
BLOODLINE:
A lo largo de tres temporadas, seremos espectadores exclusivos de las dudosas maniobras y oscuros intereses de la familia Rayburn, un clan de fuerte sesgo patriarcal que regentea un lujoso hotel en la paradisíaca Florida. Secretos del presente, al tiempo que el hijo renegado y problemático de la dupla paternal (inmensos Sam Shepard y Sissy Spacek) regresa al hogar desatando una inevitable cadena de sucesos trágicos. Resulta interesante la metáfora argumental de anclar a estos vínculos de sangre en esta suerte de paraíso perdido (un micro mundo tan marginal y corrupto), tanto como la mirada autoral impiadosa que se cierne sobre la degradación política y policial que domina y somete a la comunidad. Requiriendo de la suficiente astucia como para contar la historia acerca de un asesinato desde la voz de un narrador omnisciente y en clave de flashback, las cuotas de suspenso administradas en contenidas dosis hacen de este drama moral un atractivo menú. Nos fascina este drama familiar que se cuece a fuego lento, resguardando en los profunda de turbias aguas un viciado culebrón.
DIRTY JOHN (Primera Temporada):
Basada en escabrosos hechos reales, se inspira en el hallazgo de un periodista del afamado L.A. Times, quien se encontraba tras la pista de un asesino suelto en el área de Newport Beach. El huidizo criminal se llama John Meehan y su nombre se asocia a una turbia red de engaños amorosos, abusos deshonestos y consumo de estupefacientes. Connie Britton se coloca en la piel de la sufrida mujer estafada en su orgullo, mientras Eric Bana nos regala un antológico villano sin miramiento alguno. Su proceder es tan escalofriante como enfermizo, y su concepción de la moral se adivina sobrepasada de corrupción. Este siniestro donjuán compra el éxito de una serie que hace un ejercicio adictivo del suspenso. Prólogo a una segunda temporada que recrearía una historia judicial sobre violencia doméstica protagonizada por Christian Slater y Amanda Peet.
OZARK:
Marty Byrde es un personaje que el brillante Jason Bateman hizo pasar a la historia de las series televisivas. Su rol como asesor financiero de éxito llevando adelante una vida apacible en familia (está casado con Wendy, el personaje que interpreta la genial Laura Linney) es tan solo una frágil apariencia ordinaria que oculta un secreto criminal: es el responsable de blanquear el dinero de un peligroso cartel mexicano. Involucrándose hasta ensuciar su reputación, huye de la mega urbe Chicago hacia los bosques de Ozark, en Missouri. Tan inescrupuloso como culpógeno, Bateman puede calzarse las ropas de héroe o antihéroe, según sea menester. Tensa, a medida que su protagonista compromete más y más su moral mediante sus actos delictivos, somos testigos de la debacle emotiva de una familia de clase media: su perfecto retrato estallará en mil pedazos.
Categorías:La Pantalla Seriada
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