ENTREVISTAS – Juan Carlos Diez «Martropía representó la concreción de un sueño muy anhelado: hacer un libro con el músico que admiré toda mi vida». Por Maximiliano Curcio

Juan Carlos Diez nació en Buenos Aires en 1955. Es escritor y periodista. Ha trabajado en numerosas publicaciones, entre ellas, las revistas Nueva y La Maga. Actualmente es columnista de La Agenda de Buenos Aires e Infobae y participa del programa radial La Cultura del Payaso (www.ntvradio.com.ar, todos los lunes a las 20hs.)

-En el prólogo de “Martropia, Conversaciones con Spinetta” comentás que el libro surge luego de cinco años de trabajo e incontables horas compartidas con Luis Alberto. ¿Qué podés contarnos acerca de ese proceso creativo?

Fue un proceso creativo realmente y muy intenso. Como lo cuento  en la introducción de Martropía, quería llegar a la persona que elaboraba semejante obra y las llaves fueron sus propias canciones, básicamente. De mi parte, fue un trabajo muy a fondo en la elaboración de las preguntas, en las repreguntas, en las temáticas, en las introducciones a los capítulos escritos a partir de datos reales, en prosa poética. Y en el trabajo de edición. Quería agotar los temas, trabajarlos, pulirlos. Contar con el apoyo y el aliento del Flaco fue fundamental para esto.

-¿Cómo fue tu relación con Luis? ¿Cómo lo conociste y que representó para vos y el vínculo entre ambos la concreción de esta obra?

Lo conocí a través de un íntimo amigo en común; Rodolfo García. La amistad profunda se fue dando a medida que trabajábamos en el libro. Fueron cinco años. Nos conocimos diez años antes, cuando el terminó ‘Pelusón of Milk’ (1991). Y allí nos empezamos a ver para un proyecto que lo incluía a él y no se concretó. Pero la amistad más en serio, más a fondo, se dio a través del libro. Pasamos muchas horas juntos, disfrutábamos de esas horas y a la hora de trabajar éramos muy rigurosos. Adquirimos una mecánica que funcionaba y , además, él veía que era un laburo en serio de mi parte. Nos llevábamos muy bien y compartimos muchas cosas.  Para mí representó la concreción de un sueño muy anhelado: hacer un libro con el músico que admiré toda mi vida. Y con el valor incalculable de terminar siendo amigos.

-¿Cómo definirías el lugar que ocupa Spinetta en la  historia de nuestro rock? ¿En quienes de los artistas que le sucedieron ves la huella sembrada por él?

Más que para el rock, diría para la música popular. Luis fue la quintaesencia del rock argentino pero su aporte se fue ampliando más y más. Él dejó una nutrida obra, muy original, realmente innovadora para la canción y experimentó con muchos géneros pero todos pasados por su fuerte personalidad e impronta. Su aporte fue único. Realmente no veo continuar su camino en ningún artista. Su huella es muy profunda y personal. Sí, estoy seguro que marcó y marca a quienes al escucharlo se vieron incitados a hacer su propia música. No la de él. En cualquier pibe, que al escuchar un disco de él sienta ganas de escribir una canción desde el alma está su semilla.

-Si un joven se acercara a vos y te dijera que quiere entrar al universo spinetteano, ¿qué etapa del Flaco le recomendarías para que comenzara ese maravilloso camino?

No le recomendaría una etapa para empezar. Que empiece por cualquier disco de él. El arte tiene sus razones.

-“El nacimiento de los peces” es un libro de poesía que editaste en 2007. ¿Qué relación establecés con ese registro de la escritura, con el pulso poético y el uso de figuras retóricas a la hora de crear un relato de este estilo?

Mi relación con la poesía viene desde muy chico. En los últimos años me siento mejor con la prosa poética. Es un trabajo muy complejo porque corrijo mucho. Lo fundamental para mí es que tenga musicalidad, si no tiene  eso, no tiene nada. Tiene que sonar, con la prosa poética me pasa igual. Me siento muy identificado con la definición de W. Auden: «Un poeta es alguien absolutamente enamorado de las palabras». Me ha pasado de estar años con una palabra que no le encontraba su lugar. Me inspiran las imágenes, pictóricas, fotográficas, mucho más que una historia. Mi relación con la naturaleza. Buscar en una imágen transmitir mucho. Y la música ante todo. Para mi no hay vida sin música.   

