
Este pasado sábado 28 de noviembre de manera oficial y virtualmente a través de Zoom y YouTube, la escritora, poeta, profesora y columnista internacional Tania Anaid Ramos González, conocida internacionalmente como Azula, presentó su poemario “Invisibilidades”, publicado recientemente por la Editorial Areté Boricua de Puerto Rico.
Mayra R. Encarnación Meléndez y Ricardo Rodríguez son los directores de la Editorial Areté Boricua, ellos dieron la bienvenida. En la actividad, el virtuoso guitarrista Esteban, “Tebo”, Pérez Pierantoni tuvo dos intervenciones musicales. Invisibilidades es un libro que está dividido en tres secciones: la primera sección tiene 24 poemas y está dedicado a la poeta uruguaya Idea Vilariño (1920-2009), la segunda sección tiene 16 poemas y está dedicado a la escritora y poeta boricua Ángela María Dávila (1944-2003) y la última sección tiene 25 poemas y está dedicado a la activista puertorriqueña Lolita Aulet Concepción (1928-1984).
Esta presentación fue de lujo e histórica. Quienes fuimos invitados, recibimos una carta formal y personalizada. Estuvieron presentes maestros universitarios, escritores, poetas y periodistas de Puerto Rico y de muchos otros países latinoamericanos y de España. También estuvieron presente dos bisnietos de Rubén Darío: Rubén Darío IV y Martha Eloísa Darío Lacayo, mejor conocida como Meloisa Darío. Al final de esta sublime e inolvidable actividad literaria, Meloisa recitó dos acrósticos de su autoría, uno dedicado a Tania Anaid Ramos y otro al nombre del poemario Invisibilidades.
Mayra Encarnación como editora de esta obra a través de un mensaje al finalizar la presentación, le pregunté: ¿Que significó para la Editorial Areté Boricua haber publicado el poemario “invisibilidades”?
- -“Para la Editorial Areté Boricua ‘Invisibilidades’ es un acto de celebrar la poesía desde una voz que construye y deconstruye el discurso como presencia inequívoca del sujeto. Invisibilidades nos ata a la dicotomía ausencia y presencia desde la palabra íntima, dominante y apasionada. Este poemario nos invita a todos, a todas, a desatar la invisibilización de la mujer”.
Azula, durante su presentación en resumen, habló de su vida literaria y cito:
- “Desde niña, escuché a mi abuela declamar poemas… su voz y selección de poetas abría un camino lleno de luces, de musicalidad y de reflexiones interminables. Al escucharla, me decía internamente una y otra vez, yo quiero eso, quiero jugar así con las palabras (…). Mi abuela fue para mí la gran sacerdotisa, la pitonisa de la poesía, pues ella la traía como un bien ancestral, como una ganancia histórica heredada que se debía salvaguardar”.
- Sobre su libro al final expresó: “Este libro como un hijo, como una hija, palpitó antes en mis entrañas; lleva mis venas, mi aliento… la impostura de mis odios, de mis tristezas, de mis querencias… Son mías estas invisibilidades, pero sé que hoy remontan otro vuelo. Vagarán en el tiempo sin mí, dormirán en otras camas, acurrucarán otros deseos, vibrarán con otros sentires, como tiene que ser”.
¿Qué representó para Azula que estuvieran dos de los descendientes de Rubén Darío en la presentación de su libro? ¿Por qué leer “Invisibilidades”?
- Azula: –Que los bisnietos de Rubén Darío estuvieran en la presentación de este poemario ha sido un privilegio, un regalo de vida del universo. Rubén Darío vibra en todo escritor hispanoamericano y tenerlos fue, desde mi construcción imaginaria y soñada, tenerlo a él también. Una validación metafórica de que en el fondo todos estamos conectados y la poesía no es la excepción.
- Invisibilidades es una puerta para llegar a muchos lugares en donde anida el alma. Podrán identificarse o no, podrán percibir o no el ritmo que yace en los versos, intensamente trabajado, pero lo que sí estoy segura es de que ha sido para mí, indudablemente, una entrega y un pacto entre la poesía y mi corazón. Si desean conseguir mi libro pueden hacerlo a través de este enlace: https://www.editorialareteboricua.com/tania
La autora del prólogo de “Invisibilidades”, Melissa Figueroa, profesora escritora y poeta puertorriqueña, inició la presentación y nos deleitó con su lectura. Al terminar la actividad le pregunté lo siguiente con un mensaje de texto: ¿Qué significó para usted haber escrito el prólogo de Invisibilidades?
- Melissa: -“Para mí, escribir el prólogo de Invisibilidades fue ante todo un acto de hermandad. A través de los años, he leído muchos de los escritos de Tania antes de que se pulieran y, como amiga, he tenido el privilegio de comentarlos. Por tanto, escribir el prólogo fue una manera de apoyar una escritura que no debía quedarse sin compartirse con otros lectores”, enfatizó la prologuista.
