
Niño búfalo es una película que se desarrolla entre las penumbras de la noche húmeda y los campos de arroz. El agua es un factor determinante para la trama del film, con escenas que destacan por sus paisajes, mujeres y hombres en canoas que se trasladan en busca de sus destinos.
La película ambientada en los años 40´, durante la ocupación francesa en Vietnam. Cuenta la historia de Kim, un joven de 15 años, su familia y sus dos búfalos -que son el sustento familiar- . Kim se ofrece como voluntario para llevar a los búfalos al interior de la selva en búsqueda de alimento y el padre apoya la decisión del hijo, ya que las inundaciones del lugar no permiten que la hierba crezca cerca de allí. Por otro lado viajar, al monte Ba-The es, según el padre, un paraíso que todo hombre debe conocer. Pero Kim no va sólo, se reúne con una pandilla de trabajadores -ladrones-, que trabajan en cada temporada acarreando búfalos en busca de alimentos, bajo las órdenes del detestado jefe Lap. Más tarde Kim, emprende su propio negocio junto a unos amigos, situación que lo saca definitivamente de su hogar, y que luego sería el camino para descubrir su verdadero origen.
El protagonista emprende un viaje que le enseña la crueldad de la vida, cuestión que no es exacerbada con escenas dramáticas o de violencia, sino todo lo contrario. Aquellos momentos son enseñados en la oscuridad, la muerte, en cambio, sobre el agua a plena luz. Niño búfalo es una película simple, los diálogos son precisos y no hay segundas intenciones en sus párrafos. El transcurso de las escenas es casi sin musicalización, solo en aquellos momentos en las más significativas van acompañadas por una suave melodía o las que retratan una situación lúdica, en la que siempre hay un niño presente. También en momentos de jolgorio musicalizados por los propios actores.
Sin duda que el film destaca por su hermosa fotografía y por una narrativa sin pretensiones más que las de mostrar la realidad de un grupo de personas y un oficio particular en una época determinada, donde la invasión de los franceses jugó un rol fundamental en el controversial Vietnam. Las casas son lugares de transito imposibles de definirlos como un hogar, porque su permanencia depende de los agentes climáticos y por ende del destino, la fragilidad de sus construcciones no se condice con la fortaleza de sus espíritus. Junto al licor de arroz y la hierba que abunda en el lugar para fumar, los pueblerinos hacen más amigable sus existencias en el desolado paisaje de aguas interminables y da fuerza para remar y volver una y otra vez a comenzar el ciclo.
La cuota de sacralidad por medio de sus ritos entorno a la muerte, ya sea de los propios búfalos -animales sagrados- o de los humanos, son un ejemplo sobre el cuál la visión gira entorno: encomendarse a la divinidad y arrojar todo al destino, encendiendo sahumerios, es, sin dudas, el comportamiento de un pueblo que se caracteriza por dar importancia y sentido a sus vidas por medio de la religiosidad.
La escena que genera el clímax en la vida de Kim es cuando su padre revela el origen del muchacho. Sobre la canoa, su progenitor agoniza y con sus últimas fuerzas, bajo la lluvia, le cuenta quién es realmente su madre y como fue concebido. Luego, una seguidilla de sucesos en torno a la vida y la muerte terminan por definir el destino de Kim.
Esta cinta es el retrato de un oficio del campesinado del sur de Vietnam, que aún persiste tras la modernidad y los periodos de guerra de aquel país. También es una mirada hacia culturas que no sólo están marcadas por aquellos nefastos sucesos, sino por la belleza de sus paisajes y lo humano de sus relatos y costumbres.
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