
Con el ánimo de encontrar alguna tesis sobre la Literatura que me ilustrara para pulir mi concepto, acudí a la Academia Colombiana de la Lengua y la decepción iracunda como ciudadana que paga impuestos para -entre otras cosas- sostener la cultura, fue seria. El documento de Creación de la Academia Colombiana de la Lengua en 1871 la cataloga «como corporación autónoma, de derecho privado, que tiene por principal objeto trabajar asiduamente en la defensa y progreso de nuestro idioma….en estudios del lenguaje y en el fomento de la literatura nacional«, misión que no cumple…Y, los únicos dos volúmenes dedicados a la historia (ojalá fuera crítica) de la Literatura, solo llegan hasta la generación del centenario, según dice su autor porque «demeritaría su trabajo» el ocuparse del siglo XX», concepto que complementó la Secretaria de la Biblioteca afirmando que «ahora hay muchos y malos autores y no se pueden clasificar» lo que explica por qué algunos de los profesores de Literatura y «entendidos» están estancados 100 años y por qué son cajas de resonancia de la Academia y no generan pensamiento crítico propio. Por eso, sigo con mi atrevimiento de investigadora para conceptualizar libremente a la vez que reconocer el trabajo de académicas como Guiomar Cuesta que va en avanzada con su trabajo fuera de la institución.
Por qué no es fácil abrir el pensamiento literario?
El tema no es fácil por el lastre academicista que aplicado a alguna poesía de hoy, no logra vencer los prejuicios preceptivistas con moral católica que ya hicieron carrera, así las vanguardias -que nacen careciendo de peso para neutralizar la discriminación seudointelectual- surjan para dejar pasar los cambios sociales que traen nuevos lenguajes, nuevas palabras, nuevos sentires y emociones.
Tal vez algunas consideraciones sobre El Arte Popular nos ayuden; es reconocido como ingenuo o Naif, en la Historia del Arte con pintores afamados como el francés Rousseau, empírico y libre de influencias académicas y de la tradición. Ésta, como muchas denominaciones y clasificaciones de las artes plásticas, es definible desde puntos de vista diversos. Cuando en él se considera la expresión ingenua o Naif, incluye el sentido instintivo, es decir, que no han pasado por ninguna escuela de aprendizaje, solo obedecen a su sentimiento de expresión a través del leguaje pictórico que elabora por su sensibilidad dentro del autodidactismo. Sin embargo, para algunos teóricos, es una forma de conceptualismo, empleando muchas veces materiales de desecho y no pocas haciendo crítica político-religiosa al utilizar estampas, dando más importancia al mensaje que a los elementos, sin olvidar el tratamiento estético, puesto que se trata de una obra de arte.
Asimismo, algunos críticos toman como referente los criterios -igualmente cercanos- de lo que se denominó Pop Art, definido como la integración del arte al espíritu de cada época, con limpio lenguaje plástico vertido en los objetos cotidianos que ordinariamente solo tienen sentido de utilidad. Los estadinenses, cultivadores del Pop Art incluían en sus obras pictóricos los elementos consumistas, mientras los ingleses se basaban en una subcultura popular autónoma de medios de comunicación, vinculados principalmente a los collages. Otro concepto asociado por algunos es el opuesto al Happening, el Proceso-demostración. En él, es definitiva la valoración de la manipulación y el momento procesual (planeación) de la obra, que no deja fácilmente reconocer el objeto de consumo, en la construcción de la expresión plástica. Y, la consideración que abarca todos los conceptos, es el aspecto político, como parte de un debate pictórico sobre el ambiente social que genera la espontaneidad de la representación crítica desde la posición del creativo.
¿Quién tiene la razón?
La respuesta puede encontrarse -en como dice una amiga- el «criollismo permanente» que muchos no superan y por consiguiente desconocen el americanismo . Y, para sorpresa de unos y otros cave anotar que la más seria Poesía Ingenua la escribieron los «letrados» en la medida del Soneto desde hace dos siglos.