-Contame acerca de los talleres literarios que llevás a cabo y tu actividad docente. ¿De qué forma transmitís a través de ellos tu pasión por el oficio de escritor?

Mi taller se basa en ideas propias, en buscar formas y herramientas literarias y extraliterarias para incitar a escribir. Por eso se llama «Que la inspiración me encuentre escribiendo». No hay otra forma para mi. Es tratar de transmitir una pasión . Una hoja en blanco puede ser un enorme interrogante o el comienzo de una aventura. 

-Si hablamos acerca del acto creativo y el oficio del escritor, un autor compone escenarios, situaciones y personajes a través de diferentes formas de llegar a esa inspiración. ¿Cuáles son las principales inquietudes y búsquedas que encontrás en los participantes?

El acto creativo es un tema que siempre me interesó mucho. Es un tema central para mí. Y muy abarcativo. ¿De dónde sale una canción, un cuento, una pintura, un poema?  Es algo muy profundo y misterioso. Si tuviéramos la total certeza de la respuesta dejaría de ser arte para transformarse en artificio. Es maravilloso ver como aflora en cada participante su rasgo, su personalidad, un caudal que muchas veces ignora, o no cree tener. Mi intento es, justamente, hacer todo lo posible para que cada uno suelte amarras.  Y entre las inquietudes está eso: el miedo a soltar amarras, no tenerse confianza suficiente. Pero cuando la cosa empieza a cambiar es maravilloso. 

-¿Qué libro o autor estás leyendo ahora y quisieras recomendarnos?

Como todos, no leo todo lo que quisiera. Siempre, desde hace años, leo un libro de música y un libro, digamos, más literario. Y me interesan mucho los libros de arte como uno que voy leyendo de a poco que es fascinante y del que se aprende mucho: «Variaciones sobre la historia del arte, ensayos y conversaciones», de Ernst Gombrich. El ensayo es un género que me gusta mucho cuando hay literatura, pluma. Terminé de releer, después de haberlo leído hace muchos años, «Música para camaleones», de Truman Capote, una joya que recomiendo mucho. Estoy leyendo «Testimony», la autobiografía de Robbie Robertson, un músico que tiene mucha historia y admiro. Y voy a empezar a leer «Fuera de la ley», los mejores ensayos de Norman Mailer.  

ACERCA DEL TÍTULO Y LA TAPA DE

«MARTROPÍA, CONVERSACIONES CON SPINETTA»

El título del libro es un neologismo, una palabra inventada por mí. Después le di un sentido que está desarrollado en la introducción. Fue una verdadera lucha imponer una palabra que no existe como título de este libro. La otra lucha fuerte es que yo quería que la tapa, además, tuviera un dibujo y no una foto. Para resaltar aún más que era un libro de lectura y que, además, el libro no tuviera ninguna foto. Me miraban como si estuviera loco. El Flaco -yo nunca se lo pedí- se ofreció a hacerme el dibujo él. Y no sólo eso: ¡¡¡me hizo tres!!! El día que me los mostró me encantaron los tres, que eran bien distintos. Eso fue lo que le dije, además de que él eligiera el que quisiera, por supuesto. Y él me respondió, divertido: «Noooo, yo los dibujé para tu libro, el que lo vas a tener que elegir vas a ser vos». Yo le pedía por favor que no me pusiera en esa situación pero él se mantuvo porque le encantaba ponerme contra las cuerdas de esa manera. Finalmente elegí el más bizarro de todos. Recuerdo que ahí mismo le dije que esas orejas/parlantes escuchaban hasta el sonido de las esferas y él me decía que «esas patitas o lo que fueran tenían algo de molusco». Yo agregué que me encantaban que sus ojos, nariz y boca fueran los de un ser humano y que quizás fuera un ser de Martropía. En fin…nos deliramos los dos buscándole significados y hasta le pusimos un nombre…que es un secreto. Luis, porque me apoyaba en esa idea mencionada anteriormente, decía con orgullo: «No tiene merchandising de rock».

Si querés participar de los talleres literarios de Juan Carlos Diez, podés acercarte a «EL GUTIERREZ CASA TALLER», ubicado en Araóz 683, Banfield. Informes – te: 15 3923 3674 // mail: elgutierrezcasataller@yahoo.com.ar   www.elgutierrez.com.ar



Categorías:Conversaciones Siete Artes

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