RETROSPECTIVA: A diez años de Luis Alberto Spinetta y las Bandas Eternas (Primera Parte). Por Maximiliano Curcio

REVIEW DEL DVD EDITADO EN 2010:

ABRAZAR UN RECUERDO

«Y en realidad nosotros somos decoradores, y lo que más importa no reside en cosas que tengan que ver con nuestra musicalidad como profesionales, sino que tiene que ver con la musicalidad interior, energética, en tu corazón y en tu alma», L.A.S., RS Nro. 126.

Con la excusa de celebrar sus 40 años con la música y festejar por anticipado sus propios 60 del 23 enero de 2010, Luis Alberto Spinetta presentó el registro grabado de su flamante presentación en Vélez, un recital histórico junto a las «Bandas Eternas», que terminaría convirtiéndose en un DVD infaltable para coleccionistas, como registro de un acontecimientos musical sin precedentes para el género en nuestro idioma. 

El Flaco, el sabio maestro de palabras precisas, de acordes celestiales y de lírica llena de luz que guió el camino de generaciones enteras, no tuvo mejor forma que homenajearnos, a nosotros sus incondicionales, con lo mejor de su repertorio. Junto a los casi 40 músicos que pasaron por el escenario tocando más de 50 temas, El Flaco tocó el alma de aquellos dispuestos a presenciar un show histórico. Conjugando poesía, magia, complejidad y potencia, el creador de Jade, Invisible, Pescado, Los Socios del Desierto y Almendra nos deslumbró con su inigualable presencia. Con la participación de «amigos de ruta» inseparables, el recital tuvo invitados de lujo como Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati, Ricardo Mollo y Juanse.

El trayecto musical elegido condensó, en apenas unas decenas de sus prolíficos centenares de canciones compuestas, resplandecientes gemas de cada tramo de su obra. Menudo desafío para un artista tan fértil, ecléctico e inabarcable. Desde «Cementerio Club» a «Mi Elemento». Desde «Credulidad» a «Tu Vuelo al Fin». De allí a «Cielo de Ti» y «No te Alejes Tanto de Mí». Por supuesto, no podía faltar «Muchacha…». Reviviendo viejos clásicos o repasando valiosas joyas de su más reciente cosecha, «Bandas Eternas» ofreció un auténtico viaje en el tiempo que se nos reveló como una sucesión de emociones, portador de verdades musicales y altísimo vuelo poético.

Omnipresente, no sólo en cada tramo de la historia de nuestro rock, sino también en la intensidad de cada vivencia de la generación que se forjó junto a él, ese mundo spinetteano construyó tras de sí las páginas más exquisitas del rock nacional, conformando un canon sin comparación alguna en nuestra música popular. La perfecta arquitectura musical de su fulgurante microcosmos creativo, se nutre de letras inoxidables al tiempo, marcadas en la memoria del inconsciente colectivo del gen nacional, ese que acudió al anunciado show sabiendo que se convertiría en testigo de un momento histórico. Aquella noche, en Vélez, Spinetta fue un perfecto maestro de ceremonias que transmitió, a lo largo de una legendaria noche, el aprendizaje musical que 40 años de gloria eterna respaldan.

Nadie podía imaginar, siquiera intuir, una despedida. Tampoco una mejor celebración. Luego de casi seis horas de repletas emociones, gran parte de la historia más exquisita de nuestro rock iluminó un escenario engalanado por la pionera figura de Luís Alberto Spinetta. Un destello de magia poética, encarnado en sus inmortales acordes e inagotable fuente de inspiración, se coló en las almas de las 40.000 personas que fueron testigos de una noche especial. Excesiva, épica y apoteósica, tres adjetivos que también describen su imperecedera usina creativa.



Categorías:Alta Fidelidad

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