Un ejemplo de la conducta conservadora que impera en Colombia, es la innegable y respetable frecuencia de escuchar poesía peninsular bien interpretada, por ejemplo y a propósito de los 75 años del crimen contra García Lorca; pero quien no es gitano y la monta en declamación gitana, la altera y destruye la España de la guerra civil con la expresión poético-teatral del mártir del 36 cuando era más revolucionario de la palabra lírica que de la protesta contra el conflicto que apenas comenzaba. Ese facilismo negativo que habita en Colombia con la ligerea interpretación de la fonética española pasa -para muchos jóvenes en formación- a ser un modelo sin valorar las características del discurso poético y de la época; menos histriónico pero igualmente «manoseado» es Neruda; se cita y se recita sin conocer su vida, su época, su discutible posición política reflejada tenuemente en su poesía; también frecuentemente mencionan como modelo a Rubén Daría, y así continuaría enumerando a otros mal traídos a cuento con mucha frecuencia, sembrando duda en si eso es lo válido o si, a más de eso, se debe reconocer la evolución del idioma, de la forma y de la sociedad que lo engendra.
Por eso creo que toda la ligereza explica por qué Colombia tiene fama de contar con muchos poetas, pero en gran parte -en especial los mayores- sin evolucionar a la par con la sociedad que los produce. En veces se siente el perfume del siglo XVIII, o el fingido desmayo por José Asunción Silva, o la exclamación: Oh! Rimbauf….Oh! Baudelaire….!. Son los mismos mentores que ignoran el valor de poetas ampliamente reconocidos como Juan Manuel Roca y detestan los cambios del Nadaismo…. Menos mal que las generaciones emergentes abren puertas y ventanas para asomar su palabra ingenua, sincera, sin academia, impregnada del sabor de las etnias y comunidades como la afro-colombiana que además le introdujo el golpe del tambor.
Por siglos y seguramente con razón, la poesía que podemos llamar hoy «ingenua», se clasificó como «costumbrista» extendiendo el apelativo a textos narrativos. Pero lo más importante está en recapacitar en si ese acto bautismal, seudo-despreciativo, obedece al prejuicio de conquistados, todavía sintiéndose «criollos» aculturizados, sin valorar lo terrígeno americano mezcla de la raza y la cultura extranjera, sin memoria de lo que aportó el continente a Europa, de quien, más bien, recibió pocas cosas positivas siendo victimarios de nuestras culturas y desconociendo los avances científicos en botánica y astronomía, arrodillándolos ante la imposición católica que además, se convirtió en fuente de producción y difusión de la expresión Colonial, Libertaria y hasta Republicana. Recordemos que las primeras imprentas jesuíticas solamente tenían permiso para editar oraciones, presión castrante del pensamiento por muchos años, tanto que el ingenio, lo que hoy popularmente llamamos «malicia indígena» poco se reconoce como propia de de la clase culta y la dejan como característica de nuestra idiosincrasia popular especialmente en el interior del país y pasa como parte de la distracción del atraso. Sin embargo, la Poesía Ingenua tiene -como es lógico- aquella picardía de Quevedo y la sencillez de Becquer y otros populares poetas y juglares españoles que -insisto- hoy unos leemos y otros imitan a lo «criollo», creando décimas, coplas y romanceros, olvidando que antes de rescatar la Historia a los consagrados, ellos fueron -como los americanos- un elemento popular, del vulgo, en veces prohibido en los salones de familias prestantes con asistencia de mujeres; en tanto que la conducta cambiaba cuando se reunían en esos mismos salones solamente «caballeros» o festejaban en salones denominados vulgares.
Para confirmar el prejuicio, basta con reparar en cómo sacralizaron los «criollos» la cultura española, para no sentirse indios, nativos, negros, y demás clases esclavizadas. Hoy cuando la globalización -por la razón y la fuerza- abre con dificultad las mentes endurecidas para que asimilen la rapidez evolutiva, tenemos que aceptar que esa diferencia de clase social (todavía políticamente vigente) dejó obras maestras pertenecientes a España y que, cuando los nativos escribieron en Castellano, le dieron un vuelco a lo tradicional del momento creando en las artes el mestizaje bruñido en los altares y en la palabra sus leyendas; según los frailes, los americanos ya eran poetas cuando los invadieron, como lo podemos constatar -aún hoy- en sus narrativas; por eso los tradujeron y se apropiaron de sus ideas en los sonetos que difundieron afirmando que -por ejemplo- eran Muiscas o Mayas cuando ellos, los nativos, no conocían esa cultura literaria; solamente eran poetas intuitivos; los religiosos-escritores solamente trataron de aplicar el alfabeto fonético Castellano a las formas -casi todas- guturales de la fonética americana.
Otro punto que se debe mirar es la Literatura producida en celdas -algunas cargadas de patologías síquicas- en general con ambientes conventuales incluyentes del régimen impuesto por la Iglesia Católica sobre el sentido de libertad del americano, del horizonte abierto -cuando más, atravesado por una montaña de su culto-, del rocío de las praderas abiertas a la naturaleza con épocas precisas de cultivo y recolecta que los impulsó a dejar otra clase de testimonio y describieron o narraron oralmente su tradición en palabras del nuevo idioma.
