
Yo llanura sentí los pasos esporádicos
de Ranqueles y Pampas,
la cuadrupedia del guanaco
y la gracia del venado.
Me transitólaguna a laguna
el ñandú flecha veloz,
y a mi cielo ancho
los biguás lo cruzaron.
Con mi aplanada soledad
me reunía en cada alborada,
a renovar la creencia
en la infinitud de mis límites
y en la eternidad del silencio
Categorías:Poesías al Margen
Deja una respuesta