Emanuel Bravo nos presenta su última propuesta poética: Astronauta publicado por Ediciones del Flamboyán (2019). Poemario ya con cauce a una órbita de expresión y en una particular voz Astronauta reafirma el testimonio de un hombre ante el variopinto hemisferio de la vida. Divido en cuatro secciones, como solsticios, o estaciones de un ser en poesía y tránsito por la vida, un prólogo escrito por Pedro J. Rolón Machado de la Universidad de Berkeley California; prólogo que descorre motivaciones al verso de un poeta rodeado de sus imágenes, desencuentros y esplendores, tal vez un lienzo legítimo donde retratamos nuestras propias órbitas, irremediablemente reclusas, y terminada la razón del color, nos sentimos a bordo de lo que intenta ser una esencia.

La pregunta sería: ¿somos astronautas, en mapa de navegación a raíz de esta existencia? Queda el aplomo del primer poema que, abre el libro “Caja fuerte”. Ahí comienza nuestra tripulación, al paso del primer espejo:

“Con los vicios de una caja fuerte

y su combinación numérica fresca

el éter del whiskey triplica el olfato y el tacto.

La caja fuerte está rota y no hay quien asegure los depósitos’’.

Es el trago del Ernest Hemingway o Eugene O’ Neill; el trago de todos, desde luego. Aquí se nos presenta el poeta entero, asumiendo el trago de la vida, la descripción cruda o bailada de las escenas vitales que lo han ido respirando, y entonces el poema, su gran órbita, donde las verdades o la prosa poética en su hora reveladora, en su fuga hacia el ingenio, o la consumación prohibida, vital, única. Las tres secciones: De sudor y leche, Desórdenes y El Astronauta nos proponen la órbita anunciada donde alguna vez, si hemos creído en el alma… nos sentiremos vivos.

Astronauta de Emanuel Bravo es, un libro para recomendarse.

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