
Se llena de voces la noche,
el comienzo del ritual
ante un espejo de obsidiana verde
el espejo del tiempo
que refleja la obscena oscuridad.
Una luna de cal enorme,
hilvanando en la oscuridad
entre miradas filosas.
Los cascabeles vibraron
se encendieron las antorchas
el fuego espanta miedos
hay puños altivos no desafiantes.
Los dioses son testigos
de la incruenta inmolación,
el grito feroz de la tierra
deja la piedra helada
y despierta los volcanes.
Categorías:Poesías al Margen
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