De igual forma, cuando terminó la presentación, me contacté con otros invitados y a continuación comparto sus comentarios sobre esta celebración poética:
- Empezando por la magnífica organización de la Editorial Areté Boricua, que denota todo el trabajo que precedió a esta presentación, y que enmarca de manera muy profesional el arte que transmite a través de sus letras la autora, que sin duda posee una pluma magistral. Fue un honor y un placer haber podido estar presente y le deseo a Azula de todo corazón que siga cosechando éxitos. Ana Ayala escritora, editora y poeta mexicana.
- El poemario tiene un bello origen relacionado con la figura más admirada de la poeta… su abuela, ese lazo entre ellas se traduce en el ingrediente principal de sus creaciones. Sus poemas derrochan sentires que llevan irremediablemente al lector escucha a generar imágenes, gracias a la magia de las palabras. Edith Hernández Villanueva, maestra, escritora y poeta mexicana.
- Una gran presentación plagada de expertos del verbo y la palabra en donde se ha comprobado que la poesía y la literatura siguen más vivas que nunca… Felicidades a todos y, especialmente, a la maestría y humanidad de Azula. José Luis Ortiz, escritor, poeta y columnista internacional español.
En el siguiente enlace Azula, menciona el nombre de todos los que estuvimos presente en su presentación de “Invisibilidades”
Por Mayra R. Encarnación Meléndez (editora)
Tania Anaid Ramos González: La geografía de la memoria
La palabra nos salva. La vociferación es un acto de apropiación de nuestra existencia. El poemario Invisibilidades de Tania Anaid Ramos Gonzaléz, Azula engrandece la palabra desde una voz íntima, dominante y apasionada (Editorial Areté Boricua, noviembre, 2020). El libro está amparado en tres alcázares: Idea Vilariño, Ángela María Dávila y Lolita Aulet. Estas fortalezas o sustancias vitales nos hilvanan la ruta para alcanzar la búsqueda de la liberación del sujeto femenino:
Imagen ausente de un resquicio atisbo
en tierra de nadie con mirada ajada;
tibia luz dormida, “a la vez fugada”,
tenue fragmentando un susurro ido.
(“Mujer borrada”)
I- ¿Son mías estas invisibilidades?
Emerge la poesía como estado de fuga permanente. ¿Dónde habita la poesía? ¿El verso es intangible? ¿A quién le pertenece la invisibilidad?
En este primer apartado encontramos a la palabra en el juego del ser o no ser. Sentimos la presencia inequívoca de la construcción del sujeto desde un cúmulo de voces que le resuenan al oído:
Hoy la poesía se cuela, nuevamente,
por las rendijas de la locura,
por los declives de la razón. (p. 12)
La poesía depura el camino para alcanzar el encuentro con el otro. Como postula Octavio Paz en El laberinto de soledad: “La poesía no dice: yo soy tú; dice: mi yo eres tú. La imagen poética es la otredad”. La poeta esparce su vuelo en ascenso firme hacia una definición. No importa qué borrasca pretenda detener u obstruir su verbo:
El acuerdo es el pacto entre la memoria y el olvido,
la memoria es el pacto entre el cuerpo y el olvido. (p. 28)
La geografía de la memoria es incorruptible. La palabra está labrada en la piel. ¿Quién sostiene la mirada del olvido cuando el cuerpo vocifera su existencia? En este punto nos subimos al columpio del instante y aclamamos con la poeta la música entrañable de lo vivido. Nos mecemos con el susurro de Vilariño: “Amor amor jamás / te apresaré / ya no sabré cómo eras”.
II- ¿Será la caricia otra invisibilidad nocturna?
Me asomo al lado nocturno
de tu tristeza
Para dormir a tu lado,
balcón abierto,
para escuchar el susurro indeleble
de tu querencia (p. 41)
La noche cobija el desencuentro con la palabra. El otro pretende enmudecer el verbo. Nos sumergimos en el juego de oposiciones entre el plano real versus el mundo de los sueños; la afonía causada por la angustia existencial frente a la vociferación de lo vivido como esencia indeleble del sentir. La voz poética desentraña las pasiones del cuerpo como un acto de desdoblamiento. No quiere perpetuar el resquebrajamiento atisbado en su ser; pero siente la imperiosa necesidad de construirse desde su propia voz, alejándose de toda figura articulada desde la hegemonía.
