como la reciente pandemia del Covid-19, que desde diciembre del 2019, ha puesto en movimiento a todo el planeta. Este bicentenario en cada país centroamericano, no se está conmemorando como se hubiese esperado en otros momentos de la historia, pero ésta es la realidad del presente que vivimos y tenemos que buscar la manera de salir adelante.
El martes 19 de enero del presente año inicié la planeación de la “Antología del Bicentenario de Centroamérica”, después de visualizar el libro, me hice la pregunta de los doscientos años. ¿Qué hacer para publicarla? A mediados de febrero me contacté con la escritora, poeta, empresaria, editora y Directora de Ayame Editorial, Ana María Ayala, le hablé del proyecto y le solicité su apoyo, al cual accedió con total entusiasmo. La siguiente cuestión era encontrar el título adecuado, entre los que se encontraban: Doscientos años de historia, doscientas páginas de historia, Bicentenario de independencia, dos siglos de independencia, al final opté por Antología del Bicentenario de Centroamérica.
Esta obra es independiente a toda ideología política, interés económico y credo religioso. Nuestra visión es hermanarnos a través del arte y enviar una cordial invitación, para conocer, promover y difundir, las similitudes culturales y artísticas, que como centroamericanos, compartimos. En el trascurso de la historia.

Coordinadores
Una vez que conté con el apoyo de la editorial mexicana, me contacté con un amigo poeta de cada uno de los países involucrados, con la intención de invitarle a ser parte de este proyecto, como coordinador y cómplice en su país, objetivo que logré a excepción de Nicaragua, donde no me fue posible asignar a un coordinador nacional. En cuanto a los demás, desde el inicio mostraron apoyo incondicional. Quedando el equipo integrado de la siguiente manera: Por Guatemala invité al poeta, escritor, editor, periodista cultural, columnista y gestor cultural Rodrigo Villalobos Fajardo, por El Salvador invité a la escritora, poeta, locutora y columnista internacional Claudia Figueroa Oberlin residente actualmente en Guatemala, por Honduras la invitación fue para el poeta, escritor, emprendedor, gestor y promotor cultural Rubén Sanabria, por Costa Rica fue el escritor, poeta, profesor, gestor y promotor cultural Leonardo Cruz Alvarado y por Panamá el escritor, poeta, editor, gestor cultural y director del portal web http://www.panamapoetico.com, Edwin Chacón.
Desde el primer día del proyecto, el libro fue diseñado con parámetros muy definidos, mismos que escribí y publiqué en un artículo, explicando cuales eran los principales objetivos, junto a un documento en el cual se estipulaban los
requisitos de participación para los escritores, poetas y pintores y fue redactada una carta de invitación personalizada y firmada por la directora de la editorial, el coordinador general y los coordinadores nacionales. En la primera semana de abril iniciamos esta hermosa historia llena de color, llamada el libro bicentenario, teniendo el placer de contar con escritores y artistas plásticos, tanto emergentes como de gran renombre nacional, e internacional quienes, para nuestro beneplácito, con gran motivación y entusiasmo aceptaron nuestra invitación.

Concurso para la portada
A finales de abril fue enviada la invitación, solicitando como representante de cada país a un artista plástico, para concursar por la elección de una obra para ser reproducida en la portada, siendo Panamá el único país sin participación. Con los siguientes requisitos: la obra debía ser inédita, con un fondo que representara el mapa de Centroamérica y con predominio del color azul, en homenaje al libro “Azul” de Rubén Darío, además de ser un color constante en nuestras banderas y un tono representativo por el mar que corre de lado a lado del istmo.
El 15 de julio fue tomada la que resultó una muy difícil decisión, debido a la gran calidad y enorme creatividad desplegadas en cada obra concursante. Resultando ganadora la obra “LEGADO” del brillante pintor Hondureño Julio Sanabria Mata, y siendo el maestro salvadoreño Gilberto Arriaza, con su obra “Tierra Exótica” el ganador para la contraportada.
