
Como una hoja arrancada
Como un intento fallido
Como al desecho obsesivo
De quien busca perfección.
Como a una prenda arruinada
Como a un cuchillo sin filo
Como acertijo anodino
Que no tiene solución.
Como a Orfeo sin canción
Como a Ulises sin ingenio
Como a un perro sin dueño
Que aúlla en un callejón.
Como barco sin timón
Como dormido sin sueño
Y como juez asumiendo
Que su fallo fue un error.
En el exilio de vos,
Habitante de tu olvido.
Mi príncipe, mi mendigo.
Mi mártir, mi inquisidor.
Dando al loco la razón,
Sin brújula del destino
Riguroso y permisivo
Condena y absolución.
Con el eco de tu adiós…
De tu adiós intempestivo
Consciente que lo perdido
Fue bueno mientras duró
Sin renegar de mi amor
Sin lamentar lo vivido
De nada me he arrepentido
Sin deudas y sin rencor.
Categorías:Poesías al Margen
Deja una respuesta