
Reflexiones sobre el sistema educativo
Alberto Gayozo es docente en la provincia de Corrientes y autor del libro “Observar las Aulas (Estructuras pedagógicas y Aulas Sanas)”. Tema sobre el cual habla en la siguiente entrevista:
1- Contame un poco de tu relación con la docencia y la reflexión acerca de la misma.
Como todos los docentes, o la mayoría, comencé a pensar en ser docente desde la secundaria. Veía a mis profesores como modelos a seguir. Personas con un bagaje de conocimientos ilimitados, y me gustaba mucho la idea de enseñar, estar frente a un auditórium hablando para muchas personas. Tendemos a ver las cosas más simples cuando somos jóvenes, ahí comenzó la idea de ser docente, desconociendo obviamente “el mundo docente”, donde no todo lo que trasponemos en un aula lo practicamos. Donde hay que bajar del pedestal e involucrarte con la realidad inmediata, donde ser docente implica algo más que planificar un espacio curricular y sobre todo desconociendo la importancia que tendría mi rol como docente para muchas personitas que tal vez, lo que menos les importa es aprender contenidos de una materia en la escuela, y parece dicotómico la idea, pero en la actualidad buscan contención; salir muchas veces de ámbitos hostiles, escapar por un rato de su contexto de carencias o simplemente alguien que los escuche. La docencia es hermosa pero no es para cualquiera, para ser docente hay que ser más que valientes, no es suficiente con tener conocimientos acerca de algo, hay que tener la capacidad de empatizar con cientos de estudiantes, de edades diferentes, con pensamientos diferentes y contextos diferentes. El trabajo docente es difícil pero tiene grandes satisfacciones, todos los días aprendes algo nuevo, aprendes a humanizarte, por lo que, el ser docente no es solo enseñar sino también aprender, mi relación con la docencia comienza antes de entrar al aula y después de mi familia, es lo más importante.
2- ¿Cómo surgió la idea de escribir los ensayos que figuran en este libro?
Surge después de un tiempo que llevaba trabajando en la docencia, al principio la idea “de lo estático” dentro de un salón cerrado no me convencía, la rutina de ir, pasar lista, retomar el tema anterior, explicar, etc. Me parecía todo muy monótono, más de lo mismo y sinceramente tenía todavía la idea de no pasar desapercibido dentro del aula. Empecé a preguntar a los alumnos que les interesaba, música, películas, hasta que hacían los fines de semana. No comparto la idea que a los jóvenes no les interesa nada, les interesa las cosas que les hacen sentir bien. Lo primero que me dijo la mayoría fue “todas las horas encerrados aquí nos mata”. Entonces comencé a hacer pequeñas cosas para que se sintieran acompañados, escuchados; permitir que escucharan música, mirar una película de su interés, que propongan temas a trabajar, darles un espacio para que se expresen y permitirles que se equivoquen sin culpas. Esto me permitió ver los sanos que son y el potencial de cada uno, me llevó a tener una relación más sana y más honesta dentro del aula, lo que se tradujo en mejores resultados académicos. Estoy más que convencido que cuando te bajas de tu “pedestal” de docente y te involucras con la realidad de los estudiantes, les permitís que se expresen, vas a tener una visión más amplia de tu profesión inclusive y mayores resultados en la fijación de conocimiento. Luego, el año pasado en la Universidad, en la cátedra de Pedagogía, nos propusieron realizar una serie de ensayos académicos con respecto a un tema relacionado con la educación de los jóvenes. Entonces solo plasmé lo que venía analizando, el por qué de los malos resultados académicos. Solo escribí lo que estaba poniendo en práctica desde hace un tiempo y me pareció una buena idea publicarlos, si una reflexión de estos ensayos le sirve a alguien considero que es positivo para la educación.
3- ¿Pensás que con reflexión colectiva se puede subsanar esta problemática actual?
La reflexión es útil cuando se produce un quiebre en determinado momento en nuestra profesión, como dije antes, la docencia no era para cualquiera y hay momentos que el estrés o las dudas se hacen notar, pero reflexionar no sirve de mucho si no se pone en práctica y que esa práctica sea continua. Es triste naturalizar que la educación, sobre todo en Argentina, tiene bajo nivel pero ¿qué hacemos nosotros, la comunidad educativa, para revertir esta situación? , no solo se ha naturalizado la mediocridad en las prácticas educativa sino también en la formación académica desde los Institutos de Formación Docente; el sistema educativo tiene una estructura con fallas, desde permitir a un profesional no docente estar frente a aulas, a pasar por alto análisis de aptitud o acompañamiento en una terapia para desempeñarse como tal, en fin, son muchos nichos por resolver que hacen a un resultado pésimo dentro de las aulas. Estoy seguro que hay miles de docentes excelentes que todos los días se aferran a su vocación y hacen hasta lo imposible para que la educación mejore, pero si es esfuerzo de unos pocos la tarea se hace difícil. Estos ensayos no son recetas de nada, solo una invitación a reflexionar sobre nuestras prácticas como educadores y asimilar cuán importante es nuestro trabajo dentro de una sociedad o en la vida de una persona, tenemos nada más y nada menos que la tarea de educar a los jóvenes, la responsabilidad más importante dentro de las profesiones. Una sociedad bien educada toma mejores decisiones.
4- ¿Consideras seguir escribiendo sobre este tema?
Si, también es una forma de aprender sobre la profesión. Como todo docente tenemos que capacitarnos constantemente para desenvolvernos lo mejor posible en nuestro trabajo, el hecho de investigar y analizar cuestiones pedagógicas, el por qué de ciertos resultados va a hacer que pueda disponer de ciertas herramientas para lograr objetivos favorables, hablar de contenidos específicos puede resultar fácil, lograr que aprendan en un contexto con riesgo, eso es difícil.
5- ¿Realizas alguna otra acción en función de revertir esta problemática?
Constantemente estoy colaborando en muchos programas escolares de inclusión, desde actividades dentro de las instituciones donde trabajo hasta proyectos más amplios fuera de ella como la creación, juntos con otros colegas, de una Biblioteca Popular en la ciudad de Itá Ibaté con el fin de que los jóvenes tengan otras alternativas de expresión, de contención y comprensión. Siempre lo que pueda aportar para contribuir a mejorar mis prácticas como educador y sobre todo que los estudiantes tengan un aprendizaje significativo y competente para sus vida, desde mi lugar lo hago.
6- Algún comentario que quieras agregar al respeto de esta temática.
Simplemente que si queremos lograr una educación de calidad debemos empezar a tener transposiciones pedagógicas de calidad, esto no significar apilar acreditaciones sino, simplemente comenzar a observar nuestras aulas, a nuestros estudiantes y partir el proceso de enseñanza aprendizaje desde las realidades próximas de ellos, de sus intereses. El entender los contextos de los estudiantes nos da herramientas para fijar cualquier conocimiento, permitir la equivocación y subsanarla crea ambientes de confianza y resultados más positivos, pero sobre todo no olvidar que somos educadores, debemos demostrar con acciones lo que profesamos porque somos los responsables de educar.
Agradezco a Alberto Gayozo por responder a mis preguntas.
Datos del libro: Observar las Aulas (Estructuras pedagógicas y Aulas Sanas), de Alberto Gayozo (2018, Ediciones Misioneras, Género: Ensayos, Págs. 54).
Categorías:Reseñas de Lápiz y Papel
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