
También tuve la tentación a resistirme,
a aventurar la palabra,
a descubrir la mentira
También pude correr detrás del espejismo,
robar el sonido
y pervertirlo en tu nombre
Mas no resistí el juego:
la mentira me ganó el pulso,
la falacia me enfrentó al espejo
La palabra me abandonó en la cuneta…
Desde entonces, cada noche,
los truenos aúllan sobre mis hombros
Categorías:Poesías al Margen
Mil gracias, de nuevo, Siete Artes!!! Un honor para mí.
Me gustaMe gusta