
Las chicharras cantan
desentonadamente,
bajo un sol que raja la tierra
convirtiendo en cenizas el paraíso.
La leve brisa
sacude un globo loco
que lucha por elevarse
sin alas.
Los colores se entremezclan
en paisajes de mares celestiales.
Un papalote solitario
dibuja acrobacias,
umbral de una caída estrepitosa
como un Martín pescador
tras su presa
en caída libre.
Categorías:Poesías al Margen
Deja una respuesta