
“las personas desesperadas podemos cometer muchos errores que condicionan el resto de nuestras vidas.”.
Sonia Rico
ACERCA DE LA OBRA Y EL AUTOR
Cuando un teléfono suena es porque al otro lado hay alguien esperando a que le respondan. Puede tratarse de una persona perdida, de alguien que alberga un secreto y ha decidido contarlo, por fin, o esta vez, quizás, puedas salvar una vida.
Porque hay llamadas desesperadas, llamadas que pretenden decirnos cosas que no somos capaces de ver a simple vista y todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos estado así, ansiando que esa persona a quien llamamos nos responda; como quizás le sucedió a Marilyn Monroe la noche que murió. Nunca lo sabremos.
A lo largo de estos 32 relatos de formato breve de los que se compone el libro ilustrado A telephone rings (La Vocal de Lis, 2019) la autora, Sonia Rico, teje un entramado de situaciones personales complejas, reales, que pasan desapercibidas en algunos casos y que están escondidas a propósito en otras. Quizás, si lees con atención, consigas llegar a saber qué hay en el corazón de esas personas y sobre todo dónde se encuentran.

-Sonia, después de tu novela Entresuelo izquierda publicada el año pasado ahora te lanzas con un libro de relatos.
Sí. Antes de escribir la novela yo ya había escrito relatos. Muchos escritores empezamos por ahí. Había publicado ya dos antologías de relatos con el Grupo Bojador al que pertenezco una dedicada a tabúes y otra a fobias, tituladas Mejor no te cuento.
-¿Cómo surgió la idea?
Durante 2017 viví en Irlanda por motivos laborales y durante esa estancia conocí gente y viajé por todo el país. Lo que trato de plasmar es algo muy personal porque es una visión de mis percepciones. Me impresionaron algunas circunstancias de la sociedad en general como su enorme amabilidad por un lado pero también los problemas de alcoholismo que acechan en muchas familias, por otro.
¿Sólo los títulos en inglés?
Claro, solo los títulos ya que están escritos en español. Pero era por hacerle homenaje al inglés con el que tuve que pelearme especialmente los primeros meses. Cuando yo llegué Irlanda tenía un nivel aceptable de inglés sin embargo el acento allí, especialmente Cork, ciudad en la que vivía es muy cerrado. Fue un reto.
-Lugar no se dice nada más que al final…
Exacto. Quería jugar un poco con el lector. Durante los relatos doy pistas como el paso del río Lee por ejemplo, el nombre de una famosa destilería de Wiski por si algún lector quiere empezar averiguar para satisfacer su curiosidad.
-El prólogo nos quiere decir algo sobre lo que vamos a encontrar dentro.
Sí. Pensé hacer el prólogo yo misma como algo introductorio a la atmósfera que quería crear con los relatos de manera que todo, al final, tiene un hilo conductor. En el hablo de la noche en que falleció Marilyn. Ya que cuando encontraron su cuerpo sin vida, tenía agarrado el teléfono encima de la mesita de noche. Hay varias hipótesis sobre eso. Se supone que hizo un intento desesperado por llamar a alguien. No sabemos si lo consiguió ni qué números estaban en los registros de las llamadas de esa noche ya que están misteriosamente perdidos. Pero ese gesto me parece significativo de la desesperación de una persona que se encuentra perdida, como les pasa a muchos de los personajes de estos relatos.
Quiero hacer mención a que ninguno de estos personajes existe, que es todo ficción.
-En tu visión sobre lo que viviste en Irlanda da la impresión de que nada es lo que parece, que nadie es feliz como parece a simple vista.
A mí me pareció y esto, repito, es mi impresión personal que muchas personas allí sienten una gran presión por poner buena cara y ser amables pero que en realidad tienen sus problemas y sus días malos.
Irlanda ha sido un país muy católico en el que existía represión por muchos aspectos hace bien poco. Y eso aún se nota bastante. Recuerdo que cuando estuve allí vi a muchas chicas casarse muy jóvenes, tener muchos hijos…y también ser infieles cuando su vida parecía la de una matrimonio conservador.
El alcohol es otro problemas ya que actúa en gran medida como evasivo y pienso que cuando alguien o una sociedad necesita evasión es porque hay problemas en al base.
–Algunos relatos se acompañan de ilustraciones.
Si, son acuarelas y las ha hecho mi tío Jesús Trujillo. Le pedí colaboración para darle más profundidad a los relatos y sabía que nos íbamos a entender muy bien en cuanto a las imágenes. Me ha gustado mucho el resultado.
-Al final hay una parte titulada “Lugares de tránsito” que significa esto para ti.
Decidí añadirla como colofón a esa imagen que quería transmitir del país. Durante el año que pasé allí conocí a muchas personas que parecían estar en momento en tránsito en sus vidas. Personas que estaban haciendo un parón en sus rutinas, que estaban pensando qué hacer, hacia dónde ir, que habían roto con su pasado por motivos laborales, familiares o amoroso y que estaban allí como en tránsito mientras decidían qué hacer o esperaban a que el destino se lo comunicase de alguna forma. Muchas personas llevaba ya años así, en ese estado. Eso me hizo pensar mucho en lo especial que es ese estado e estancamiento y en por qué en Irlanda habría tantas personas así.
Pienso en algunas de esas personas y espero que hayan encontrado el camino que estaban buscando.
-¿Volverías a repetir la experiencia de irte allí a vivir?
Pues sí, sin duda, como algo temporal fue estupendo pero el clima llegó a afectarme.
Pero sí, vivir sola en el extranjero es una experiencia única y me hizo crecer. Luego hay otros aspectos interesantes de esto como el hecho de cómo echaba de menos mi ciudad desde allí y que cuando vuelves las cosas no están igual que te las dejaste. Aunque creas que porque mantenías contacto nada está cambiando es un espejismo porque sí cambian y cuando yo no estaba continuaron pasando cosas sin mí. Algunas personas ya no estaban o al menos en la forma en que se esperaba pero eso también es bueno porque es la evolución natural de los afectos y las personas. Afortunadamente, sí estaban los que tenían que estar.
Categorías:Conversaciones Siete Artes
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