GRAN ACTO: «Machuca». Por Daniel Cozzolino

Película: “Machuca” (Chile, 2004)

Dirección: Andrés Wood

El film nos sitúa en Santiago de Chile, en 1973, en las semanas previas al derrocamiento de Allende, retratando los últimos momentos de la UP (Unidad Popular) y el clima de inestabilidad social y política de la época. Entre estos elementos destacan las luchas ideológicas y los choques entre manifestantes de los partidos políticos antagónicos, así como también se remarca  la problemática del desabastecimiento y su influencia en el estilo de vida y la opinión publica, especialmente la de la clase media. Desde este punto de partida es a partir del cual nos situamos hasta los tramos finales del film, en donde podemos ver el proceso de transición entre el gobierno de Allende y la Junta Militar: el golpe de estado, el avance de los militares sobre las instituciones (particularmente la educativa) y el impacto de la reestructuración militar en la sociedad.

El personaje principal de “Machuca” es Gonzalo Infante, un pre-adolescente  perteneciente a una familia acomodada de clase media-alta de Chile. El grupo familiar de Gonzalo se ve afectado tanto por cuestiones políticas y económicas (debido al desabastecimiento de productos básicos y de lujo que hacían a su vida cotidiana), así como también por problemáticas de índole domesticas. La relación disfuncional entre la madre de Gonzalo y su padre se da tanto por problemas matrimoniales como por diferencias políticas, las cuales salen a la luz de manera marcada debido a los acontecimientos que se dan en el país. Estas dos visiones acerca de la situación político-económica-social del contexto influyen en la formación de Gonzalo respecto a su visión del mundo por fuera de la formación escolar, y será, a través de distintos actores, uno de los elementos fundamentales sobre los cuales el personaje se va a debatir a lo largo del film.

Gonzalo asiste al colegio “Saint Patrick”, un colegio privado y muy exclusivo de habla inglesa, religioso y solo para varones. Los alumnos concurren con uniforme que los señala como miembros de la institución a la vez que sirve como muestra de status, dada la exclusividad del establecimiento educativo al que pertenecen. Las normas y reglas de ingreso que impone la institución señalan el tipo de persona que puede acceder a ella. Los requerimientos de ingreso que impone el colegio Saint Patrick son sinónimo de excelencia, porque la personas que los cumplen son aquellas que socialmente son aceptadas como superiores (las clases sociales altas). Podemos ver aquí los primeros indicios de una política de reproducción, en este caso de un ideal de miembro de la sociedad: varón, blanco, católico y de clase alta.

Se puede ver que la estructura de la escuela es tradicional, desde el espacio arquitectónico, con el patio en el centro, zonas marcadas para cada actividad (patio de recreo, zona de ejercicio, huerta, aulas, capilla), pupitres individuales para cada alumno, con el docente como figura de autoridad, sentado frente a los alumnos, por sobre ellos, poseedor tanto de un conocimiento superior como de la capacidad para ejercer premios y castigos. A su vez, el docente se encuentra dentro de una estructura jerárquica que organiza los distintos poderes dentro del establecimiento educativo, respondiendo el docente al rector padre McEnroe, quien se presenta como la figura de total autoridad dentro del colegio (en este caso, siendo un colegio católico, la figura de autoridad máxima no es un docente, si no un sacerdote). Este colegio se mueve dentro de un sistema de códigos de conducta y comportamiento muy estrictos: los niños corren al escuchar el timbre que marca el inicio de clases y hay una ausencia de charla dentro del aula, donde la maestra pronuncia un “silence, please” ante el menor gesto producido por los alumnos, marcando, nuevamente, su posición de autoridad.

Ya desde la primer escena de la escuela se le presentan a Gonzalo, quien observa a través de una ventana, a los nuevos alumnos del colegio: chicos que resaltan por no vestir el uniforme reglamentario, que  recorren el establecimiento en grupos acompañados por otros tutores. Estos acontecimientos son representativos de la actualidad que se vivía en Chile durante esa época, cuando la UP asumió la necesidad de impulsar una reforma educativa que convirtiese la labor pedagógica en un proceso de valoración y participación política del pueblo. Esta política educativa se basaba en el acceso a la educación  sin necesidad de pagar matricula desde la enseñanza escolar a la universitaria, con el fin de realizar un cambio estructural dentro del sistema educativo chileno al evaluarse el sistema tradicional de educación como elitista y en crisis.

Durante una escena en la cual el padre McEnroe presenta a los nuevos alumnos a la clase, se dan dos situaciones llamativas. En la primera de ellas, McEnroe pregunta al resto de los alumnos si reconocen a alguno de sus nuevos compañeros, pregunta ante la cual la mayoría permanece en silencio, a excepción de uno, quien reconoce a uno de los nuevos chicos como al hijo de una de las mujeres que trabaja en su casa. Esta secuencia demuestra lo invisibilizados que estaban estos chicos ante el resto de la sociedad, especialmente ante otros niños, debido a sus orígenes y clase social. Es de esta manera que la película nos deja ver los primeros indicios de representación social que tienen los niños sobre ellos mismos y que serán uno de los temas principales del film.