Dice el Manuel de Literatura Colombiana, hablando al respecto que: » El proceso literario colombiano no es una dinámica aislada sino continental, donde los géneros literarios marchan como un frente común en busca de la expresión mestiza que será totalmente real en los años de la República»
Entre unos y otros momentos, pasó la lucha libertaria independentista durante la cual desató Simón Bolívar toda su capacidad poética, espontánea, hasta llegar a la expresión erótica dedicada a Manuelita. La Tertulia Tienes la Palabra publicó artesanalmente el trabajo colectivo «Bolívar poeta»demostrando la capacidad emocional y cultural de Simón para llevar a la palabra su utopía. Vale destacar que no obedecía a la formación religiosa sino fue fruto de la libertad de enseñanza que su maestro ejerció. No sobra advertir que jamás fue ingenuo pero sí espontáneo, temático y libre; la suya es, principalmente, literatura política y amatoria. En las cartas a Manuela -ratificadas como auténticas- la introducción y la despedida, denotan su estado animo; algunas tienen figuras literarias por ejemplo:
- «Te pido con el consejo de mis pensamientos, que batallan con el ardor de mi corazón, que te quedes ahí…..»
- «.Mi corazón ve con tristeza el horrible futuro de una patria que sucumbe ante la mezquindad»
- «como ejemplo soberbio de la belleza, imponiéndose majestuosa sobre los Andes»
- .»mientras yo recojo orgulloso para mi corazón el estandarte de tu arrojo….»
- «se me ha multiplicado el sentimiento de todos los encantos de tu alma y de tu corazón divino, de ese corazón sin modelo…»
- ‘Delirio sobre el Chimborazo’ que comienza con la figura: «Yo venía con el manto de Iris, desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al Dios de las aguas….»Continúa incluyendo las siguientes figuras, por demás esencialmente simbólicas, como lo es todo el texto delirante:
Comprendo y reafirmo: Bolívar era culto y tenía elaborado el idioma español; le fluía la poesía, no la escribió intencionalmente como un poema, solamente se expresó sincera y sencillamente hasta el punto ingenuo de comunicar su sentir llanamente, quedando registrado en sus documentos y cartas de amor. Lo mismo sucedió con algunos de las generaciones posteriores catalogados como Poetas Festivos, repito, como una forma de llamar al ingenuismo y digo esto porque si me refiero a las artes en general, concretamente a la pintura, está establecido que los movimientos renuevan y son hitos revolucionarios como sucedió en Europa con los movimientos Dadá y Naif. Que «se reconoce, acepta y valora como expresión ingenua que desarrolla solo un tema en su obra, no tiene compromiso académico solo con su identidad individual de la vivencia, como ocurre también con los niños y los pueblos primitivos; es una espontaneidad inconsciente que no diferencia entre «el ser» y su «trasunto» «, según dice el Diccionario del Arte Actual, de Karin Thomas.
Entonces, ¿ por qué nos da trabajo reconocer el valor de cada quien, desde su ángulo creativo? y, difícilmente muchos de los llamados críticos se separan de las escuelas ceñidas a la Preceptiva Literaria estudiada en del colegio en el siglo pasado. Acaso, silenciosamente están creando nuevos enfoques, nuevas definiciones, nuevas normas del hoy literario, que mantienen ocultas y pronto las dejarán fluir.
El término «ingenua» en algunas oportunidades coincide con el significado de «popular» o de «festiva». En el fondo las características que se les atribuye son las mismas: sin cálculo. Espontánea, sin vanidad, sin interés personal. Solo que, cuando en ella cabe la improvisación, entra la intención, el gracejo, el juego de palabras, el humor, el doble sentido y la intensión de alabar o disminuir al objeto del poema que en varios casos sostiene trasfondo político partidista, satírico como algunos versos famosos escritos en la Gruta simbólica por varios de sus concurrentes.
El tema no es fácil porque aplicado a la poesía apenas si se usa! Por años y seguramente con razón, estuvo calificada como «costumbrista», diferenciándola de la literatura producida por clérigos españoles o educados en conventos de órdenes religiosas donde les enseñaban a valorarla.
