
Estaba buscando con que obra sorprenderlos para una nueva edición de esta columna y terminé siendo yo el sorprendido al cruzarme, ocular y emotivamente, con esta pintura. De los dos títulos elegidos por el autor (Composición VII / La Vaca -35.3×63.5), me voy a quedar con la segunda, solo por aceptar el convite de Theo Van Doesburg. Digo reto, porque eso fue lo que sentí al cruzarme con esta imagen. ¿Y porqué no?, ¿o acaso una buena pintura no puede también incluir la provocación en su contenido visual?
Theo (1883.1931) fue un pintor, arquitecto, diseñador, que se inició en el Impresionismo, luego pasó por el Expresionismo, el Cubismo y también la Abstracción. Conoció a P. Mondrian y fundaron la revista ‘De Stijl’ (El Estilo). Impartió clases en la Bauhaus entre los años 1921 y 1923.
Cuando presentó esta pintura la acompaño con la foto de una vaca pastando. Este trabajo apaisado y rectangular está compuesto por catorce rectángulos dispuestos en un aparente desinterés compositivo. Rojos, amarillos, azules, negros y verdes. Van Doesburg conservó en sus pinturas el color verde y las diagonales, que según los dogmas del movimiento, eran elementos impuros. Esto también es provocación.
Y aquí estoy cerrando estas líneas, observando fija y atentamente La Vaca. Y les puedo asegurar que ahí está. Sin retóricas. Una vaca pastando con su cuello inclinado hacia la grama.
Theo Van Doesburg falleció en Davos, Suiza, a la edad de 47 años, de un infarto de miocardio.
Categorías:Ensayos Ópticos
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