Para Hèléne Cixous, la escritura femenina no puede ser más que insubordinada; es una escritura insurgente. Ciertamente, Ramos se apodera del espacio vacío, abandonado por el otro, para reconquistar su piel. Clama por la revalorización del sujeto desde la verdad y con la convicción de la palabra como el estadio de la apropiación:
Dile que el amanecer me abre el pecho,
como un resquicio sin límite,
descorriendo la oquedad en ciernes
del labio, la rabia y el miedo… (p. 55)
Tania Anaid Ramos González niega la opción de la reclusión o el silencio. Su cuerpo es palabra. Su palabra conforma un cuerpo. Los intersticios de abandono o desolación están enmarcados en la indagación del autoconocimiento:
Baste un minuto
para enredar el alma en el vientre de la poesía.
Baste un delirio
para asaltar la noche como pretexto delante de dios.
La vastedad ha de herir la espuma de una caricia dormida,
ha de esparcirse en la sombra,
ha de viciar hoy la voz.
De todas las trincheras, he de poblar hoy tu semen
para vestirte de míes
para robarte el calor.
Yo sé que hay soledades que se esparcen y se vienen,
como este azul bermejo
que se mancha de amor. Ya sé bien que te han marcado, que la premura te cierne,
un pacto aquí, otro al lado
hasta mudarte de sol. (“¿Poema?”)
El cuerpo —como piélago en constante ebullición — desobedece las marcas de la continuidad o los patrones establecidos y se muda de piel. Entonces, comienza un nuevo tránsito. (En este punto escucho el secreteo de Ángela María Dávila: “¿será el trámite/ de la sombra debajo de los pétalos?”).
III- Hay invisibilidades que te sacuden
Una mujer invisible
se percibe, en cambio,
por el olor de su nostalgia,
por el gemido del corazón
y el viaje ondulante de sus sueños;
quema la luz con la que encabalga las palabras
y su búsqueda sin límites
deja rastros como cenizas en serie. (p. 84)
La invisibilidad flagela el mundo interior de la voz lírica. Lo corpóreo está atado a la situación colonialista del país y a los estados de dominación que imperan en la sociedad patriarcal. Esta última parte, es una apelación para deconstruir los espacios de poder que nos inmovilizan e instigan a la incorporación de un proyecto de país desde la liberación del sujeto. Como aquilata Judith Butler: Si hay normas de reconocimiento por las cuales se constituye lo “humano”, y esas normas son códigos de operaciones de poder, entonces puede concluirse que la disputa sobre el futuro de lo “humano” será una contienda sobre el poder que funciona en y a través de dichas normas.

Hay invisibilidades que te sacuden. Por Osiris de la C. Valdés López
“Existen invisibilidades que te sacuden, que todo lo agitan; invisibilidades que dan paz a nuestros fantasmas en la memoria del recuerdo, para jamás dejar de ser. Dichas invisibilidades son innegables, porque fueron y dejaron una huella y por eso tienen nombres. Son metáforas que se expresan mejor en el sentido poético de la palabra desgarrante y enamorada del color, de la nitidez; porque los suspiros son razones visibles para el alma, son fusión de sentimientos que se escurren el las líneas delirantes enhebradas del recuerdo”
Consabida como “Azula”, la escritora (puertorriqueña) Tania Anaid Ramos González apuesta a la expresión de su propia voz en su libro recientemente publicado por la editorial Areté Boricua. Su poesía crea un espacio resguardado para compartir sentimientos, asumir pérdidas y acercarse al dolor evocando el contenido y la forma relacionados con estas mujeres, convergiendo en la necesidad de expresar lo intangible desde una perspectiva femenina. La obra está compuesta de tres secciones, organizadas a partir de una dedicatoria a mujeres que han tenido un impacto en la formación tanto poética como ética de la autora. Ellas son la poeta uruguaya Idea Vilariño, la poeta puertorriqueña Ángela María Dávila y la tercera sección está dedicada a la activista puertorriqueña Lolita Aulet. Contrario a las otras secciones dedicadas a poetas de la palabra, la dedicatoria pretende hacerle homenaje a una poeta de la acción. Con epígrafe que enlaza movimiento e invisibilidad, los 25 poemas de esta parte se distinguen por el énfasis en lo político y en la justicia social. Algunas de sus composiciones son: “Un mayo en huelga se enlista al deseo” y “Un hombre invisible”. Azula nos dice, con acierto: “La memoria es el pacto entre el cuerpo y el olvido”… porque el olvido, en lugar de ser enemigo de la memoria, la protege y la deja descansar ”… Los poemas contienen imágenes que lidian con el deseo, el dolor, y la nostalgia. Cada uno de ellos es un universo propio, pero conecta muy bien con los demás. Un libro que comienza y termina con un soneto. Aunque Azula elige el verso libre en las composiciones para recordar que, al igual que la libertad que defiende en la mujer, hay que defender la libertad métrica en el verso mismo sin olvidar que el ritmo es el fundamento indispensable de todo poema.
