Louis Armstrong (4-8-1901/6-7-1971)

Una de las incomparables figuras del jazz fue sin dudarlo Louis Armstrong. Sus interpretaciones han sido de un derroche de energía y virtuosismo impar. Fue él quien incorporó al solista en lo que hasta ese momento de los años ´20 eran las agrupaciones musicales.

Desde sus comienzos en la banda del orfanato Colored Waif´s Home hasta su muerte en el año 1971, su trayectoria estuvo plagada de momentos irrepetibles.

Tocó en bares del bajo fondo en Storyville, en barcos que realizaban excursiones por New Orleans, en barrios donde la prostitución era moneda corriente.

En la ciudad de Chicago en 1925 grabó las famosas sesiones, primero con los Hot Five y después con los Hot Seven en el año 1927.

Su estilo tan particular, su carisma, su buen humor y su voz aguardentosa lo convirtieron durante los años  50 y 60 en un ídolo amado y controvertido.

Sus dúos con la gran Ella Fitzgerald serán por siempre inolvidables. Seguramente las nuevas generaciones lo reconocen por una de sus músicas más famosas comercialmente hablando, me estoy refiriendo a la archiconocida “What a wonderful world”, que aunque editada como single en el año 1966, se conoció mundialmente al estar incluida en la banda original de sonido de la película “Good morning Vietnam”.

Desde 1971, su casa en Queens, New York, se convirtió en museo.

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