ESTRENOS DE CINE: ‘Creed II’, de Steve Kaple Jr. Por MAXIMILIANO CURCIO

EL MITO RETROALIMENTADO

Puntaje: 5

Una auténtica leyenda del cine. El magnetismo que aún hoy día causa “Rocky” reside en la mítica historia oculta detrás la propia realización del film convertido en franquicia. Esta saga de películas relata la historia de un desconocido boxeador a quien se le ofrece la posibilidad de pelear por el título mundial de los pesos pesados. Con extrema fuerza de voluntad se prepara concienzudamente para el esperado combate, sabiendo que radica allí la oportunidad de su vida. El film que fuera el puntapié inicial de un éxito sin precedentes marcó a varias generaciones, que se identificaron con, entre otros aspectos, su inolvidable banda de sonido; esa melodía inconfundible que todavía suena en los oídos de cada fanático del box. Solo escuchar cada vez su música nos remite de forma inmediata al personaje icónico que creara Sylvester Stallone.

No resulta nuevo en el boxeo la historia de la «Cenicienta», ese resurgir de las auténticas cenizas para llegar hasta lo más alto de la manera menos probable: James Braddock, impensado campeón pesado en los ’30 también tuvo su biopic de la mano de Ron Howard en “El Luchador” (2005) y Franco Zeffirelli redimió a Jon Voight en “El Campeón” (1978). Partiendo de la base que ningún otro deporte se encuentra tan vinculado al cine como el boxeo, es entendible el efecto imán causado (quizás por ese factor retroalimentario de redención-gloria-decadencia que tan supo exponer «Rocky») de modo inmediato. La empatía que genera con el público este tipo de historias, ya sean episodios ficticios o estén basadas en boxeadores que realmente hayan existido, han convertido al maridaje de cine y box en una fórmula invencible.

Podríamos transitar un breve recorrido comenzando por “El Campeón” (1915), el primer antecedente de ficción boxístico a cargo de Charles Chaplin, pasando por “El Boxeador” (1926) de Buster Keaton, también perteneciente al período mudo y hasta llegar a la más reciente “Huracán” (1999) de Norman Jewison con el enorme Denzel Washington en la piel de Rubin Carter. No caben dudas que el séptimo arte contó cuantas historias sean posibles sobre tan apasionante deporte. En este factor reside, justamente, que «Rocky» sea una pieza única y especial. Porque posee una serie de condimentos que la convierten en un espécimen inigualable: no es un estrictamente biopic, está plagada de clichés y espectacularidades y, asimismo, ostenta ciertas excentricidades y exageraciones impropias del mundo al que pertenece. Así y todo, es tan fiel y sentimental en transmitir el valor que guarda la redención en el mundo de los puños, que no deja de conmover la forma por medio de la cual consigue hacer prevalecer al triunfo del espíritu.

La saga que popularizó y elevó al nivel de estrellato a Sylvester Stallone, se extendería a una franquicia cinematográfica capaz de convertir a Rocky Balboa en un personaje mítico. Si cada uno de los siguientes capítulos hace hincapié en el factor emocional, esto tiene más que ver con el exorcismo de los demonios que Rocky guarda dentro suyo. Conflictos personales que pesan más allá del deseo de volver a pelear, como tantos regresos heroicos ha contado la maravillosa historia del boxeo, desde Sugar Ray Robinson hasta George Foreman. A la original “Rocky”, conocida en 1976, le continuaría una dinastía de ocho películas que, a más de treinta años de su estreno original, encontrara su renacer, luego de una década y media de olvido, precisamente en el año 2006.

Luego de otra década en el olvido del horizonte cinematográfico, la saga resurgiría gracias a la aparición del joven intérprete negro Michael B. Jordan, dando vida al hijo del fallecido púgil Apollo Creed, y creando una suerte de renovador spin-off para «Rocky». De esta manera, » Creed» (2015), junto a su reciente sucesora, se debatieron entre la nostalgia de los dramas familiares y la pura adrenalina que refiere a la competencia boxística en sí. Inclusive sin pretenderlo, se convirtió la ‘nueva encarnación’ en una acertada radiografía del ocaso deportivo que atraviesa cierto sector del boxeo, con apreciable realismo. Tres décadas después de su cénit, la saga sobreviviría colocando nuevos artilugios visuales al servicio de una historia de conmovedora superación. Una glamorosa y nocturna Las Vegas, ciudad de apuestas y de grandes proezas deportivas a la vez, serviría de marco para nuevos capítulos de esta hazaña.

La actual secuela de la película Creed, del año 2015, encuentra a su antiguo director y guionista Ryan Coogler («Frutivale Station», «Black Panther»)  cediendo al puesto a manos de Steven Caple Jr., para desempeñarse en labores de producción ejecutiva. Plagada de citas referentes al mundo del boxeo, la franquicia Rocky vio desfilar una galería interminable de personajes, que en la presente edición suma a la retirada leyenda Roy Jones Jr. y al ex-medallista olímpico Andre Ward, sumándose a un elenco integrado por los mencionados Michael B. Jordan y Sylvester Stallone, junto a Tessa Thompson, Dolph Lundgren, Florian Munteanu, Phylicia Rashad, Andre Ward y Wood Harris. Además un muy especial cameo deleitará a los fans: la actriz danesa Brigitte Nielsen (la atractiva y calculadora Ludmilla, en «Rocky V») ofrece el enésimo guiño nostálgico a una película dueña de una mitología propia.

Este nuevo episodio, nos relata el periplo emprendido por Adonis Creed para vencer al célebre hijo de Ivan Drago, el sanguinario boxeador soviético que matara a su padre (Apollo, interpretado por Carl Weathers) en el cuadrilátero, en la película estrenada en 1990. Partiendo de este acontecimiento vital para la saga, «Rocky» abraza su melodramático pasado a puro golpe emocional. Evidentemente, «Creed II» apela, con previsibilidad y tibieza, a las formulas más remanidas del subgénero de films pugilísticos, surcando las superficies de un drama de vínculos afectivos (la vida marital de Adonis) y conflictivas existenciales (el rol de entrenador que Rocky sopesa ocupar), que presta especial atención a lo que ocurre con sus personajes debajo del ring. Instrumentos operados como condimento esencial a la consabida fábula de ascenso, caída y redención que comprobará la hombría de todo aquel que afronte los desafíos que la vida y el deporte le coloque por delante.

En otro orden, resulta un mérito no menor destacar la delicadeza de un humilde Stallone, quien sabe ceder protagonismo (y regalías) a la ascendente estrella afroamericana, en pos de potenciar su inagotable cosmovisión pugilística. Mientras tanto activo en la cartelera -el intérprete italoamericano revive, por enésima vez, a su criatura John Rambo («Rambo: Last Blood», 2019)-, el proyecto «Creed III» parecería estar en marcha para un futuro cercano, con miras a colocar en la silla de director al mismísimo intérprete de Adonis.  A fin de cuenta, “Rocky” en sus infinitas reproducciones, representa la epopeya viviente de un nombre propio que se ganó su lugar en la historia, retratando las épicas e improbables hazañas de un destinado a perder, convertido en el héroe que todos alguna vez quisimos ser.

Ver trailer: https://www.youtube.com/watch?v=QmMqMR2bbGg



Categorías:Miradas Secuenciales

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