…Y MODERNO: ‘El mal del sauce’, de Sebastián Sarquís. Por HÉCTOR SANTIAGO

Alguién despierta en una casa que no es la la suya. ¿Dónde está? ¿qué ha sucedido? ¿quién lo tiene en cautiverio? ¿qué hace allí Luciano? ¿por qué él permanece en libertad y además colabora con los responsables de su situación? 

Filmada en tres locaciones y un pequeño elenco de actores, la opera prima de Sebastián Sarquís parece tener en la economía de sitios de rodaje y de interpretes un factor en contra para su feliz realización. La combinación equilibrada entre diálogos, guión, una muy inteligente fotografía más la exhuberante vegetación que ofrece el lugar fundamental en que se desarrolla el film, superara esas limitaciones originales.  

Unos primeros minutos ocupados en unos párrafos de un texto de Kafka, luego una ventana donde ondula una cortina y deja ver ramas, inmediatamente un primer plano de un árbol grande e imponente. Una habitación donde yace acostado un hombre con los ojos tapados y las manos amarradas. Y así, en escasos 3 minutos y una cámara que por momentos parece hacer fotografía fija está condensada la trama de la película.  

¿Cómo se resuelve en El mal del sauce la cuestión del ritmo cinematográfico teniendo en cuenta que la película se desarrolla prácticamente en una sola locación y mayormente con planos de larga duración? Sarquís recurre a los sonidos para consolidar el ritmo y continuidad a la historia. Así, un incesante concierto de ruidos que se escuchan a lo largo de los días alimentan de manera incesante el suspenso y por ende el progreso del relato: una puerta que rechina, el ladrido nocturno de un perro, la caída de objetos, unos pasos en la escalera, el cierre violento de las hojas de una ventana, la música lejana  que parece provenir de una radio, el permanente goteo de agua, el trino de los pájaros, los disparos de armas, el croar de las ranas, el ruido de un martillo clavando las chapas que clausuran las ventanas, etc.etc. 

Una cámara morosa descubre cielos entre el apretado ramaje del sauce, camina junto al protagonista cuando éste recorre los terrenos que limitan la propiedad donde permanece secuestrado. Y cuando irrumpe la lluvia, el ojo mecánico se fascina con el agua cayendo sobre los terrenos, cubriendo el árbol, inundando la tierra vecina, ocultando los peldaños de la escalera para convertir la casa en una pequeña isla. 

Cuando el protagonista intenta escapar a través de la densa vegetación que rodea la vivienda, la cámara recurre a un prolongado travelling que acompaña desde atrás o en lateral los pasos del personaje en su exploración de esa cárcel en la que se ha convertido la intrincada selva húmeda y en la que espera encontrar una salida que lo libere. Como efecto de ese tipo de plano las secuencia de las caminatas adquiere una fuerte carga de realismo al tiempo que nos genera la sensación de estar participando de los sucesos.

Una y otra vez el director recurre a los claroscuros, de ese modo acentúa la oscuridad y encierro que reina en el interior de la casa frente a la luminosidad y amplitud del exterior. La fotografía se vale de los recorridos del secuestrado por la casa durante la noche, cuando duerme, en los momentos que, auxiliándose de velas, busca en anaqueles o también al sobresaltarse por la ocurrencia de ruidos, todo lo cual se suma a otros medios que  mantienen la sensación de indefensión y el temor de lo que puede sobrevenir.    

El mal del sauce no es una película fácil, requiere a los espectadores el trabajo de desarme y rearmado posterior como ocurre con todas las obras que se alejan de la obviedad. Con una fotografía cuidada y por momentos de enorme belleza, el film esta realizado mayoritariamente con secuencias largas, primeros planos y a veces con imágenes del paisaje sin presencia de humano alguno. Esa elección de tiempo, imágenes y ritmo narrativo responden a la historia contada que, en este caso, por cierto, no es lineal. 

Finalmente, cabe preguntarse sobre algunas circunstancias que aparecen durante el relato y que no son fáciles de enlazar: ¿cuál será el propósito narrativo que tiene la lectura en voz alta que hace el protagonista del libro Carta a mi padre de Kafka? ¿Por qué razón la cámara registra, una y otra vez, el calendario que contiene la imagen de una casa que cuelga en la pared de la habitación donde el hombre está encerrado? ¿A qué remite la imagen del piso con pequeños círculos iluminados en el comienzo y cerca del final? ¿Es casual y ajeno a la historia el hecho de que la psicóloga que atiende a la esposa del cautivo esté embarazada? 

https://play.cine.ar/INCAA/produccion/5626



Categorías:Clásico y Moderno

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: