
Luz plana,
esparces tu sombra contenida,
pedazos de periódicos,
se unen a mareas de objetos inservibles
que el viento recicla amorosamente.
Intrincado laberinto urbano.
Es de noche,
se hace tarde,
la gente se dispersa.
Los edificios se robustecen,
grandes formas caminan hacia el cielo,
cubiertas por la enorme oscuridad.
El tiempo se desliza
en el silencio de la noche.
Ahí, donde se hunde la eternidad
sin dejar huellas tras de sí,
sólo pedazos de imágenes.
Emergen de la turbia niebla
cascarones de navíos,
náufragos sin mar.
Pasarán grandes lunas y
cielos encapotados.
Soles con ojos de insomnio,
no despertarán al hombre
de la pesadilla de caminar
a la deriva.
Categorías:Poesías al Margen
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