El libro cuenta con 7 secciones, la última de las cuales, está dedicada a los 5 pintores finalistas en el concurso. Y hemos aprovechado la primera página de cada sección para homenajear a un poeta representativo de cada país, seguido de la semblanza y foto del artista autor de dicho retrato, un artículo escrito por el coordinador, los textos narrativos de los escritores participantes, una pintura, los trabajos poéticos y finaliza cada sección, otra pintura. Siendo la foto del poeta homenajeado de Panamá Ricardo Miró, la única tomada de la web.
En este libro tenemos el privilegio de contar con escritores, poetas y pintores de distintas regiones de América Central y también con autores centroamericanos que viven lejos de Centroamérica. El libro cuenta con 81 invitados, incluyendo a la prologuista Ana María Ayala. Los participantes no se encuentran en orden alfabético, fue seguido el orden de recepción de sus trabajos.
Entre los objetivos principales de esta antología se encuentran los siguientes:
· Homenajear a las figuras heroicas que lucharon por nuestra independencia y a todos los grandes hombres y mujeres que han hecho historia desde cada región que compone a Centroamérica.
· Promover la cultura, arte y literatura a nivel nacional, regional e internacional.
· Aportar ideas constructivas a los líderes del presente y futuro a través de los distintos e interesantes temas que se desarrollan en el libro.
· Dar a conocer más allá de las fronteras nuestra singular identidad.
· Dar difusión al trabajo literario de grandes autores contemporáneos que están en absoluta invisibilidad.
· Brindar oportunidades a los escritores y pintores emergentes.
· Aspiramos llevar la antología en formato impreso a bibliotecas de distintas ciudades de cada país participante.
Desde aquí envío mi reconocimiento y eterno agradecimiento a todos los que, con su esfuerzo, compromiso y entrega, hicieron posible la realización de este histórico libro, que estoy seguro dará grandes frutos tanto en Centroamérica como en el mundo. Ha sido un arduo trabajo de 9 meses, en los cuáles hemos dado, tanto coordinadores como invitados, lo mejor de nosotros mismos. Este ha sido desde el inicio un proyecto muy complejo, pero cada una de las partes involucradas ha puesto su mejor esfuerzo con esmero y dedicación, quedando al final en manos del equipo profesional de Ayame Editorial en México, la labor de hacer, de este sueño, dedicado a los 200 años de independencia de Centroamérica, una realidad. La Antología del Bicentenario de Centroamérica, (Ayame Editorial, México, Septiembre 2021). La presentaremos virtualmente a través de Zoom y Facebook Live de la página oficia de Facebook de Ayame Editorial, el domingo 19 de septiembre dando inicio a las 2:00 p.m. hora Centroamérica / 3:00 p.m. Ciudad México 5:00 p.m. Argentina y 10:00 p.m. España. Y desde ese día se podrá adquirir a través de la plataforma de Amazon a un precio sumamente accesible.