Insistiendo, observo cómo en la poesía, el término «ingenua», coincide con el significado de «popular» o de «festiva». En el fondo, comparten las mismas características: sin cálculo, sin vanidad, espontánea, sin interés personal….Solo hay que tener en cuenta que, cuando en ella cabe la «improvisación» se corre el riesgo de que entre la intencionalidad entre el gracejo, el juego de palabras, el doble sentido, el humor y la clara intención de alabar o denigrar el objeto poético, que en varios y frecuentes casos colombianos lleva pincelada político-partidista usando la sátira, como es fácil comprobar en los repentistas de la Gruta Simbólica a comienzo del siglo XX que según algunos autores «ni fue gruta, ni fue simbólica». Cito los siguientes ejemplos de cada una:
* Poesía Ingenua : Popular , Festiva, Espontánea:
«Habrá fiesta en Duitama/ donde canta el bababuy / y en babo, hasta mi mamá/ ha de decir uy! uy! uy!.» (bababuy= pajarito casero / babo= del común)
*De lo que llaman «emotividad elevada» dentro del concepto de «Poesía Ingenua», en especial referente a anécdotas chispeantes , transcribo la primera estrofa de»Elegía íntima» dedicada a Jorge Pombo en su funeral:
«Aquí estas ya, sobre el tremendo puente / que todos hemos de cruzar un día; / cuatro tablas apenas: se diría / que es poco espacio para tanta gente»
Ejemplo de improvisación de Tomas Carrasquilla, más cercana al concepto menos difundido de «Poesía Intuitiva«, es decir, aquella que no solo bromea sino en sentidode broma deja salir el sentimiento y/o la critica personal: «Blanca como bogotana / leve como muselina / no puede haber vara humana / que te mida Josefina!.
Ejemplo de Poesía Satírica, muchas veces con traza política partidista, referente, ésta, a Rafael Núñez: «Es la risa del notario / una risa de alegría / pero de estilo tan vario, / que si no hubiera honorario / muy poco se «notaría»».
Al entrarnos en ese mismo siglo, es importante recordar a José Joaquín Casas llamado «el señor de la palabra bucólica» por su sensibilidad para con la naturaleza en el paisaje, lo que permite homologar los términos: bucólico y costumbrista, así como también puede hacerse con el concepto de popular; dice Casas: «Se van las tardes del azul verano,/ se van con él las raudas golondrinas,/ se van las horas del bullicio ufano,/ de alegre sol y diáfanas neblinas…»
En ese rubro «Popular», entró también el poeta contemporáneo del anterior, Julio Flórez de quien el Manual de Literatura colombiana anota: «se sostiene que se inscribe en un sentimentalismo fácil, inculto y de inspiración espontánea. Se anota además, que su obra ha naufragado por completo. Le reprochan su populismo y su versificación». Cabe anotar que frente a este simplismo, Rafael Maya y Rufino José Cuervo, elogian la basta producción.
Me reafirmo con algunos ejemplos de lo que está catalogado y valorado como Poesía Ingenua, cito ejemplos de:
Poesía costumbrista, es decir que plasma la cotidianidad con ingenuidad:«Comentar del policía / la risa, sería un desquicio, / porque él, de noche y día, / le vive riendo» al servicio» . (referente: empleadas del servicio doméstico)
Poesía ingenua humorística (chiste). Segunda estrofa del soneto «En la tumba de un usurero»: Tampoco vengo a orar, porque la usura / poca piedad la inspira al sentimiento, / tú lo sabes muy bien, el mil por ciento / mata en el alma la plegaria pura»
Poesía festiva con pincelada partidista, llamada «Calambur»: Federico Martínez Rivas, escribió: «Que sea de ruana o de leva, / no importa mucho el equipo, / yo lo que quiero es un «tipo» / que resista bien la «prueba».
Otro considerando me tienta. En esa seudo-descalificación de lo popular, festivo y/o ingenuo está presente la represión política en Colombia que siempre trata de disminuir e invisivilizar lo que se le opone o quien se le opone…La duda me nace porque entre los poetas con ideología definida y no tradicional, y con capacidad ciudadana de exigencia de justicia, muchos fueron censurados y hasta perseguidos por el gobierno de turno, lo que me lleva a deducir la extensión del miedo entre quienes llegaran a ponderarlos, peor aún entre quienes repitieran sus versos; sin embargo, reconozco el valor de la prensa que los reprodujo dentro de las campañas partidistas desde finales del siglo XIX complementados y/o ilustrados con caricaturas.
