
Severeld ediciones anuncia el lanzamiento de EL PESO DE UN ZAPATO, revelando la propuesta como una serie de ‘relatos fuertes sobre personas reales… ¿o no?’, autoría de la psicoanalista Viviana Ibrahim. A propósito del citado enigma acerca de los protagonistas de estas historias, en su comentario editorial se nos convida el siguiente atractivo: ‘El límite entre realidad y ficción lo pone el lector’. Conozcamos más acerca de la génesis creativa de una escritora que nos despertará profundo interés.
SINOPSIS: Bajo la homogeneidad de una serie de cuentos orientados a público adulto desde una perspectiva psicológica, en esta obra encontraremos personajes que transitan emociones y situaciones muy diversas: locura, opresión, temor, esperanza, culpa, soledad, abandono, marginalidad. Hombres, mujeres, niños y hasta animales tienen cosas para transmitir; vivencias que no pueden ni deben permanecer en el anonimato sino salir a la luz. Esto precisamente busca la autora a través de las historias: brindarles voz a quienes por distintos motivos nunca pudieron contarlas.

«La esencia de una escritora«
Por MAXIMILIANO CURCIO
Conocí a Viviana Ibrahim en el año 2017, a través de unos cursos de escritura creativa que yo dictaba en el Espacio Cultural Siete Artes, un portal de enseñanza a distancia que había fundado un año antes.
A lo largo de mi carrera como docente comprobé que aprendí tanto de mis mejores alumnos como de mis mejores maestros, porque considero -ante todo- qué la enseñanza es un viaje de a dos. En mis años al frente de clases presenciales o dictando tutorías a distancias, me he encontrado con alumnos especiales, aquellos que dejan una marca indeleble y esas experiencias resultan sumamente provechosas. Con Viviana sucedió algo así. Desde el primer encuentro online. Ella llegó al espacio digital que yo dirigía consultando sobre cursos de literatura, en búsqueda de afianzar su relación con la escritura y trabajar en una serie de escritos que, por uno u otro motivo, había postergado y sentía la imperiosa necesidad de retomar.
Psicoanalista de profesión, la escritura y la lectura ocupaban en ella algo más que un mero escape a la rutina. Deseaba impulsar su carrera de escritora, potenciando ese espacio de profundo placer -y necesidad- en expresarse a través de la palabra escrita.Desde la primera clase que tuvimos, observé que tenía delante una persona sumamente inteligente, capaz y con deseos de superación; anhelos de progresar en la escritura y permitir aflorar todo aquello que, en su imaginación, creaba mundos ficticios, hechos de palabras.Intenté, desde mi lugar como docente, transmitirle el auto-convencimiento sobre aquella poderosa herramienta que ya tenía dentro de sí. Las ganas y la pasión por escribir habitaban en Viviana.Desde mi rol como docente, solamente facilité el camino de aquello que ya se había formado dentro de ella: una escritora brillante.
A lo largo de varios meses -un semestre en total- realizamos juntos un curso de escritura creativa, gracias al cual fueron surgiendo cuentos que Viviana concebía a partir de consignas.Desde un primer momento noté en ella una gran capacidad para articular los mecanismos del lenguaje y una llamativa habilidad para trabajar de forma muy visual con las palabras y las metáforas, además de poseer un acabado conocimiento de los recursos narrativos y gramaticales para concebir obras escritas de gran sutileza, complejidad y portadoras de sentidos sumamente implícitos. El adquirir conocimientos de técnicas no hizo más que potenciar los resultados.
Considerando las cualidades que observé, desde un primer momento, no me asombró en lo más mínimo encontrarme con una pluma de alto vuelo literario, proveniente de una escritora que -como todo escritor -duda. Y en el perfeccionismo detallista que, a veces, como escritores obsesivos nos imponemos, el deseo de superación lleva a no querer soltar nuestras propias obras. Viviana buscaba, clase a clase, superarse; al tiempo que encontraba su propia voz autoral: un rasgo fundamental y mayúsculo en todo escritor.Observé que ella disfrutaba este proceso, a lo largo del cual sus trabajos adquirían profundidad, llevándola hacia instancias en donde se mostraba en pleno dominio del ejercicio de escritura.
La animé a participar en el ‘Muro de escritores’ que llevamos adelante en nuestra página web, algo que la entusiasmó. Luego comenzó a diagramar su propio blog literario, llamado ‘Después del viento’. Insistí que, pese a sus compromisos profesionales y laborales,no deje de lado el acto de la escritura en su hacer diario.Tiempo después de finalizado el curso, nos volvió a reunir otro emprendimiento personal que impulsé a través de la Revista Siete Artes, edición digital de cultura que dirijo desde fines de 2018. Así, Viviana se sumó como columnista estable, participando en tres secciones semanales:’Pura ficción’ (en donde engalanó la revista con cuentos y relatos), ‘Una ventana al psicoanálisis’ (en donde mostró una notable capacidad ensayística para tejer nexos e intertextualidades entre diferentes expresiones artísticas(como el cine y la literatura) y la sección ‘Poesías al margen’ (en donde conocí otra faceta de la autora que, les confieso, me sorprendió gratamente).
Porque Viviana crea apasionantes mundos de ficción que son un deleite para la lectura…pero ello no es todo. Su habilidad para manejar la retórica poética nos habla, a las claras, de su sensibilidad como auténtica artista de la escritura y de su versatilidad para manejar distintos registros de géneros. Sus poemas pueden ser reflexivos, brutales, conmovedores,sutiles, emotivos y existenciales. Un placer para todo lector, sus textos enriquecieron la revista y continúan siendo hoy de los más leídos por nuestros visitantes.
Al tiempo en que el vínculo alumno-docente devino en amistad y compañerismo, pude conocer otras facetas de un ser maravilloso,humilde, creativo y honesto. Gran emprendedora cultural, realiza frecuentemente encuentros literarios en la Biblioteca Mitre de San Vicente, enésima prueba de su compromiso con la literatura.Extremadamente generosa, Viviana tuvo el enorme gesto de estimularme y aconsejarme en editar mis propios libros, así como de prologar uno de los volúmenes que componen mi serie antológica cinematográfica “The End”. Algo más nos une en este maravilloso y arduo camino: por esas casualidades del destino, al mismo tiempo en que ella concibe su ópera prima literaria, titulada “El peso de un zapato”, yo hago lo propio con la citada publicación sobre el séptimo arte.
Hace poco más de un año, cuando comenzamos a intercambiar ideas para el espacio literario en la revista, yo estaba recién comenzando mi camino editorial y le insistí a Viviana en que tomará con seriedad la posibilidad de también editar su primer libro. Y empezamos a soñar con la posibilidad: compartiendo experiencias, incertezas e ilusiones. Mi persistencia y convencimiento se debía a ese talento que vi brillar desde el primer día, y me alegra hoy verlo hecho realidad. Sus escritos poseían calidad y un enorme potencial para ser reunidos en un libro que recopile toda la belleza escrita que Viviana Ibrahim tiene por mostrar al mundo.No me caben dudas que este será el comienzo de un largo camino, repleto de palabras que traslucirán esa mirada fascinada del mundo, de hojas atiborradas de tinta y de libros imprescindibles de leer para todo amante de las letras.
Quienes lean “El peso de un zapato” se internarán en los suntuosos caminos de la imaginación de una escritora consumada, que recomiendo, no se priven de conocer.
Categorías:La Biblioteca de Babel
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