
¿Cómo podrías definir tu pasión por el rock nacional?
De joven yo estudiaba Arquitectura y trabajaba diagramando textos para imprentas y editoriales…Para cuando me desperté en las orillas del rock argentino, se apagaba la llama del glorioso Serú Girán y los militares locales jugueteaban desde el gobierno con una sus estrategias más perversas: la de la guerra. Baglietto sonaba y sonaba en las radios y yo firme ahí, pegado al dial. Después, fue un ida y vuelta constante desde aquel presente hacia los orígenes de nuestro rock; escuchar una y otra vez vinilos completos prestando especial atención a quiénes participaban en semejantes obras. Además, los fines de semana comencé a asistir, religiosamente, a los conciertos y al parque Centenario para poder canjear discos. Con sus contradicciones a cuestas, el rock nunca ha cesado en su capacidad intrínseca de «abrir cabezas»…
¿De qué forma describirías tus comienzos en la profesión?
Así empezó todo, de un modo muy convencional. A la par fui juntando notas periodísticas de revistas pero sobre todo recortes de diarios: el antiguo Tiempo Argentino y otros más tradicionales, o el semanario La Maga, fundamental como ámbito de resistencia de la cultura durante la era menemista. Hasta que en el año ’98 decidí recopilar parte de ese material para mi primer libro: «Transgresores», editado dos años después por Distal a instancias de Estheban Reynoso. Aquella opera prima reunía a tres pilares de nuestro rock: Spinetta-García-Páez. El primero representaba el batir de alas en la inmensidad del cielo; Charly… los pies en la tierra, y Fito el equilibrio exacto, el artista que con el tiempo continuaría habitando los paisajes de ambos…Recién volví a la carga en 2010, presentando un boceto de «Tícher de luz» en las editoriales. «El rock nacional no nos interesa» era la respuesta unánime.
Imagino que así surge Disconario. Contame acerca de la génesis de esta gran obra. Me atrae, particularmente, su proceso de investigación. La colección posee un nivel de detalle infrecuente en las publicaciones en nuestro medio.
Con mi amigo Flavio Pigazzi impulsamos la creación de DISCONARIO, una editorial sin fines económicos y cuyo único objetivo era dar a luz la primera colección de libros sobre rock argentino. Desde 2010 pasaron «Tícher de luz» [Spinetta], «Un dios aparte» [CharlyG.], «Elegancia pop» [Cerati] -los tres reeditados- «Nueve vidas» [Aznar], «Sicodélica Star» [Páez], «El bohemio va» [Nebbia], «HomoGenio» [Calamaro] y, para cerrar, los lados A y B de «50 años rock – 50 bandas fundamentales», que llevamos adelante con Daniel Gaguine y Matías Recis, reuniendo más de 300 testimonios inéditos de los protagonistas y que fuera declarado «De Interés Cultural» por la Legislatura porteña y el Municipio de Tres de Febrero. Fuera de lo previsto, DISCONARIO expandió sus horizontes publicando hermosos y exhaustivos trabajos de otros autores: Mario Antonelli [«A naufragar… La historia de Los Gatos», coeditado con Melopea-Pentimento]; Alejandro Petruccelli [«Huellas luminosas: Miguel Cantilo», coeditado con VM Editores]; Scaricaciottoli- Petrillo-Meikop [«Las cosas que te digo, no repitas jamás» y «Toma el tren hacia el sur», este último coeditado con Cronos Rock].

¿Qué singularidad sentís que engendra cada artista que abordó la colección de DISCONARIO a la historia de nuestro rock?
Al frente de sus grupos o en el rol de solistas cada uno de los protagonistas de mis libros, a su manera, hizo un gran aporte al rock argentino.
Spinetta: dicen -y coincido- que la principal característica de Luis es el lirismo poético. Pero también ha sabido demostrar con el tiempo una versatilidad musical única. Clásico y moderno a la vez, un fuera de serie.
García: Charly no solo logró bajar a tierra las premisas del rock sino que también las expuso de cara a la sociedad y las puso a dialogar con ella.
Aznar: Son tales las virtudes artísticas de Pedro que me vi obligado a dividir el libro en capítulos que lo muestran en cada uno de sus diferentes roles.
Cerati: Con Soda Stereo, Gustavo consiguió llevar e instalar el rock argentino fronteras afuera. Una personalidad fundamental para Latinoamérica toda.
Nebbia: Piedra basal. Qué agregar del pionero quijotesco que luchó contra viento y marea durante años por romper los guetos de géneros y generaciones para así elevar la calidad de nuestro rock. Verdadera odisea.
Páez: Creo yo, uno de los máximos responsables de la vigencia del rock argentino, innovador pero también fiel continuador de las tradiciones más auténticas del género.
Calamaro: Con un pie en su país y otro en España, es un inigualable hacedor de hits con estructura pop y ritmos de fusión…
Desde ya que también hay otras figuras relevantes que fueron abordadas en los dos libros de 50 bandas: Miguel Abuelo, Lebón, Pappo, Federico Moura, Luca Prodan, Indio Solari…
¿Cuál es el material más novedoso al que los melómanos pueden acceder dentro de la colección DISCONARIO?
Quisiera mencionar las interesantes tareas que compartimos junto con mi amigo, el periodista cordobés Lucas José Fernández. Primero llegó «El concierto del aire» [alusivo al show de Spinetta y las Bandas Eternas], y este año damos a conocer «Postales 1 y 2», dos volúmenes sobre la trayectoria del dúo Baglietto-Vitale con fotografías cedidas gentilmente y más de cien entrevistas exclusivas, la mayor parte realizadas por Lucas para su programa «Mamá Rock» emitido por Radio Nacional Córdoba.
¿Cómo se posiciona DISCONARIO dentro de este complejo 2020 para el mercado editorial?
Transitamos este complejo 2020 y DISCONARIO ha logrado atravesar una década enriquecedora en cuanto a emprendimientos editoriales. Siempre es grato pensar que hay alguien de carne y hueso del otro lado de la línea, más aún sabiendo que vivimos en un mundo plagado de respuestas automáticas y gente que se resiste a dar la cara…

ACERCA DEL AUTOR
MIGUEL ÁNGEL DENTE ha transitado el diseño desde la gráfica y la arquitectura, llegando a obtener el primer premio en «Desarrollo teórico-arquitectónico» de la Bienal de Arte Joven ’91 de la Ciudad de Buenos Aires. Además de sus intervenciones en antologías literarias y publicaciones sobre poesía, en 2000 da a conocer ‘Transgresores: Spinetta-García-Páez’ [editorial Distal]. Colaboró con las revistas ‘Sudestada’, ‘Arde rock & roll’, el blog ‘Hagan ruido’ y el ciclo televisivo ‘Historias reales’ del canal E! Entertainment. De 2010 a la fecha ha publicado una decena de libros sobre solistas y bandas de rock argentino bajo su sello Ediciones Disconario.

TODO LO QUE TENÉS QUE SABER PARA ADQUIRIR LA COLECCIÓN DE DISCONARIO PODÉS ENCONTRARLO EN EL SIGUIENTE LINK: http://www.disconario.com.ar/

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miguelangeldente@gmail.com
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Categorías:Conversaciones Siete Artes
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