De poesía popular-política-americana- no académica o formal, cito algunos ejemplos:
«Memoria sobre el cultivo del maíz en Antioquia»: «Vestidos todos de calzón de manta/ y de camisa de coleta cruda/ aquél a la rodilla, ésta a los codos,/ dejan sus formas de titán desnudas…» (Gregorio Gutiérrez Gonzáles)
«A Rabel Núñez (Traidor)»: «Me voy al infierno yo! Con vos triste y compungida/ Núñez llamó a Satanás;/ y éste le dijo: Por mi vida/ que a las puertas enseguida/ le pongan diez trancas más.! (Manuel Uribe Vásquez)
«El Indio»: Hundida hasta las cejas la corrosca; / ruana listada, de algodón; montera;/ calzón de manta; abierta la pechera/ de lienzo crudo; la epidermis hosca…» (Julio De Francisco)
«Los filibusteros»: «Venid, hambrientos pájaros, a entretejer con crímenes/ el nido para el águila que precediendo vas;…» (Rafael Pombo.- Referente, la venta de Panamá)
También es de anotar que entrando la Libertad de Enseñanza que buscaron los radicales herederos del pensamiento bolivariano- los textos escritos por religiosos y Hermanos Cristianos, continuaron dominando el aula de clase e ignoraron otras expresiones propias de las regiones. Una vez que los aculturizados por ellos fueron ejerciendo al casicazgo autónomo en las regiones, recibieron motes despectivos como «el poeta del pueblo», olvidando prejuiciosamente que eran el mismo caso que el presentado en sus textos y valorado como afamado: los romanceros del Góngora del siglo XVI, más las estrofas cargadas de doble sentido de un Gustavo Adolfo Bécquer!… Sencillamente los fueron catalogando como «costumbristas» sin valoración de la calidad del texto espléndidamente trabajado y ejemplarmente escrito; en esos juicios el concepto de «narrativa poética» no se había conformado; la separación era: Prosa o Verso. Así que, muchas generaciones «educadas» en colegios confesionales u oficiales, obedeciendo al mismo programa académico y exigiendo los mismos textos, arrasaron con el orgullo nacionalista avasallando hasta la Historia de Colombia que apenas a mediados del siglo XX se comenzó a rescatar gracias a la valentía de investigadores. En ese momento, jóvenes investigadores, siempre vigilados por religiosos presidentes de las academias que dudaban hasta de la veracidad de su propia historia, así fuera a favor de las Ordenes. Por ejemplo, no hablaban de los sacerdotes revolucionarios y definitivos en la campaña libertadora.
Debemos cambiar.
Tan fuerte es el equívoco cultural que aún hoy muchos sienten complejo de «sub-desarrollado», pensando que solo países europeos o Estados Unidos, tienen buenos autores o hay que vivir allí para entrar en la lista de los elegidos como en verdad sucede. Pero están ciegos ante la nueva conquista económico-ideológica, principalmente de España con la banca y el comercio, sin considerar el valor de la publicidad y el interés de las multinacionales que orientan a los pueblos con la selección de lo que deben conocer tras la oferta de concursos y contratos escondidos en la manida expresión del mercedo: «eso no se vende». Necesitamos cerrar la tenaza del vacío editorial para enfrentar la nueva conquista!. Fernando Ayala Poveda, crítico superado, en su ‘Manual de Literatura’ opina: «Los críticos que desprecian el tesoro cultural de su pueblo, viven en las torres de su propia oscuridad. La Literatura es un viaje hacia la alegría y no un regreso al silencio de la inquisición».
Por eso, creo en el concepto de la Tertulia ‘Tienes la Palabra’, para otorgar la ‘Orden del Lápiz’, que dice: «La poesía es la vida. Lo poético vive en ella. Los poemas los crea la naturaleza humana» y, además, lo retomo como fácil explicación de que todo está ahí: quienes son sensibles ven otra cosa, se emocionan de otra manera y se expresan de otra forma con lenguajes diferentes. Uno de ellos, el poético, que todavía preserva la metáfora y alaba la figura, concepto que comienza a ampliarse al tener en cuenta que algunos acontecimientos por anti-naturales entran ya en el surrealismo de una sociedad violentada y se convierten en la metáfora-objeto del poema. Pueden ser metáforas de la cotidianidad, de la desgracia de una masacre, la injusticia de las guerras, el abuso de los seres vivos y poblaciones enteras muriendo de hambre. Porque se salen de lo natural y entran en un mundo desconcertante, alterado, a la vez surrealista y real.
Categorías:El Buscón
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