Prólogo de la Antología del Bicentenario de Centroamérica. Por Ana María Ayala Carbajal
Pocas Antologías reúnen polivalencia tan intensa como la presente compilación, que concentra la obra de setenta y nueve destacados escritores, poetas y artistas plásticos de seis países, con matiz epidérmico, acentos y coordenadas diferentes; que no se adhieren a una escuela o movimiento en particular, comparten una visión forjada por doscientos años de lucha en pro de los ideales, unidos por la fuerza histórica, social, económica y cultural, que les ha dado una percepción colectiva expresada cada vez con mayor fuerza, pese a los múltiples avatares sufridos, logrando desarrollar su propio arte como insignia de su ideología y razón de ser. La unión centroamericana comenzó a definirse hace doscientos años, arrancando por un camino de continuidad paralela a la línea de su desarrollo socio-político; brecha que se fue abriendo hacia nuevos horizontes, tejiendo a su paso una nueva conciencia de identidad. Árbol cuyas ramas se van extendiendo hacia el cielo y a todos los rumbos a donde han llegado sus emigrantes, llevando consigo el canto de rebeldía que une la lírica y la acción, plasmando su quehacer artístico como puente/camino que trasciende y transforma el legado de sus próceres, la sangre con la que abonaron su tierra y que ahora surge a borbotones en sus versos, experiencias vitales que fraguaron su carácter y dieron a su espíritu la profunda sedimentación de fortaleza como su mejor rúbrica. Esta compilación, evidencia el proceso de maduración logrado en las diversas vertientes de expresión artística, conduciendo a la región de Centroamérica hacia el umbral de su esplendor, como antorcha viva, lista para el relevo de espíritu que no puede apagarse, libre de ataduras, sin restricciones ideológicas y en el contexto de la unidad y solidaridad humana; quehacer poético en contraposición al político, creando con la palabra la reconstrucción de sus huellas. Liberándose de las viejas formas de expresión para renacer en las nuevas, que ahora nos presentan. Así, en palabras de Rodrigo E. Villalobos Fajardo coordinador de Guatemala podemos decir que ésta antología es: “Una cura desde la memoria colectiva/ desde cada hogar/ muestra de esa búsqueda constante por la superación, la libertad y la resiliencia social/ desde nuestro maíz y nuestros cafetales./ Los lazos de comunidad se estrechan, no solo a nivel nacional sino dentro del istmo centroamericano./ Acá están las voces y pasos de mujeres y hombres, todos al unísono, en un mismo sentir, sanando aquellos innumerables males de nuestro pasado”. Obra no exenta de las contradicciones de un movimiento histórico en un proceso constante, tal y como lo declara la coordinadora de El Salvador Claudia Figueroa Oberlin: “Su separación como naciones y estados republicanos independientes, nos da la pauta, que como sociedades, tenemos mucho trabajo que hacer. Cada uno de sus habitantes, en ‘su trinchera’ debe remar para que todo el esfuerzo realizado/ tenga eco. En nuestras manos está hacer crecer cada una de nuestras naciones, que estas vibren y brillen con luz propia”. A esta obra, la une la correlación paradigmática de voces, creándose un entretejido verbal y cultural que comparte y privilegia la connotación sobre la denotación, como lo refleja el coordinador de Costa Rica Leonardo Cruz Alvarado: “¿Qué han significado tantos años de vida independiente? /Para poder entender el alcance de una pregunta como ésta y la magnitud de su respuesta, habría que ir casa por casa y preguntar ¿qué tan libres se sienten el día de hoy? /¿Hasta dónde tuvo alcance aquella independencia conquistada en 1821?/ Para no ahondar en percepciones divergentes/ Se es libre en tanto dice y hace cuánto le place y lo único que es capaz de ‘someterlo’ es el ordenamiento jurídico”. El tema central de “la esperanza”, se reitera en sus textos con gran potencial semántico, mismo que podemos observar en las palabras de Rubén Sanabria, coordinador de Honduras: “Qué esta antología, se vuelva la voz en su oído y la fuerza que despierte ese fervor patriótico junto al deseo de ver nuestras tierras unidas en una misma patria. Tal como lo soñaban nuestros próceres hace doscientos años, cuando firmaban con alegría nuestra independencia”. Y que con indetenible fuerza se reafirma en las declaraciones de su compilador Carlos Javier Jarquín: “En estos doscientos años se cierra un capítulo y se abre una nueva era para construir un Centroamérica de oportunidades plurales, para sumar y no restar”. Esta antología tiene el objetivo de unir a orfebres de la palabra y de las artes plásticas, hermanos de una misma tierra, para promover la cultura y crear lazos que refuercen la solidaridad y hermandad. Objetivo que reitera con claridad el coordinador de Panamá Edwin Kenys Chacón: “Son pues, los poetas y los demás escritores, los testigos forjadores de nuestra identidad como nación. Han estado allí para acompañar todos los cambios sociales y procesos históricos de mayor impacto. En esta ocasión, salen una vez más a acompañar a su sociedad, en esta antología de cuento y poesía, para recordarnos que aunque son tiempos difíciles, nuestro mayor valor siempre ha estado en la unión”.

Categorías:Latinoamérica Arde
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