Otra acción importante que se ve durante esta escena es cuando el padre McEnroe decide que los nuevos alumnos no se sienten juntos, sino que se mezclen con el resto de sus compañeros. Esto es importante porque nos muestra un deseo de integración por parte de las autoridades, pero cobra mayor significado al observarse la escena siguiente, en la cual los jóvenes están en el horario de receso, pasando el tiempo en el patio: los chicos recién llegados están en un grupo, completamente alejados y separados del resto de los alumnos. Otro elemento que también resulta llamativo y que marca una contradicción a nivel institucional respecto a la integración de estos nuevos alumnos es el detalle del uniforme: los nuevos alumnos nunca reciben un uniforme, durante toda la película están diferenciados del resto de los alumnos por su vestuario, y pese a que se mezclen y relacionen con el resto de sus compañeros, siempre resaltan y son fácilmente identificables. En esta simple escena de presentación de los nuevos alumnos podemos identificar la división de las clases sociales y la legitimación del status quo: estamos frente a un orden establecido donde las clases sociales están fría y claramente marcadas, no solo desde la ideología sino también desde el aspecto físico. Podemos ver que en el caso de los niños, la diferenciación se reduce a una cuestión física: a la diferenciación a través del aspecto y la vestimenta, no hay una cuestión ideológica. Este elemento es importante a lo largo de toda la película, ya que es la barrera a ser derribada para lograr una verdadera  integración.

El choque e intercambio de culturas es el eje del conflicto que mueve a la trama del film y será el punto en el cual los dos personajes principales, Gonzalo y Pedro Machuca, se conocerán: ambos provienen de entornos completamente distintos, sus orígenes son opuestos, sus realidades están enfrentadas, y su relación se va formando a partir de la manera en la cual se relacionan estos dos mundos y de los lazos en común que se forman entre ambos personajes.  

De la misma manera, estos personajes viven choques internos dentro de sus círculos personales. Gonzalo se encuentra en medio de sus padres, quienes tienen posturas contrarias en lo que respecta a la política (el padre se denota más progresista mientras que la madre se inclina más hacia una postura conservadora); Pedro, por otro lado, tiene el conflicto de querer auto superarse y mejorar para ayudar a las personas (lo manifiesta al decir que de grande quiere ser cura para ayudar a los pobres) y a su vez tiene a su prima Silvana, quien le quita valor a su postura al repetirle constantemente que no tiene que ir a la escuela para ser burro y flojo como lo es, y que nunca llegara a nada. También se le resta valor a Pedro cuando es enfrentado por una de las parejas de su madre, el cual, en un estado de ebriedad, le dice que no va a llegar a nada en la vida. Aquí se ponen en juego preconceptos y las expectativas que se esperan de cada uno, así como un presagio de futuro de cada uno de los personajes solo por su estilo de vida.

Gonzalo y Pedro ven como estas realidades distintas chocan, pero también encuentran puntos en común. Ambos ven como su niñez es interrumpida fuera del ámbito escolar: Gonzalo tiene que acompañar constantemente a su madre a ir de compras o a visitar a su amante, mientras que Pedro debe trabajar con su prima y vecinos. Ambos forman una relación en la cual, además de compartir espacios y actividades en común, se permiten ser niños y realizar actividades de tales, como ir a jugar, ir a pasear, experimentar nuevas cosas o meterse en problemas. Al mismo tiempo, ambos vivirán de primera mano un acercamiento con la realidad política en la que estaba inmerso el país en ese momento gracias al trabajo de Pedro como vendedor de cigarrillos y banderas de bandos políticos: movilizaciones populares y marchas de ambos lados políticos. Es a partir de este tipo de experiencias que estos personajes pueden formar una relación que se sustenta en cuestiones que tienen en común superando así sus diferencias, aunque estas no sean ignoradas, ya que dotan a cada uno de identidad propia.

La película magistralmente muestra como el  aprendizaje social de Gonzalo esta dividido en dos puntos relevantes: primero en su casa, solo es un mero espectador en escuchar a los padres, la televisión o radio, en lo que pasa en el país, y los comentarios sobre política; al contrario, cuando se reúne con Machuca y Silvana, comienza un proceso distinto de aprendizajes y  experiencias de la vida cotidiana, se observan otras interacciones sociales en donde Gonzalo se ve involucrado e interviene en situaciones que antes no había vivido, como trabajar en las marchas políticas, tener un amigo como Pedro y tener u sentimiento de amorío con Silvana, que se plasma con los besos en la orilla del arroyo.

Toda película que trate la educación es siempre relevante, ya que pone a flor de piel sucesos sociales, culturales y políticos del sector de la sociedad a la que intenta representar. Es esta característica tan personal de la educación de filtrarse en todos los aspectos sociales que la educación siempre será uno de los ejes mas interesantes para analizar la historia. Y que más interesante cuando sus representantes no son otros que niños en proceso de formación de las personas que serán en el futuro.

El futuro tiene esa simple característica de comenzar a formarse enfrente de nuestros ojos sin que no nos demos cuenta hasta que ya es demasiado tarde.



Categorías:Gran Acto

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