
LICENCIADO SOLISTA
Artífice de su incontenible fábrica de canciones, brutalmente honesto o nadando a contracorriente. Recluido en el encierro de su noche interminable o idolatrado en su ‛Lunático Regreso’ de 2005. Amado, incomprendido, excesivo o exiliado, la poesía fértil de este incansable gestor de melodías alumbró el trayecto de una ecléctica carrera musical.
Tan abarcativa es la figura de Andrés Calamaro, de quien Bios, producto del sello National Geographic, estrena en Latinoamérica, a través de la plataforma streaming, una nueva temporada, iniciando con un episodio dedicado al destacado músico. Recurriendo a imágenes de archivo inéditas y videos caseros, así como al relato de colegas y amigos de Andrés, la anfitriona Nathy Peluso es la encargada de conducir un recorrido musical que se extiende a lo largo de una hora y media, repasando la obra musical de una de las figuras más representativas de la segunda generación de nuestro rock.
Allí está Andrés, <<La voz del millón de dólares>>, como alguna vez su compañero de ruta Ariel Rot lo definiera. Desde Raíces a Los Abuelos de la Nada, y desde Los Rodríguez a una trayectoria solista vertiginosa, intrépida, políticamente incorrecta y sumamente original. Bios nos muestra las mil vidas del comandante Andrelo. Entre los valiosos testimonios que aportan una valiosa semblanza sobre ‘El Salmón’, encontramos a Vicentico, Daniel Melingo, Cachorro López, Ariel Rot, Olga Castreno, Mario Bauer, Cuino Scornik, Juan Subirá y Marcelo Fernández Bitar, entre muchos otros.
Esta nueva entrega, bajo el lema de ‘vidas que cambiaron la tuya’, viene a contarnos que Andrés Calamaro vive a la altura del legado de un hombre cuya fertilidad compositiva no cesa de sorprender: ese que deja su alma en las grabaciones, ese que vivió subido a los escenarios, el artesano de las canciones imposibles, el que se atreve a otros estilos y aun así llega al gran público, el de experimentos instrumentales sublimes solo apto para incondicionales fans.
Las experiencias lisérgicas de ‘El Salmón’ son relatadas aquí, en cierta medida, minimizando al espacio que ocupan sus principales influencias, de las cuales resulta llamativa la ausencia de Bob Dylan, así como también la exigua referencia a emblemas de la primera generación del rock nacional, etapa que nutriera las apetencias musicales un joven Andrés. Continuando la senda trazada por anteriores abordajes, como los realizadores sobre magnas figuras como Luis Alberto Spinetta, Charly García y Gustavo Cerati, la serie descompone ante nuestros ojos la esencia de un incontenible hacedor de hits y canciones que se han convertido en himnos populares.
Bios reconstruye la importancia de Andrés Calamaro, con la suficiente prestancia como para trazar la silueta de una figura emblema de su camada y dueño de un presente prolífico. Andrés, el de ayer, hoy y siempre. Ese mismo que, en su refugio íntimo de Camboya Profundo, fue tejiendo el pulso de su historia y coleccionando hitos que hoy millones de salmones cantan de memoria. Desde El Hornero Amable y su laberinto, nos pidió perdón mil veces y todavía tiene mil más. Porque hace décadas que sigue siendo un número puesto. Un auténtico ave fénix, quien con paciencia y a lo largo de interminables noches sin dormir, fue cimentando la búsqueda de la canción perfecta, haciéndose incombustible al paso de los años y las modas.
Categorías:Alta Fidelidad
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