A la contraportada de este fascinante poemario la escritora Mercedes López Baralt dedica el siguiente párrafo:
Honrando el legado azul que recorre el siglo diecinueve, desde el romanticismo, el parnasianismo y el simbolismo francés hasta el modernismo dariano, que celebra con el color del cielo y el mar la inefabilidad de la poesía, Tania Anaid Ramos lo actualiza en los versos de Invisibilidades para describir no solo la poesía, sino a los protagonistas del amor y el desamor. Un arcoíris de lecturas, que van desde Alejandra Pizarnik, Matsuo Basho, Idea Vilariño, Ángela María Dávila, Palés, San Juan de la Cruz, Cortázar, Bécquer, Simone de Beauvoir y Miguel Hernández, nutre el poemario, en el que se destaca la impronta vanguardista de sus metáforas: el tren está «fatigado», el ahora es «fanfarrón», el frenesí erótico detona «el trémulo rocinante» de los besos, el sol se ha «dormido», el desamor «gerundia» la «voz acorralada» de la amada, que deviene «ventana herida» y ofrece su sexo al amante como una «raya absoluta, dibujada justo encima de mis ganas». El libro termina con una paradoja: la invisibilidad del sujeto lírico femenino, nombrado «Azula», se supera en los versos que emergen de la nostalgia del desamor, mientras que su propio país, náufrago del coloniaje, y «escondido, ausente e invisible, no se percibe».
Encuentra el libro en:
https://www.editorialareteboricua.com/
https://www.editorialareteboricua.com/tania
Sigue a AZULA en sus redes:
https://www.facebook.com/azulapoeta/
https://www.youtube.com/c/TaniaAnaidRamosAZULA
Más sobre la autora:
Tania Anaid Ramos González conocida poéticamente como AZULA, (nació en San Juan, Puerto Rico el 14 de Mayo de 1971). Es Profesora, poeta, escritora y columnista en diversos periódicos y revistas digitales de Hispanoamérica. Su padre es José Luis Ramos Santiago (n.1940-) y su madre, Diana E. González Aulet (n.1946-). Es nieta de la activista puertorriqueña y luchadora de los derechos de la mujer e independencia de Puerto Rico, Lolita Aulet (1928-1984).
Estudios y trayectoria:
Posee un doctorado en Filosofía y Letras de la Universidad de Puerto Rico del Recinto de Río Piedras.
Fue profesora a tiempo parcial en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras en el Departamento de Estudios Hispánicos (Facultad de Humanidades) y en el Instituto Interdisciplinario y Multicultural (INIM) de la Facultad de Estudios Generales. Además, fue conferenciante en la Universidad del Este en Carolina, Puerto Rico. También fue correctora de pruebas de la Revista de Estudios Hispánicos (1996-1999) y de la Revista de política y cultura Apuesta (2005-2010).
Actualmente, es directora del Programa de Pruebas PIENSE en el College Board de Puerto Rico y América Latina y además coordina y ensambla la Prueba de Lectura para la admisión universitaria en Puerto Rico y Latinoamérica.
Libros publicados e inéditos:
Tania, ha publicado poemas y prosa poética en periódicos de su país y en antologías internacionales. Es autora de los poemarios AZULA (publicado en la red en el 2011); Invisibilidades (Editorial Areté boricua, noviembre, 2020), Llueve (inédito) y del libro de cuentos Piso 13 (inédito).
Columnista internacional:
Es columnista de distintos periódicos y revistas digitales de Hispanoamérica. Por mencionar algunos, Periódico El Sol de Colombia, Revista Ikaro de Costa Rica, Periódico El Siglo de Guatemala, Revista Latina NC de Carolina del Norte EEUU, y Revista digital Posdata Digital de Argentina.
Premios y reconocimientos:
Como poeta niña, ganó Primer Premio en el Certamen de Poesía del Ateneo puertorriqueño con el poema “Abuelita” en 1984.
Como coreógrafa, ganó el Primer Premio por la Mejor Coreografía Contemporánea representando a Puerto Rico en Honduras en 1996.
En el 2002, con su tesis de maestría ganó el Premio Gertrudis Gómez de Avellaneda otorgado por la UNESCO por su tesis de maestría sobre la idea de muerte en la obra poética de la uruguaya Idea Vilariño.
Recibe menciones de honor en el Segundo Certamen Mundial de Poesía en la categoría de poetas jóvenes del Consejo de Educación Superior de Puerto Rico en el año 1992 y en Certamen Literario del Pen Club de Puerto Rico Internacional (Puerto Rico) en el 2014.
Varios de sus trabajos literarios están en la prensa internacional, en su canal de YouTube, en su blog y en su página de Facebook.
Categorías:Conversaciones Siete Artes
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