
Te asomas a mis ojos
como una premonición en cascada,
puntual en tu paso
y precisa en tu voz.
Te acomodas en mi cuello
como un secreto en libertad que me llama,
susurras la melodía de tu canción favorita,
hablas del sueño que tienes pendiente
y me invitas a la fiesta
que darás mañana en el tejado de tu hangar.
Descansas tu paciencia en mi pecho,
tu aroma me cuenta anécdotas de tu infancia
y con las manos dibujas en el aire
la silueta de algunos de los planes
que tienes conmigo.
Entre medias sonríes, abres la boca
y con el reflejo de cada risa
reinventas la primavera,
floreciendo en mis piernas
todas las luces del alba que has conseguido despertar.
Así me convierto en el irrenunciable abanderado
de cada una de las promesas
con que haces latir mi vida
hasta que te difuminas.
En cualquier momento voy a salir a buscarte,
para pactar con la utopía tu entrega,
para bordar tu mapa en mis alas,
para añadirle tacto a tu cuerpo,
para juntar las letras de tu nombre
y decirte.
`La elegida´ está incluido en el libro `Sueños en el aire´ (Chiado Editorial)
Categorías:Poesías al Margen
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